Las Fiestas de la Virgen Blanca también serán diferentes este año

Tienen más de un siglo de antigüedad a sus espaldas, pero la tradición no vence a la situación actual. Un año más, las Fiestas de la Virgen Blanca se van a ver afectadas por la pandemia que sigue azotando al mundo. Según datos oficiales, Euskadi suma ya más de 212.000 contagiados desde el inicio de la pandemia y más de 4.500 fallecidos. Con el país sumido en la quinta ola, Vitoria apela a la responsabilidad y vuelve a planificar unas Fiestas de la Virgen Blanca diferentes. 

La situación sanitaria actual no parece la más propicia para las celebraciones de las fiestas populares estivales y los responsables de la organización de estas Fiestas de la Virgen Blanca ya han dado algunas pinceladas de cómo será en 2021 esta festividad en honor a la Virgen Blanca (también conocida como Virgen de las Nieves). 

Duras restricciones de aforo

Desde la Cofradía de la Virgen Blanca ya han dado algunos detalles de cómo serán estas celebraciones, si bien el programa completo se dará a conocer el próximo 23 de julio. Por ahora, se ha desvelado que no habrá procesiones ni ofrendas a la Virgen, para evitar concentraciones de gente que pudieran impedir cumplir con la distancia de seguridad personal recomendada para evitar la propagación del virus. 

Todos los actos se celebrarán dentro de la Iglesia de San Miguel. Puede parecer que esto va en contra de las recomendaciones de priorizar el aire libre respecto a los interiores, pero con esta medida se pretende controlar mejor los aforos. Estas celebraciones tendrán lugar entre el 4 y el 9 de agosto. La semana grande de Vitoria se festejará en un marco en el que la cautela será la protagonista. Los actos más tradicionales, como la bajada del Celedón, serán suprimidos.

La plaza, de nuevo cerrada

Esta medida ya se tomó el año pasado y, en base a las últimas informaciones, se repetirá en 2021 para garantizar la seguridad de todos. La plaza de la Virgen Blanca permanecerá cerrada durante la tarde del 4 de agosto. Tradicionalmente, este era uno de los momentos cumbre de la celebración. Tenía lugar la bajada del Celedón, representado por un muñeco, que servía, además, como pistoletazo de salida para la semana de festejos.

Estatua del Celedón / ALBERTO CABELLO EN PIXABAY

En 2020, la plaza permaneció cerrada desde las 16.30 horas hasta las 19.00 horas del 4 de agosto, además de contar con numerosos puntos de control en zonas adyacentes para evitar que la población pudiera cumplir con la tradición. Este año, la decisión va por el mismo camino y los motivos son idénticos: cumplir con las medidas sanitarias recomendadas para lograr, entre todos, el fin de la pandemia de la COVID-19.

La bajada del Celedón

Para muchos vitorianos, la bajada del Celedón era uno de los momentos cumbre del año. Habrá que esperar, al menos, a 2022 para volver a ver a este peculiar personaje bajando del cielo con un paraguas en la ya mencionada Plaza de la Virgen Blanca, concretamente en la Iglesia de San Miguel. Mientras descendía esta figura, el público vitoreaba encendiendo puros, un acto simbólico que daba por inauguradas las fiestas patronales de Vitoria.

Por otro lado, la subida del personaje marca el final de estos festejos, y solía tener lugar en la noche del 9 al 10 de agosto, cuando volvía a subir al cielo con su paraguas. Una despedida simbólica que este año tampoco sucederá con el mismo fin de evitar aglomeraciones.

Orígenes de las Fiestas de la Virgen Blanca

Hasta el año 1883, las Fiestas de Vitoria tenían lugar en la primera semana de septiembre. Sin embargo, tras ser declarada patrona de la ciudad la Virgen Blanca, estas pasaron a desarrollarse en torno al 5 de agosto, día declarado como festividad en el calendario alavés. 

Fue a partir de 1884 cuando comenzaron a celebrarse estas Fiestas de la Virgen Blanca. Entre los momentos más señalados de esta semana de festejos, se encuentran la ya mencionada bajada del Celedón, la Procesión de los Faroles, el Rosario de la Aurora o la Misa Pontifical. Estas fiestas están organizadas por la Cofradía de la Virgen Blanca. A falta de la programación definitiva, toca adaptarse de nuevo a las circunstancias actuales.