Otra forma de hacer política es posible. Llámenme cursi, utópico o estúpido, pero creo que sí puede dirigirse la cosa pública con otro estilo, con más diálogo y menos enfrentamiento. Ahora, repartido el botín de los ayuntamientos entre los partidos, es hora de que quienes tengan las responsabilidades oportunas gobiernen para todos los ciudadanos y no piensen tanto en intereses partidistas.
En estos tiempos convulsos de tantas elecciones, con el 23-J a la vista y las vascas en menos de un año, gobernar para todos y enterrar los conflictos sería la mejor manera de combatir esa desafección y esa abstención crecientes.