Que el futuro de la movilidad es eléctrico ya hace tiempo que no lo discute nadie, pero, por si acaso quedaba aún algún rezagado, la semana pasada Bruselas lanzó un claro mensaje que da un “chute” de energía al desarrollo del vehículo eléctrico en nuestro país. La Comisión Europea aprobaba el primero de los PERTES (proyectos estratégicos de recuperación y transformación de la economía) dedicado a los vehículos eléctricos y conectados. 3.000 millones de euros para comenzar que avalan la propuesta del Gobierno central basada en un esquema de gobernanza público-privado.
Esta noticia es especialmente importante para Euskadi, donde el sector automovilístico supone un importante porcentaje de su actividad industrial con multinacionales de referencia tanto en la fabricación de vehículos como en la de diferentes componentes o accesorios. España es el segundo fabricante europeo de automóviles y exporta más del 80% de los coches que produce, de hecho, la factoría vitoriana de Mercedes Benz es la principal exportadora de la comunidad autónoma. También es una de las que cuenta con más empleados directos del territorio y en torno a ella se mueven miles de puestos trabajo indirectos. Si hacemos caso a algunos estudios que señalan que cada puesto de trabajo directo en la automoción genera otros 4 indirectos, la fábrica del polígono de Jundiz genera alrededor de 20.000 empleos.
El sector de la automoción vive un momento de cambio radical derivado principalmente de este proceso de reconversión hacia la movilidad eléctrica pero también de la evolución hacia un nuevo concepto ligado al servicio, no a la propiedad
La aprobación de este PERTE es importante para Mercedes, su proyecto con las instituciones alavesas del centro de fabricación avanzada de automoción dotado con 30 millones de euros está incluido en él, pero también lo es para cientos de pymes vascas del sector y para otras iniciativas estratégicas impulsadas desde el ejecutivo autónomo, como la fábrica de baterías Basquevolt. Quizás este sea un ejemplo de buena gobernanza para sacar adelante proyectos europeos. Una gobernanza compartida entre los gobiernos del Estado, la CAPV, las asociaciones empresariales y los sindicatos que comienza a dar sus primeros frutos. Esta pasada semana 'Crónica Vasca' avanzaba también la aprobación por parte de la dirección de Mercedes en Alemania de un plan de inversiones de más de 60.000 millones de euros para conseguir que en 2030 toda su producción sea eléctrica. En este marco, la fábrica de la capital alavesa va a recibir más de 800 millones para implantar una nueva plataforma eléctrica que permita montar el nuevo modelo. Más de uno se lamentará ahora de haber abandonado en su día el primer proyecto de Vito eléctrica a principios de la década pasada, tal vez por no arriesgarse en un mercado que todavía no estaba maduro para este tipo de vehículos.
Las dudas de entonces están disipadas, al menos a largo plazo, a corto y medio todavía son muchos los consumidores que no se atreven a comprarse todavía un coche eléctrico y en esta indecisión tiene mucho que ver el escaso desarrollo que todavía tiene en nuestro país la red de puntos de recarga o la de electrolineras. En este aspecto, las diferentes instituciones harían bien en acelerar los planes de implantación de todas las infraestructuras necesarias para el despegue de esta nueva tecnología. Es urgente dotar de una red autonómica y estatal que, unida a la mejora en los tiempos de recarga y a los incentivos fiscales, acelere la transformación de nuestra movilidad para reducir drásticamente las emisiones de uno de los sectores más contaminantes: el del transporte.
La apuesta por el vehículo eléctrico debe acompañarse también de un impulso de una movilidad más racional, especialmente en nuestras ciudades, favoreciendo los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público
El sector de la automoción vive un momento de cambio radical derivado principalmente de este proceso de reconversión hacia la movilidad eléctrica pero también de la evolución hacia un nuevo concepto ligado al servicio, no a la propiedad. De como lo afronten las grandes multinacionales, va a depender el futuro de numerosas pymes vascas, cuyos pedidos están ligados, casi en su totalidad, a estas grandes firmas. Esta misma semana, algunas de estas empresas mostraban su preocupación por conocer si Mercedes iba a contar con ellas para el desarrollo de la nueva furgoneta eléctrica. Son miles de empleos que hay que cuidar y mantener y para hacerlo la estrategia futura pasa por favorecer esa economía baja en carbono y por innovar para conseguir una movilidad de 0 emisiones. El diesel y la gasolina tienen los días contados y de la buena marcha de iniciativas como este PERTE dependerá que ese final pueda adelantarse. Ya hay empresas privadas que han anunciado plazos incluso inferiores a los marcados por Bruselas.
La transformación del sector de la automoción va a ser clave para conseguir una recuperación verde y digital de la economía
La apuesta por el vehículo eléctrico debe acompañarse también de un impulso de una movilidad más racional, especialmente en nuestras ciudades, favoreciendo los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público a través de los planes de movilidad sostenible y reduciendo el espacio dedicado al vehículo privado. Además, también debería transformarse poco a poco la movilidad de mercancías para disminuir la elevada cuota actual del transporte por carretera, mucho más contaminante que el ferroviario.
La transformación del sector de la automoción va a ser clave para conseguir una recuperación verde y digital de la economía. Esperemos que este “chute de millones” sea el espaldarazo definitivo para dejar atrás los combustibles fósiles y reducir nuestra huella de carbono y que nuestras empresas sean parte destacada de este logro.