Desde el pasado 11 de febrero y hasta el 22 de mayo de 2022 el Museo Guggenheim de Bilbao ofrece una amplia selección de las obras más destacadas del Musée d’Art Moderne de París, lo que supone un aliciente tanto para los vecinos de la capital vizcaína como para los aficionados a la pintura se acercan hasta ella.
Así pues, esta exposición, titulada Una colección excepcional: el Musée d’Art Moderne de París, se ha convertido en una de las más importantes de las que se pueden contemplar en el museo, ya que alberga unas 70 obras que ofrecen una visión panorámica de los movimiento de vanguardia que surgieron a orillas del Sena durante las primeras décadas del pasado siglo.
¿Qué ver en la exposición?
La muestra se reparte en tres espacios diferenciados de cara a diferenciar las diferentes épocas en las que las obras fueron realizadas: desde comienzos del siglo XX hasta poco después de la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Así, en la sala 305, el visitante se encuentra con la parte titulada El fauvismo y el cubismo: escandalosamente modernos, mientras que en las 306 y 307 se pueden observar las obras pertenecientes a los apartados Encuentro en París y Desarrollos del surrealismo, respectivamente.
"El fauvismo y el cubismo"
En la primera de las salas serán estas dos tendencias las que copen el protagonismo. Surgidas en París durante los primeros años del siglo XX, no tuvieron una buena recepción en sus orígenes, llegando a ser denostadas en aquellos tiempos. “Los fauvistas hallaron una nueva forma de expresión pictórica en el empleo de colores vivos y no naturalistas, y de una pincelada espontánea, mientras que los cubistas se propusieron representar los objetos y figuras desde diferentes perspectivas simultáneamente”, recuerdan en la web del Guggenheim.
Ambas supusieron una ruptura con todo lo anterior y fueron catalogadas incluso de escandalosas. Sin embargo, calaron entre grandes autores. Y como ejemplo solo hay que echar un vistazo a los nombres que abrazaron el fauvismo: Derain, Robert Delaunay, Matisse, Maurice de Vlaminck o Louis Valtat, y a quienes optaron por el cubismo, conocido en todo el mundo gracias a Pablo Picasso, Georges Braque, Albert Gleizes, Natalia Goncharova, o Juan Gris, entre otros.
"Encuentro en París"
La siguiente sala está dedicada a la pintura de entreguerras, es decir, la que se desarrolló en los años 20 y 30 en la capital francesa, centro mundial de cualquier movimiento artístico en los felices años 20. Fue en esa época cuando nació la Escuela de París, compuesta por pintores tanto franceses como extranjeros.
Por lo tanto, en este apartado de la exposición se abre la puerta a los pintores que se reunían en el barrio de Montparnasse para compartir sus obras y su visión del arte. Hablamos de Henri Matisse, Suzanne Valadon, Marie Laurencin, Marc Chagall, Amedeo Modigliani, María Blanchard y otros muchos.
"Desarrollos del surrealismo"
La tercera sala que forma parte de Una colección excepcional: el Musée d’Art Moderne de París está enfocada en el surrealismo, nacido en los años 20 a partir de las obras literarias de los poetas Guillaume Apollinaire, André Breton, Louis Aragon, Philippe Soupault y Paul Eluard.
Su objetivo era volver a fascinar al mundo después de los horrores vividos en la Primera Guerra Mundial, llamada por entonces la Gran Guerra. Los autores más conocidos fueron Man Ray, Victor Brauner, Wifredo Lam, Vera Pagava, André Masson o Roberto Matta, entre otros muchos.
Retrospectiva del MAM
La visita a esta exposición también sirve para conocer la historia del Musée d’Art Moderne (MAM) de París, el cual se levantó durante la Exposición Internacional que se llevó a cabo en la capital parisina en el año 1937. Su misión sería “albergar los fondos de arte moderno y contemporáneo de la ciudad de París, que se ampliaron en los años siguientes gracias a importantes adquisiciones de obras de autores relevantes de la escena artística parisina”, explican en la web del Guggenheim.
Eso sí, el MAM no se inauguró de inmediato, sino que tuvieron que pasar 24 años para que lo hiciera oficialmente, claro que antes ya había almacenado grandes obras gracias a mecinas como Maurice Girardin, quien legó en 1953 una amplia colección en la que había autores fauvistas y cubistas, además de importantes representantes pertenecientes a la Escuela de París.