La mala leche tiene mala prensa por parte de la mala gente.
La mala leche es todavía democrática, al alcance de todos. No es más que la indignación expresada de forma vehemente cuando entiendes que algo no se está haciendo bien. Expresada vehemente, he dicho. No hay violencia no hay coacción. Hay convicción en el planteamiento.
La mala leche a veces ni siquiera llega a mala leche. Se queda en queja cansina y cansada. Y aún así siempre hay alguien, mala gente, que te exhorta a no perder los papeles, ni las formas. Y eso que aún ni has empezado.
La mala gente a la que molesta la mala leche es la que está en la pomada o aspira a estarlo. Que alguien venga a decir que la pomada es una mierda les incomoda. Eso es lo que hay, es una de sus frases preferidas.
La mala gente sonríe mucho, abraza mejor y cambia poco las cosas. Tienen justificación para casi todo y son capaces de medrar en casi cualquier circunstancia laboral, régimen político o trámite burocrático. Siempre conocen a alguien.
No son de fiar. A mí dame una persona con mala leche. Alguien con convicciones y que las defienda. Con espíritu crítico, ganas de cambiar el mundo, culo inquieto. Prefiero discutir mil días con ella antes que acordar una sola cosa con acuchilladores de espaldas.
Las gentes con mala leche son totémicas, auténticos chivos expiatorios, cabezas de turcos para las personas acomodaticias y con mala conciencia.
No hay nada peor que la mala conciencia para odiar al de enfrente. Si le debes dinero, le llamas usurero, si le has agraviado, le difamas, si te ha hecho un favor, le desprecias. Y con esa ética nos vamos moviendo por el mundo hasta nuestra próxima extinción.
Estamos rodeados de gente que medra y no vale para nada que no sea medrar. No tiran del carro, no, pero ¡oigan! molestan la hostia a los que hacen el esfuerzo.
La mala leche tiene mala prensa porque la prensa se ha vuelto mala. Demasiada mala gente en el sector. Por eso cuando sale un periodista con mala leche, que pregunta, que no permite que le mientan, que contrasta, tiene varias opciones … Bueno quien dice varias dice dos. Al paro o a tragar.
La mala prensa es una de las peores cosas que le han pasado a este país. La falta de una buena prensa, libre, profesional, objetiva e implacable con la mentira y los mentirosos, nos acerca al abismo, a la barbarie y a la oscuridad. Y allí la mala leche ya no será democrática.