El cineasta Thomas Lacoste vuelve a las andadas. Esta semana diversas asociaciones de víctimas de ETA denunciaron la celebración de la jornada 'Thomas Lacoste, una mirada cinematográfica sobre el conflicto vasco', prevista para el próximo 16 de marzo en Baiona (Francia). A juicio de estos colectivos, este director "oculta" a los damnificados por el terrorismo etarra con un relato "tendencioso" en sus películas. "Los trabajos de Thomas Lacoste se presentan como documentales, no como piezas de ficción, pero utilizan fuentes parciales e ignoran las aportaciones de los principales investigadores sobre la historia reciente del País Vasco y Navarra".
No es la primera vez que Lacoste es noticia por sus documentales. En 2020, sin ir más lejos, EITB emitió un documental de este cineasta que causó un enorme revuelo. Por ejemplo, la eurodiputada de Cs y víctima directa del terrorismo Maite Pagaza denunció que dicha emisión incumplía "los criterios de verdad y memoria" y suponía "una victimización posterior de las víctimas". En esta época donde tan importante es contar la verdad sobre el terrorismo, los documentales de Lacoste suponen un fraude a los ciudadanos porque olvidan un punto de vista más que necesario. Lacoste es libre de enfocar esta cuestión como le venga en gana, claro que sí, pero lo lógico sería que las instituciones públicas, sean españolas, francesas o de otras latitudes, no dieran pábulo a obras tan parciales.