En la 'Casablanca' de ficción ideada por Michael Curtiz, el colaboracionista capitán Renault -que luego iniciaría una gran amistad con Rick, subrayando una vez más esa flexibilidad moral de los franceses en la II Guerra Mundial- pronuncia la mítica alocución del título de este artículo, mientras se embolsa las ganancias de sus apuestas.
Cuando el lehendakari Urkullu cometió el, a mi juicio, tremendo error de acusar a Madrid de “dumping” fiscal, esa frase me vino inmediatamente a la cabeza.
Antes un poco de historia sobre el “dumping” fiscal ¿Saben ustedes que Gobierno vasco y las Diputaciones forales son las responsables de la mayor multa que la Unión Europea haya impuesto nunca al reino de España por este motivo? ¿Recuerdan las vacaciones fiscales vascas?
Yo se lo refresco. Según la Wikipedia, se conocen como vacaciones fiscales a unas medidas económicas dirigidas a atraer inversión foránea al País Vasco (…) durante el ejercicio 1993-1994 por parte del Gobierno vasco (…) por las que se premiaba a las empresas que se instalaran en esta comunidad autónoma.
¿Saben ustedes que Gobierno vasco y las Diputaciones forales son las responsables de la mayor multa que la Unión Europea haya impuesto nunca al reino de España por este motivo?
Las medidas consistían en una reducción gradual durante 10 años de la base imponible del impuesto de sociedades y el crédito fiscal del 45% a las nuevas inversiones superiores a los 15.025.303 euros en activos fijos materiales nuevos a cualquier empresa que tuviese un capital social de 120.000 euros o un mínimo de 10 trabajadores (en la práctica afectaba a casi cualquier PYME). Todas estas ayudas fueron emitidas por las tres Haciendas vascas (Hacienda de Guipúzcoa, Hacienda de Vizcaya y la Hacienda de Álava]) de las que se beneficiaron unas 300 empresas.
Tanto la comunidad autónoma de La Rioja como la de Cantabria, ambas sin concierto económico con las que poder contrarrestar estas medidas, consideraron que estas ayudas perjudicaban notablemente a las empresas instaladas en territorios limítrofes al País Vasco e incentivaba la deslocalización empresarial, por lo que las denunciaron por competencia desleal.
En el año 2000 la Unión Europea declaró estas medidas ilegales con el Tratado Comunitario. En 2006 el Tribunal de Justicia de la UE dio la razón a la Comisión Europea y pidió al gobierno de España que recuperara las ayudas el 14 de diciembre de 2006.2 al considerarlas como "ayudas estatales incompatibles con el mercado común".
Como resultado final, el Gobierno de España tuvo que pagar una multa de 30 millones de euros por la decisión del Gobierno vasco.
Nuestro modelo tensiona la capacidad recaudatoria impide bajar impuestos. Y la ciudadanía lo ha aceptado. Por eso siguen votando al PNV, a pesar del sobredimensionado sector público
Una vez mencionado el antecedente histórico queda preguntarnos ¿Por qué? ¿Por qué ahora lehendakari? Y sobre todo ¿Por qué no acudimos a la justicia, tal como hicieron en los 90 Cantabria y La Rioja? Quizá porque no hay caso. Tal vez porque Madrid solo ha hecho uso de sus competencias bajando los impuestos para atraer votos e inversiones. Es el modelo elegido por la ciudadanía de esa comunidad: menos impuestos para todos, también y principalmente para los más pudientes, privatización de servicios públicos y libertad para tomar cañas en mitad de pandemia. Disfruten de lo votado.
Pero no es nuestro modelo, el que ratifican los vascos y las vascas en cada elección. Aquí hemos apostado por un desarrollo socialdemócrata del gasto público, con grandes inversiones en derechos y servicios: sanidad, educación, igualdad, infraestructuras, …. y, no podemos olvidarlo, sector público, es decir, funcionarios.
Nuestro modelo tensiona la capacidad recaudatoria impide bajar impuestos. Y la ciudadanía lo ha aceptado. Por eso siguen votando al PNV, a pesar del sobredimensionado sector público (o quizás también por eso, ya saben…). Hasta ahora.
La pandemia lo ha cambiado todo. El esfuerzo del sector público ha sido extenuante y además ha habido que reforzarlo. La recaudación ha caído. Hace falta más dinero ¿Subimos los impuestos para mantener el modelo? ¿Progresivamente? ¿De manera universal? Es decir, ¿Subimos un poco a los que tienen menos recursos y pedimos un esfuerzo más acorde a los que más tienen? O a los que tienen cada vez más.
La pandemia lo ha cambiado todo. El esfuerzo del sector público ha sido extenuante y además ha habido que reforzarlo. La recaudación ha caído. Hace falta más dinero
Esa ha sido casi siempre la fórmula. El Concierto Económico nos ha permitido hasta ahora maximizar la recaudación y su posterior utilización, ajustando aquí y allá según las circunstancias. Pero ahora las grandes fortunas, firmas, empresas o inversores vascos tienen una alternativa liberal a su alcance: Madrid.
Una comunidad que ha decidido recaudar menos a cambio de reducir el sector público y privatizar los servicios sociales. Algo que seguirán haciendo mientras los votos les alcancen. Y les alcanzan. Además, la falta de servicios universales de atención pública no es algo que echen a faltar las personas que llevan sus impuestos a Madrid. Así que vía libre a la desbandada financiera. Euskadi no puede retener el dinero. Gran problema. Muy gordo.
El dinero no tiene patria. Un axioma que empieza a preocupar, y mucho, al Gobierno vasco. Porque el dinero, es decir su acumulación, es el único fin de los que más tienen. Los ricos cada vez son más ricos a pesar, o gracias, a las sucesivas crisis económicas, mientras que una ciudadana con un solo trabajo tiene dificultades para llegar a fin de mes. No digo ya de mantener una familia. Es un hecho objetivo, no es discurso.
Lo que Urkullu tiene que contarnos claramente a las vascas y a los vascos es si está habiendo una fuga de capitales a Madrid. Y con nombres y apellidos
Y si una gran fortuna, directivo, empresa o firma inversora puede pagar menos en impuestos se va a ir. Aunque tenga ocho apellidos vascos. Y no, como dice la consejera Tapia por la elevada conflictividad laboral vasca. No. Los obreros vascos no son más combativos que los andaluces, madrileños o gallegos. Eso también es un mito.
Lo que Urkullu tiene que contarnos claramente a las vascas y a los vascos es si está habiendo una fuga de capitales a Madrid. Y con nombres y apellidos. Para que sepamos quienes descapitalizan el país y ponen en peligro el modelo social del que tanto presumimos. Trátenos como a personas mayores, díganos lo grave que es la situación y las alternativas que tenemos. Y cuál es la que usted y su gobierno eligen. Confíe en su ciudadanía.