Es habitual que las consultas a la ciudadanía se hagan para respaldar aquello a lo que uno aspira, pretende y promueve. Es decir, no se hacen consultas para que nos lleven la contraria, sino para que nos llenen de razón.
Por ese motivo, la encuesta realizada por el Partido Nacionalista Vasco en la que consultaba a sus bases sobre la conveniencia en romper con Sánchez si no procedía a la transferencia a Euskadi de materias que ejerce el Gobierno de España no dejaba de ser una reiteración de las amenazas ya advertidas por dirigentes jeltzales, pero respaldada por la afiliación nacionalista.
El PNV necesita mantener viva la reivindicación estatutaria. Es una parte importante de su discurso político en el que EH Bildu nunca ha entrado. Una vez que se desprecia el Estatuto no parece que sea muy razonable blandirlo como herramienta política.
Sin embargo, el PNV sí lo ha hecho y lo puede seguir utilizando en solitario, sin esa incómoda competencia abertzale que le ha salido en sus negociaciones con el Gobierno de España. Por ello, el último informe del Gobierno vasco sobre competencias autonómicas incorporaba nuevos elementos que no se habían empleado antes ni se habían incluido en las reivindicaciones estatutarias. Es decir, el informe Zubía, del año 1994, incluía menos competencias que el realizado por Erkoreka en el año 2017. Todo ello con el argumento de que el proceso de autogobierno es “dinámico” y responde a un modelo evolutivo que, lógicamente, no tienen porqué acabar nunca, como es de desear para quienes hacen de su reclamación un elemento troncal de su discurso.
El PNV necesita mantener viva la reivindicación estatutaria. Es una parte importante de su discurso político en el que EH Bildu nunca ha entrado
Sin embargo, la profundidad de sus aspiraciones, como de sus amenazas, no tienen ya el mismo alcance de otras épocas. Entre otras razones, porque la lista que queda pendiente es un listado de asuntos residuales desconocidos por la sociedad y los que sí que tienen envergadura, tienen un difícil encaje constitucional.
Así, por ejemplo, vemos que entre las materias pendientes de transferencia se encuentran los puertos y aeropuertos o la competencia en meteorología. Sin embargo una lectura del artículo 149.20 de la Constitución Española nos dice que son competencia exclusiva del Estado “los puertos de interés general; aeropuertos de interés general; control del espacio aéreo, tránsito y transporte aéreo, servicio meteorológico y matriculación de aeronaves”.
Como han dicho responsables políticos socialistas, la concreción de las transferencias es muy delicada y de no hacerse con pulcritud podrían ser revertidas por el Tribunal Constitucional
El PSE se comprometió a negociar estas competencias, supongo que a sabiendas de que no eran susceptibles de transferencia, pero por aquello de llevarse bien con sus socios, y ahora tiene un compromiso difícil de cumplir.
Como han dicho responsables políticos socialistas, la concreción de las transferencias es muy delicada y de no hacerse con pulcritud podrían ser revertidas por el Tribunal Constitucional. En efecto, son delicadas y, más bien, parece que, realmente, no son materias sujetas a transferencia.
El PSOE tiene muy difícil satisfacer al PNV en los elementos más relevantes de su planteamiento, por lo que es posible que, sin romper sus principales acuerdos, pudieran distanciarse en algún punto
Sin embargo, el PSOE accedió a las pretensiones negociadoras y ahora se sitúa en un espacio de incumplimiento de sus compromisos. No pasa nada, supongo que el PNV es perfecto conocedor de que sus aspiraciones no son compatibles con la legislación vigente, pero eso no obsta para seguir reclamando el desarrollo estatutario, que es una de sus estrategias discursivas.
El PSOE tiene muy difícil satisfacer al PNV en los elementos más relevantes de su planteamiento, por lo que es posible que, sin romper sus principales acuerdos, pudieran distanciarse en algún punto. Al PNV le conviene marcar perfil en un momento en el que sus coincidencias con EH Bildu son excesivamente frecuentes y con un liderazgo del PSOE que alcanza a cada votación del Congreso.