Seguramente todos ustedes estarán muy acostumbrados a escuchar este concepto relacionado con España. La llamada 'España vaciada' ha protagonizado en los últimos meses varias portadas y ha atraído la atención de los medios hacia un fenómeno que, desde los años 80 del siglo pasado, está provocando la despoblación de numerosas zonas del interior de la península, incluso es la base de movimientos ciudadanos como Teruel Existe, que han llegado a tener representación parlamentaria. El 42,2% de los municipios españoles están en riesgo de despoblación, la mayoría de ellos en provincias como Teruel, Soria, Cuenca, Salamanca, Palencia o Zamora.
Sin embargo, aunque en menor medida, la despoblación y muchos de los problemas que conlleva también afecta a varias zonas del País Vasco, también hay una 'Euskadi vaciada' y pocas veces nos paramos a reflexionar sobre sus problemas y, sobre todo, sobre sus soluciones. No nos engañemos, Euskadi es, según algunos estudios, una de las nueve comunidades autónomas que van a ir perdiendo población hasta 2035, evidentemente, esta perdida será mucho más problemática en esas zonas que ya tienen, a día de hoy, un importante problema de despoblación.
La 'Euskadi Vaciada' se concentra fundamentalmente en un territorio: Álava. Su densidad de población es tres veces menor que Gipuzkoa y cinco veces más baja que Bizkaia. Si a eso le sumamos la macrocefalia de este territorio, casi el 80% de la población alavesa vive en Vitoria-Gasteiz, nos podemos imaginar la magnitud del problema. Frente a los 2.298 habitantes/km2 del Gran Bilbao, las dos comarcas más despobladas de Euskadi se encuentran al este y el oeste de Álava. La Montaña Alavesa, con sólo 5,6 habitantes/km2, y Añana, con 9,5 habitantes/km2. La diferencia con el resto de comarcas es abismal, incluso en el mismo territorio, la siguiente zona menos poblada en Álava es la Rioja Alavesa con 36,8 habitantes/km2 y la menos habitada del resto de Euskadi es Arratia-Nervión (Bizkaia) con 60 habitantes/km2.
No nos engañemos, Euskadi es, según algunos estudios, una de las 9 comunidades autónomas que van a ir perdiendo población hasta 2035
Revertir esta tendencia no es tarea fácil, pero, precisamente por eso, no se puede dejar de afrontar este reto ya que de una solución adecuada depende en buena medida el equilibrio territorial y el desarrollo de estas zonas. Antes de nada, quiero dejar bien claro un concepto, para mí la 'Euskadi vaciada” no es la “Euskadi vacía'. Durante muchos años, desde algunas instituciones se ha mirado a Álava como la reserva estratégica de suelo de Euskadi, un espacio vacío que rellenar con nuevos proyectos. Hay que cambiar ese enfoque del territorio solo como un mero soporte de actividades, más cuando ese territorio del que hablamos es la reserva natural de la CAPV y tiene una más que notable biodiversidad.
Tal y como reconocen unos estudios previos al Plan Territorial del Álava Central encargados por el propio Gobierno vasco al equipo del prestigioso economista y geógrafo Juan Requejo, debemos acostumbrarnos a mirar al territorio teniendo en cuenta todos su capitales: natural, construido, humano, social y de imagen. Hay que recuperar población y economía sin perder sus valores naturales, entre otros aspectos sus masas forestales que son magníficos sumideros de carbono. Estos estudios planteaban algunas soluciones para establecer una Biorregión en Álava Central estableciendo que nivel de uso de recursos biofísicos es necesario para satisfacer las necesidades básicas de las personas sin exceder los límites planetarios.
Desde algunas instituciones se ha mirado a Álava como la reserva estrategia de suelo de Euskadi. Hay que cambiar ese enfoque del territorio solo como un mero soporte de actividades, más cuando ese territorio del que hablamos es la reserva natural de la CAPV
Los trabajos, que precisamente se centraban en las zonas de Montaña Alavesa y Añana, ponían en valor todos sus recursos, por ejemplo, la Montaña Alavesa es la comarca vasca con mayor biodiversidad con unos amplios recursos naturales, algunos de ellos aprovechables para la generación de fuentes de energía renovable, como la solar, la eólica o la biomasa. El estudio dejaba claro lo evidente: estos recursos deben aprovecharse, pero deben hacerlo respetando al máximo posible el resto de capitales de ese territorio, como el natural. Estamos viendo ahora cierta polémica en torno a la implantación de parques eólicos y fotovoltaicos en Álava, creo que muchas desavenencias se hubieran evitado si hubiéramos tenido una ordenación territorial para la instalación de energías renovables en la CAPV. No podemos pretender cambiar nuestro modelo productivo sin cambiar la energía que consumimos, pero tampoco podemos hacerlo a cualquier precio. Es necesario un diálogo para llegar a consensos porque en Álava y en Euskadi se puede y se debe producir energías renovables, pero conviviendo con su biodiversidad. También se debe proteger estos recursos reduciendo los modelos de agricultura y ganadería intensiva y cambiándolos por una más tradicional ligada a los ciclos naturales.
Es muy importante también no proponer soluciones desde una visión urbana, cada territorio tiene sus peculiaridades y es muy importante tenerlas en cuenta. En este sentido, es de destacar la labor de los ayuntamientos de estas zonas y de las cuadrillas por impulsar la actividad económica en sus entornos, a pesar de inconvenientes como las malas conexiones por carretera, la desigual cobertura de internet o la deficiencia de servicios respecto a las grandes zonas urbanas. En los últimos años, están surgiendo muchos proyectos emprendedores innovadores que van más allá de la explotación de la tierra. Iniciativas como Ekotarriko en Kuartango (Álava), que elabora conservas ecológicas y naturales, Lautada Puzzle Room, una sala de escape en Audikana, en plena Llanada Alavesa, Dronetikan Airworks, firma de fotografía con drones de Zalduondo o empresas más arraigadas como Cuncial, que desde Labastida se encarga de solucionar el tendido, el planchado y el secado de la ropa de varios países europeos. Todos ellos son proyectos que vertebran el territorio y que aportan oportunidades para evitar la pérdida de población de estas comarcas. Lo son también asociaciones de mujeres rurales como la que hay en Añana, que reivindican y refuerzan el importantísimo papel de la mujer en estas zonas.
La 'Euskadi vaciada' tiene unas enormes posibilidades, pero tenemos que acostumbrarnos a abordar su desarrollo desde la complejidad y desde el sentido común
La “Euskadi vaciada” tiene unas enormes posibilidades, pero tenemos que acostumbrarnos a abordar su desarrollo desde la complejidad y desde el sentido común. En Vitoria-Gasteiz, la capital verde y también la ciudad más industrial de Euskadi, más del 30% de la superficie de sus polígonos industriales está vacía, sin utilizar. Una de sus mayores edificaciones, los pabellones de la antigua Daewoo en Jundiz, están esperando ser alquilados por alguien. ¿No sería interesante actuar en estos espacios vacíos antes de seguir consumiendo suelo? ¿Cuántos metros cuadrados de superficie en los tejados de instalaciones industriales están libres para la colocación de placas solares antes de consumir suelo agrícola? Seamos circulares y 'green' de verdad, también en la ordenación de nuestro territorio. Construyamos el futuro sin hipotecar todos los capitales de nuestro territorio. Huyamos de posiciones extremas y lleguemos a consensos para conseguir que esa 'Euskadi vaciada' sea una Euskadi llena de proyectos de futuro alineados con la Agenda 2030. Estoy seguro de que somos capaces de hacerlo y, si lo logramos, seremos mucho más competitivos.