"El pasado es lo que recuerdas, lo que imaginas recordar, lo que te convences en recordar o lo que pretendes recordar". La cita es de un tal Harold Pinter, dramaturgo y escritor inglés, Nobel de Literatura en 2015.
Algo de esto le pasa al líder de la oposición española, Núñez Feijóo que -como buen gallego, ¡toma tópico!- no sabe si recuerda de verdad, inventa recuerdos, o directamente miente porque le va bien.
Entre las boutades, exageraciones y sobreactuaciones leídas, vistas y oídas durante esta semana en el mundo pepe, me ha llamado la atención la reivindicación de los buenos socialistas que efectuó el sábado en Ermua, durante el acto que el PP organizó para recordar el 25 aniversario del asesinato de Miguel Angel Blanco, en presencia de Jose María Aznar, el presidente que ordenó negociar con ETA apenas meses después del crimen.
Para Feijóo -hoy, mañana ya veremos- la etapa de Pedro Sánchez es un paréntesis en la historia del Partido Socialista. Un tiempo que conviene enmendar cuanto antes. Por ello recuerda -con nostalgia- a los predecesores del presidente del Gobierno, al tiempo que dice tender la mano para acordar las grandes cuestiones de Estado a quienes han de sucederle. Mientras tanto, bloqueo en los órganos judiciales y a otra cosa, digo yo.
¿Quiénes son los buenos socialistas? Veamos.
Felipe González no puede ser. Era tan dañino para España que, el entonces referente de los medios de comunicación conservadores, Luis María Ansón, llegó a reconocer que se cruzaron líneas rojas para desgastarle y poder vencerle en las urnas.
"Había que terminar con Felipe González, ésa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad. Tenía razón González cuando denunció ese peligro (¡Anda! ¡Cómo Pedro Sánchez el otro día!)..., pero era la única forma de sacarlo de ahí", afirmaba en febrero de 1998 Luis María Anson, ex director del periódico Abc, a menos de dos años de la victoria de Aznar.
Más Ansón: "La cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a González con otras armas". "González ganó tres elecciones por mayoría absoluta y volvió a ganar la cuarta cuando todo indicaba que iba a perder". "González bloqueaba algo vital en una democracia: la alternancia". "Si llega a ganar las elecciones del 96, con la bonanza económica no hubiera habido quien lo echase hasta el 2004". "La capacidad de comunicación, la fuerza política, la habilidad extraordinaria que tuvo siempre González hizo darse cuenta a muchas personas, que era preciso que concluyera su etapa".
¿Quiénes serían esas muchas personas que se dieron cuenta y conspiraron contra González? ¿Eran solo periodistas? ¿Había gente del PP? ¿Empresas importantes? ¡Ah! Chi lo sa?
¿Quiénes serían esas muchas personas que se dieron cuenta y conspiraron? ¿Eran solo periodistas? ¿Había gente del PP? ¿Empresas importantes? ¡Ah! Chi lo sa?
Si no es Felipe González, igual Feijóo se refiería el sábado al finado y recordado Alfredo Pérez Rubalcaba. Secretario General del PSOE entre 2012 y 2014 y ministro en numerosas ocasiones y departamentos, tanto de Felipe González, como de Jose Luis Rodríguez Zapatero. De hecho, entre 2006 y 2011 fue ministro del Interior. Y ETA se terminó.
¿Demostró el PP sentido de Estado con Rubalcaba? Más bien no. Rafael Hernando, que fuera portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, y actualmente senador, acusó en 2010 a Rubalcaba de montar una policía política para espiar al PP ¡Madre mía! Eso, cuando un año antes ¡2009! Villarejo andaba pasando información sobre el hermano de ministro a Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal, a la sazón secretaria general del PP. "Es un punto débil que podéis utilizar", aseguraba el excomisario.
Otra perla. Dos años después, en 2012, Carlos Floriano, diputado en esa fecha y actual senador, seguía asegurando que "una mayoría de españoles" pensaba que Alfredo Pérez Rubalcaba "sería capaz" de haber puesto en marcha una trama para escuchar al PP.
En 2011 Esteban González Pons, consideraba que Alfredo Pérez Rubalcaba "pudo haber colaborado políticamente con ETA". ETA, víctimas, traición. El sentido de Estado en su máximo esplendor
En una entrevista en la Cope, Floriano criticaba la reacción del líder socialista - llamó "bazofia" a una "exclusiva" de EL MUNDO sobre una supuesta trama de corrupción en el Ministerio del Interior, en la que se habrían captado -supuestamente, oiga- conversaciones de dirigentes del PP. El Mundo, COPE, PP. La Santísima Trinidad.
Un apunte más. En 2011, el entonces secretario de Comunicación del PP, y hoy vicesecretario general de Nuñez Feijóo, Esteban González Pons, consideraba -basándose en una documentación incautada al orate de "Thierry", dirigente terrorista a la sazón, que Alfredo Pérez Rubalcaba "pudo haber colaborado políticamente con ETA" y exigía su dimisión inmediata. "Después de ver esto, afirmaba, a ver quién se fía ahora de que el Gobierno no esté traicionando de nuevo a las víctimas". ETA, víctimas, traición. El sentido de Estado en su máximo esplendor.
Y todo orquestado a partir de otra "exclusiva" del entonces periódico del ínclito Pedro J. Ramírez, a partir de unos papeles de ETA. Todo bien. Nada nuevo.
Los buenos socialistas. Los que le gustan al PP. Al PP del sentido de estado. A los medios de comunicación conservadores responsables y superprofesionales, a las constructoras que pagan multas efectistas a cambio de otros 25 años de poder fijar precios en las licitaciones públicas. A la Justicia independiente y afinada, con puerta trasera. Los buenos socialistas que les gustan viejos y apartados o muertos. Antes no.
Pedro Sánchez alertaba sobre esos poderes ocultos, mordorianos, en el que conviven políticos de medio pelo, periodistas y medios bien engrasados y consejos de administración de empresas muy importantes. Y se ríen. De todos nosotros. A mandíbula batiente.