Una vez más vuelvo a situar el clima como tema central de esta columna de opinión. Quizás algunos de ustedes piensen que soy un poco repetitivo, pero la realidad es que la adaptación al cambio climático es probablemente el mayor reto del planeta y nos afecta a todos de lleno y especialmente a las empresas y a una comunidad como Euskadi, con un importantísimo peso del sector industrial. Por eso, siempre es grato encontrase con noticias como la de esta pasada semana cuando se reunían los miembros del Basque Net Zero Industrial Super Clúster (vaya nombrecito) y anunciaban que ponían en marcha la primera fase de acciones para alcanzar 0 emisiones netas. Este grupo se centra en los sectores más contaminantes de nuestro territorio y, por lo tanto, su compromiso para llegar a este objetivo es fundamental para que Euskadi también lo cumpla. No hay tiempo que perder y las empresas y el Gobierno vasco lo saben. No somos pioneros en esta materia, ya hay muchas iniciativas a nivel mundial, europeo y estatal en este sentido porque como nos decía el CEO de la mayor gestora de fondos de inversión mundial, Larry Fink, las compañías que no recorran rápido y bien este camino dejarán de ser atractivas para la inversión y perderán competitividad. Y lo dice alguien que, según desvelaba el lunes Crónica Vasca, tiene más de 5.700 millones de euros invertidos en activos vascos.

 

Esta pasada semana se reunían los miembros del Basque Net Zero Industrial Super Clúster (vaya nombrecito) y anunciaban que ponían en marcha la primera fase de acciones para alcanzar 0 emisiones netas

 

Me parece adecuado el plan de trabajo que se han marcado los clústers vascos que representan a los sectores de refino, cementero, siderurgia, fundición y papel. Comenzarán con una identificación de los procesos industriales más contaminantes y continuarán con una búsqueda de las soluciones tecnológicas más aptas para dar respuesta a estos problemas, la capacidad de Euskadi para producirlas y la activación de proyectos pilotos. Me ha parecido también muy acertado que establezcan dos estrategias transversales, una de gobierno y seguimiento de esta iniciativa y otra de comunicación y posicionamiento. La primera de ellas es fundamental para que esta nueva propuesta “verde” en Euskadi sea algo más que buenas intenciones y no se quede en agua de borrajas o tarde en despegar como algunas otras más recientes que todos tenemos en mente.  ¿Se acuerdan que hablamos aquí de la puesta en marcha del Basque Green Deal allá por mayo del año pasado?, pues casi 10 meses después no sabemos muy bien en que acciones concretas se está materializando, entren en su web y podrán comprobarlo: basquegreendeal.com. Y como este, hay otros “pactos verdes” que hasta ahora se han quedado en poco más que buenas intenciones. Lo he dicho más veces y seguiré insistiendo, todos tenemos una responsabilidad en la transición ecológica de nuestra sociedad actual, basada en una economía en carbono a otra economía circular que reduzca drásticamente las emisiones de gases efecto invernadero, pero son las instituciones, en nuestro caso encabezadas por Gobierno vasco, las que deben liderar de una manera decidida esta apuesta y esto implica un compromiso aún mayor porque de ello depende nuestra economía, el futuro de nuestras empresas y, en definitiva, el futuro y las perspectivas de crecimiento de nuestro territorio. Reconozco que no es una tarea fácil, mover el timón de un “transatlántico” varado, como es una economía basada en combustibles fósiles, cuesta tiempo y es necesario también un compromiso mayor y más claro de las grandes empresas que pueden traccionar este cambio y, aunque comienzan a moverse, todavía detectamos muchas contradicciones entre su apuesta por lo verde y el mantenimiento de sus negocios más contaminantes.

Afortunadamente, como les comentaba antes, cada vez son más las iniciativas enfocadas a lograr reducir las emisiones y llegar incluso a las 0 emisiones netas y tenemos claros ejemplos de firmas vascas que están actuando en este sentido, con propuestas muy interesantes. Este mes se hacían públicos también los 101 proyectos incluidos en “Compromisos por el clima”, un programa lanzado a nivel estatal desde la Fundación Ecodes que persigue dar visibilidad a este tipo de actuaciones. Entre ellas encontramos por ejemplo, algunas iniciativas de empresas vascas como la del Grupo Uvesco que ha desarrollado una metodología específica para hacer una mejor gestión de sus residuos, primando la prevención y la reutilización. Y es que los residuos y su tratamiento son una parte esencial para reducir las emisiones de gases efecto invernadero, y más aún en este tipo de compañías del sector de la distribución alimentaria.

 

Reconozco que no es una tarea fácil, mover el timón de un “transatlántico” varado, como es una economía basada en combustibles fósiles, cuesta tiempo y es necesario también un compromiso mayor y más claro de las grandes empresas

 

También aparece en este listado Plastigaur, la empresa de Andoain especializada en innovación para la sostenibilidad que está trabajando en unos filmes de plástico para envasado con mucho menos grosor e igual resistencia que los antiguos y producidos con un 70% de plástico reciclado. Un claro ejemplo de ese ecodiseño que tanto necesitamos impulsar en la industria vasca.  Iberdrola es otra de la firmas vascas de la lista con su apuesta por la movilidad sostenible a través del coche eléctrico.

En este paso del compromiso a la acción por el clima van a tener un protagonismo muy importante nuestras ciudades y una de las iniciativas que se están empezando a implementar en ellas son las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), un mandato europeo que busca reducir las emisiones en los cascos urbanos y que supondrán un avance en la recuperación del espacio urbano para los ciudadanos. Las tres capitales vascas están ya trabajando en esta nueva figura y seguro que veremos oposiciones a su puesta en marcha, todavía queda mucho por sensibilizar en esta materia, pero no hay otro camino y podemos comprobar en otras urbes europeas los beneficios de su desarrollo.

 

Dejemos de dar bandazos y unamos nuestro desarrollo futuro a una economía sin emisiones, todos saldremos ganando

 

En estos días en que se habla tanto de los fondos europeos del Next Generation, todos sus gestores saben que los proyectos que opten a su financiación deben llevar el gen verde en su estrategia central porque en Europa lo tienen claro, incluso a pesar de su sorprendente visión final de las energías que deben ser consideradas verdes a la hora de invertir. Euskadi pretende conseguir un buen paquete de estos fondos y propuestas que pasen de los compromisos a la acción en la lucha contra el cambio climático tienen todos los boletos para conseguirlo. Dejemos de dar bandazos y unamos nuestro desarrollo futuro a una economía sin emisiones, todos saldremos ganando.