Nervacero, planta de Celsa en el País Vasco

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Opinión

Mayo negro

19 junio, 2023 05:00

Dicen que mayo es el mes de las flores, este último mayo en Euskadi ha sido poco florido y poco hermoso, en lo que al ámbito empresarial se refiere. De hecho, podemos tildarlo de negro porque nos deja la mayor caída de empresas en los últimos 10 años. ¡La mayor caída de empresas en los últimos 10 años en el mes de mayo!

Seguramente la noticia les ha pasado desapercibida, como vienen pasando desapercibidos este tipo de datos, que son sangrantes para quien los sufre, pero que la mayoría entiende que o no les afecta, o les pasa de refilón.

En lo que va de año han echado el cierre 221 empresas, de ellas 50 lo hicieron en mayo y además, el quinto mes del ejercicio se lleva por delante a casi 200 autónomos, lo que supone un acumulado de 1.142 emprendedores menos, desde enero. 1142 autónomos que han visto truncadas sus ilusiones, sus proyectos y cómo no, sus inversiones. De los datos se ha hecho eco Confebask, tras analizar los registros de la Seguridad Social que pone blanco sobre negro como están las cosas. 

El dato puede parecer baladí si vamos a las cifras absolutas, según las cuales, Euskadi cuenta con un total de 58.065 sociedades y 167.853 autónomos. ¿Qué son unos pocos más o unos pocos menos? Puede parecer poca cosa, pero desde luego no lo es, ni para quien lo sufre, ni como dato suelto, ni mucho menos si esto empieza a marcar una tendencia que nadie desea.

La realidad es que las empresas y los autónomos somos cada vez más vulnerables. Ya nos hemos aprendido eso de que la incertidumbre ha venido para quedarse, y que este es el caldo de cultivo en el que debemos desarrollar nuestra actividad. Sorteando imprevistos, cuando se puede, y esperando a que llegue el siguiente, para ver si salimos vivos del tsunami.

En el último mes, 50 compañías y dos centenares de trabajadores por cuenta propia, no lo consiguieron, y es más que probable que no lo vuelvan a intentar. No es fácil recuperarse de una experiencia de esas características, por mucho que nos vendan la necesidad de fracasar para hacernos “mayores” y como vivencia imprescindible de aprendizaje. Ver como un proyecto por el que has apostado, por el que has arriesgado y por el que te has dejado la piel, no sale adelante, es una historia vital amarga, que deja heridas difíciles de cicatrizar.

Y cabe preguntarse el porqué de estos fracasos. Los motivos pueden ser muy variados: falta de relevo generacional, no haber acertado con el producto o servicio ofertado, una mala gestión, falta de recursos económicos, mala elección de los profesionales…lo dicho, muchos y variados. Sin embargo, hay otra serie de circunstancias que afectan especialmente a los negocios y que son difíciles de paliar porque no depende de lo que autónomos, emprendedores y empresarios hagan, sino del entorno. De la cobertura que reciban en un contexto cambiante, globalizado y permanentemente incierto. A ningún negocio le ayuda la duda permanente en aspectos tan importantes como el marco político y económico en el que debe desarrollar su actividad

Siempre se ha dicho que el dinero es inteligente y sale corriendo de donde no lo ve claro. Pues la falta de estabilidad institucional en la que estamos inmersos, junto al resto de los obstáculos que tenemos que ir salvando, como la carestía de las materias primas, la crisis de suministros o el precio de la energía, no son los mejores compañeros de viaje.

Es en todo caso, un buen momento para los audaces, para aquellos que saben encontrar nichos de mercado que todavía no han sido cubiertos por otros, pero para poder hacerlo, hace falta una buena cobertura por parte de la Administración. Se requiere por parte de todos, una especial sensibilidad para con las empresas, sensibilidad de la que estamos muy lejos y en la que sin ninguna duda hay que trabajar.

Mayo nos deja un balance de 50 empresas menos y 200 autónomos menos. Pueden parecer pocas, pero los que ya no están han dejado de generar empleo y riqueza para el conjunto de la sociedad y eso es malo para todos. No ha sido un mayo florido para las empresas, y no pinta bien junio, aunque nos empeñemos en eso de que la economía va bien.