Si hay algo que nos molesta especialmente a los politólogos y politólogas es que los políticos utilicen terminología o conceptos propios de la ciencia política para construir sus mensajes electorales y no es porque sintamos una especie de intrusismo ni por una cuestión de copyright. Sencillamente cuando un político utiliza términos de la ciencia política lo suele hacer mal, bien por desconocimiento, bien por aprovechar esos conceptos a su favor.

Tras la última encuesta de EITB Focus publicada, el candidato a las juntas generales de Guipúzcoa por el PP, Mikel Lezama, aseguro que su partido era “aire fresco frente al bipartidismo en Euskadi”. La declaración me sorprendió ya que, si bien es cierto que algunos politólogos han apuntado a un viraje del sistema de partidos en Euskadi hacia el bipartidismo, esos mismos politólogos toman este viraje con mucha precaución.

En 2012 intenté demostrar que el sistema de partidos en Euskadi había virado de un sistema de pluralismo polarizado a un sistema de pluralismo moderado según la clasificación que hacia Giovanni Sartori de los sistemas de partidos (es la clasificación de sistemas más extendida en los análisis desde la ciencia política). Las conclusiones de mi estudio determinaban que, si bien había elementos para poder asegurar esa transformación, aún era pronto para poder confirmarlo, ya que persistían en el sistema vasco elementos del anterior sistema.

El sistema de pluralismo moderado en que nos encontramos cuenta con hasta cuatro fuerzas con capacidad de influir, construir o condicionar gobiernos

Han pasado 11 años y tres citas electorales forales y municipales (la que está por venir, incluida) para poder confirmar ese cambio. Pronto me parece que anticipemos un nuevo cambio sistema acabamos de confirmar el cambio al sistema moderado. Y es que los sistemas de partidos no solo tienen criterios numerosos para determinar el tipo de en el que nos encontramos.

El sistema de pluralismo polarizado que nos rigió durante casi 40 años tenía unas características concretas. Había una fuerza antisistema (partidos de la Izquierda Abertzale) importante que orientaba su acción política y estrategia a deslegitimar el sistema, oposiciones mutuamente auto excluyentes (IA y PP estaban en los extremos ideológicos y no podían apoyarse el uno al otro para configurar una alternativa de gobierno) que hacía que los partidos de centro pudiesen gobernar.

Todo esto cambio con el fin de la actividad armada de ETA (previamente hubo un desgaste electoral de la IA) la legalización de Sortu (relegitimación de la opción antisistema) y la unión de los partidos políticos nacionalistas a la izquierda del PNV (con lo que se redujo el número de partidos con representación institucional).

Ahí podíamos observar ese cambio al sistema moderado, pero como he dicho tenían que pasar años para confirmarlo, ya que existía la posibilidad de que esas nuevas características saltasen por los aires, bien por la irrupción de nuevas fuerzas antisistema (apareció Podemos y había que observar su comportamiento), bien porque la coalición abertzale saltase por los aires y volviese a dibujar un escenario con demasiados partidos.

El sistema de pluralismo moderado en el que nos encontramos, cuenta con hasta 4 fuerzas con capacidad de influir, construir o condicionar gobiernos. Por un lado, PNV que junto con PSE ostentan la mayoría del poder institucional en Euskadi y por otro EH Bildu y Elkarrekin-Podemos que con un eventual apoyo del PSE se plantea como alternativa de gobierno.

El PP se plantea estas elecciones como una opción rebelde frente al establishment, pero es un error. No aconsejaría al PP presentarse como alternativa a un bipartidismo que no existe

Este escenario queda lejos, por tanto, del escenario bipartidista, ya que ese sistema debería contar con 2 partidos con capacidad de gobernar en solitario o apoyarse solo en un tercero para el mismo fin. Por tanto, No, el bipartidismo en  Euskadi (de momento) no es más que una quimera.

Entonces ¿por qué Lezama utiliza este sistema como mensaje electoral?

El PP tiene una tendencia en su mensaje un tanto extraña. Se está planteando en estas elecciones como una especie de opción rebelde frente al establishment impulsado por la tendencia de la derecha MAGA estadounidense de ir por este camino, pensando que las mismas estrategias funcionan en distintos escenarios. Gran error.

Yo nunca aconsejaría a un partido como el PP que se identifique como la alternativa a un bipartidismo que no existe (es más, no se lo aconsejaría ni a un partido de izquierdas) ya que el escenario que dibujas en la mente del elector es el de dos  fuerzas grandes con posibilidades de gobernar y con una percepción de victoria infinitamente mejor que la tuya. Por efecto de galgo ganador el elector, en este escenario que les planteas, va a acudir a votar a esas opciones mayoritarias. De hecho, esta estrategia fue, a mi entender, el mayor error estratégico de IU durante los años del sistema bipartidista en España y fue la causa del declive socialista en las elecciones municipales de Barcelona en 2015 y esto son solo dos ejemplos.

En cualquier caso, si el PP quiere lanzar un mensaje de alternativa anti-establishment, haría bien en virar a postulados más liberales, alejarse de discurso extremistas y a la vez de la imagen de partido conservador que aún se le atribuye. Pero eso amigos, es casi tanta quimera como el bipartidismo vasco.