A nadie le cabe ninguna duda de que Basquevolt es un proyecto fabuloso para Euskadi y que la fábrica de baterías en estado sólido no habría sido posible sin la apuesta absolutamente visionaria del Gobierno vasco por el CIC Energigune. Pero eso no quita, por mucho que a algunos le pueda resulta "espurio", que la comunidad autónoma ha dado un paso atrás en los últimos años y ahí está la pérdida de centros de decisión en Gamesa o Euskaltel como ejemplo claro del deterioro del País Vasco como un sitio donde atraer y arraigar empresas. Últimamente perdida en polémicas en muchos casos estériles, la consejera Tapia solamente está encontrando apoyo en el dinero europeo gestionado por el Gobierno central para permitirse dar alegrías a la sociedad vasca y hacerse alguna foto. El "punto de orgullo bien entendido" que se anotó este viernes la consejera no puede suponer un paso atrás hacia la autocomplacencia en un momento en el que Euskadi se juega su futuro como economía competitiva. Hacen falta más 'Basquevolts'.