La siempre deliciosa pantxineta, el emblemático pastel vasco, las coloridas carolinas, los chocolates artesanos y el irresistible goxua. La lista de los dulces típicos vascos es tan extensa como auténticamente deliciosa.

Su historia se liga a la de las pastelerías centenarias que se reparten por los tres territorios. Cada una de ellas atesora las recetas de exquisiteces que han conquistado los paladares de varias generaciones de vascos.

Casa Eceiza

Desde su apertura en 1924, Casa Eceiza se ha caracterizado por elaborar productos artesanos con materias primas naturales. Entre ellos, destacan las conocidas tejas y cigarrillos, los turrones, los helados artesanos y la tarta de queso donostiarra.

Casa Eceiza

Esta firma familiar nacida en la localidad guipuzcoana de Tolosa ha reinventado el mundo de la repostería a través de sus diferentes generaciones. El resultado de sus investigaciones es una amplia diversidad de propuestas que endulzan las sobremesas.

Pastelería Otaegui

Raimundo Malcorra y Josefa Martina Otaegui fundaron en 1886 Casa Otaegui. Esta pastelería donostiarra presume desde entonces de ofrecer productos con la máxima calidad y frescura.

Su propuesta estrella es la pantxineta, una tarta de hojaldre rellena de crema pastelera y coronada por crujiente almendra picada. Es un invento de la familia que regenta el negocio desde su inicio. En la actualidad, es la cuarta generación la que sigue al frente de este.

Pastelería Otaegui

Arrese

Ildefonso Arrese creó esta pastelería en 1852 en Bilbao. Sus descendientes siguen hoy en día dando continuidad a su legado, que se traduce en siete tiendas. Las palmeras, las populares trufas de nata y los deliciosos bollos de mantequilla han convertido a esta firma en un clásico.

Arrese

Su carta de dulces incluye, asimismo, pastas de té, tartas como la de moro y cristiano, damas de crema, los pastelitos de bocado, etc.

Martina de Zuricalday

Con cerca de 200 años de historiaMartina de Zuricalday es el obrador artesano más antiguo de la capital vizcaína. Tradición, espíritu y autenticidad son los pilares de este negocio local de carácter familiar que suma cuatro pastelerías distribuidas por la urbe.

Martina de Zuricalday

En sus mostradores, las carolinas compiten con los pasteles rusos por llamar la atención de la clientela. En la pugna también entran en juego el pastel vasco, el relámpago de crema, los chirenes...

Confituras Goya

Fue en 1886 cuando abrió sus puertas en la capital alavesa este negocio por el que ya han pasado hasta cinco generaciones. A aquel primer establecimiento se han ido sumando once en la misma ciudad, así como otros en Logroño, Bilbao y Pamplona.

Confituras Goya

En todos ellos pueden adquirirse vasquitos y nesquitas, trufas surtidas, tabletas de chocolate de distintos sabores, bombones y mermeladas. Otras de sus especialidades son las galletas de nata y los cortadillos de mazapán.

Pastelería Sosoaga

Luis López de Sosoaga creó la pastelería que lleva su nombre en 1868 en Vitoria-Gasteiz. Sus señas de identidad son la calidad y la elaboración artesanal de sus productos. También cuenta con propuestas para celiacos, diabéticos y alérgicos.

Pastelería Sosoaga

Su escaparate muestra delicias como los chuchitos, los caprichos Vitoria, la tarta de La Blanca o el turrón de sal de Añana. Suma a su obrador un total de tres tiendas repletas de dulces a los que es imposible resistirse.

Decantarse por cualquiera de las pastelerías más famosas de Euskadi permite degustar postres que revelan su más dulce historia centenaria. Merece la pena regalarse unos bocados tan suculentos que siguen gustando tanto pese al paso de los siglos.