Vientos de cambio
Nuestros WhatsApp se han convertido en una fuente inagotable de información y, por lo tanto, creo que también en un termómetro perfecto para testar los temas que preocupan y ocupan a una sociedad. Me resulta grato comprobar como cada vez es más frecuente que, entre deporte, política, crónica rosa y memes de todo tipo, se cuelen vídeos e imágenes que muestran la necesidad de una transición ecológica y que abogan por concienciar a una ciudadanía, a la que cada vez le preocupa más estos temas. Este fin de semana me ha llegado, a uno de esos grupos que todos tenemos en esta app de mensajería, un vídeo muy impactante que en una sola imagen de círculos concéntricos y mediante unas sencillas espirales explicaba gráficamente la rapidez con la que se está acelerando el aumento de temperaturas en el planeta, sobre todo en los últimos 40 años. También se ha hecho viral otra imagen en la que unas personas intentaban resguardarse del sol en la escasa sombra que proporcionaba la marquesina de entrada al metro en la Puerta del Sol de Madrid, después de una reciente reforma que ha obviado cualquier infraestructura verde en este espacio central de la capital. Dos ejemplos diferentes que muestran hasta qué punto es importante que estos temas pasen formar parte central del debate sobre nuestro futuro.
Este debate tiene un punto clave en la transición energética, el abandono de los combustible fósiles para pasarnos a las energías renovables y no contaminantes. Estamos a finales del curso escolar y si Euskadi se tuviera que examinar de esta materia creo que no obtendría el aprobado. Sólo el 10% del origen de nuestra energía es verde, cuando la Unión Europea obliga a que sea superior al 42% en 2030, mucho tenemos que mejorar si queremos sacar buena nota a finales de esta década. No por resultar evidentes estos datos, deja de sorprender lo que está costando activar nuevos proyectos de renovables en la comunidad autónoma, aunque parece que por fin el Gobierno Vasco va a presentar en breve el Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables, después de un acuerdo parlamentario entre PNV, PSE y Bildu. Según parece, serán 110 nuevos proyectos de este tipo de energía, principalmente eólicos y solares, en toda Euskadi, de los que más de 40 se proponen ubicar en Álava. Creo que es un documento absolutamente indispensable para desatascar los proyectos pendientes y para lograr consensos necesarios en la ubicación de los mismos. Euskadi produjo algo más de 400 MW de energía renovable en 2019 y el objetivo es superar los 2.100 MW en 2030, así que no hay tiempo que perder.
Tenemos que ponernos las pilas, de hidrógeno a poder ser, porque vamos muy retrasados respecto a los países más avanzados del continente en toda esta transición energética. No hay más que darse una vuelta por Alemania, la cuna de los motores de combustión, para ver como se han incrementado exponencialmente los vehículos eléctricos y las electrolineras. También lo podemos hacer por Ámsterdam, para comprobar como el proyecto estrella de este último año ha sido un mega parking para 12.500 bicicletas construido bajo el agua o por Paris, que en poco tiempo está cambiando el paisaje de sus calles cambiando los coches por miles de bicis gracias a un valiente plan de movilidad sostenible liderado por su alcaldesa. No podemos quedarnos atrás, no podemos ser tan ciegos de no ver la tendencia y la oportunidad de cambio. El problema principal de una ciudad nunca puede ser el agilizar el tráfico de vehículos privados, bien al contrario debe ser el como conseguir que la mayoría de desplazamientos no se hagan en ellos. No estaría de más que alguna de las candidaturas a los próximos ayuntamientos vascos lo tuvieran en cuenta.
Los que me siguen ya saben que me gusta ver siempre el vaso medio lleno, así que creo que es importante destacar también como, en cierta parte de la sociedad, este mensaje está calando y está liderando un cambio silencioso pero rápido. Un ejemplo es el caso de las personas emprendedoras.
La semana pasada me congratuló ver cómo un año más los proyectos ganadores del concurso de ideas de Álava Emprende volvían a tener la sostenibilidad en el centro de sus propuestas y oír a jóvenes responsables de nuevos proyectos nacidos al albur de esta transición ecológica y energética. También es grato comprobar cómo la iniciativa privada lo tiene en cuenta en proyectos como el que Bilbao Truck tiene dentro del puerto de la capital vizcaína, el huerto empresarial más grande de España, o comprobar cómo avanza la primera planta de combustibles sintéticos de este mismo puerto de la mano de Repsol y Aramco.
Todos estos vientos de cambio deben ir impulsados también desde la ciudadanía con dos elementos esenciales: la reducción de nuestro consumo y la eficiencia energética. En sólo un año de guerra en Ucrania, con los consiguientes problemas de suministro, hemos podido comprobar el margen de mejora que tenemos a la hora de utilizar, por ejemplo, nuestra calefacciones o aires acondicionados. Ojalá que esta guerra sin sentido acabe pronto pero que no perdamos, e incluso profundicemos, en un uso mucho más racional de la energía, porque la mejor sigue siendo la que no se produce porque no se necesita.