Como diría Rigoberta Bandini no sé por qué dan tanto miedo nuestras tetas. Algo así debió pensar la artista Rocío Saiz cuando descubrió su torso mientras interpretaba la canción de la más grande, como yo te amo, durante la celebración de las fiestas del orgullo LGTBI+ en Murcia. Quizá, ni le dio tiempo a asimilar lo que estaba ocurriendo cuando un policía le exigió taparse e identificarse. Llevaba diez años realizando esta performance y la estupefacción por lo que estaba pasando fue máxima para la propia Rocío, la organización y el público presente.
Me alegra saber que la contestación pública haya arropado la soledad de ese momento en el que percibes que tras ese requerimiento policial se esconde un abuso de autoridad y creo que también mucha carga ideológica. La Policía Local así como la Fiscalía de Murcia ya han abierto diligencias para investigar lo sucedido e investigar si el agente cometió algún delito.
Tras ese requerimiento policial se esconde un abuso de autoridad y creo que también mucha carga ideológica
Lo más sorprenderte es que no era la primera vez que le sucedía algo así, según relata la propia artista, aunque no con tanto impacto mediático. Reflexionen en este momento a cuántas mujeres les habrán censurado actitudes parecidas y que no trascienden por no ser personajes públicos, ni casos mediáticos. Yo misma. No me tengo que ir muy lejos para haberlo vivido en mi propia piel. Un top less escandaloso por el que un señor me exigió que me tapara en una piscina. A gritos me recriminaba estar al puro estilo Delacroix. Él mismo lucía unos pechos desnudos moteados por pecas y salpicados por vello corporal mientras vociferaba improperios dignos de no ser reproducidos. El hecho de haber leído las normas de la piscina y no ver reflejado que tal cosa pudiera ser una alteración del reglamento fue lo que me hizo mantenerme firme y convencida de mi derecho. En ese momento pude hacerlo porque conté con el apoyo de mi familia presente mientras duraba el sainete del destape pectoral mutuo, pero reconozco que al día siguiente la presión me venció y el textil puso de manifiesto que no éramos iguales.
Esto mismo es lo que le indicó el inspector de Murcia a Rocío Saiz, que de haber sido un hombre no le hubiera dicho nada. Pero que a ella sí, puesto que atentaba contra el artículo 108 del Código Penal. Ni Saiz, ni ningún jurista ha podido encontrar el aludido artículo, ni su contenido. Convendría recordar que enseñar los pechos y que esto suponga un delito de escándalo público fue despenalizado en 1988 a iniciativa de Izquierda Unida con el Gobierno de Felipe González. Si están pensando en el delito de exhibicionismo tampoco encajaría, ya que supone realizar un acto lascivo frente a menores o personas deficientes mentales. Al policía de Murcia ya se le ha abierto un expediente disciplinario.
El inspector de Murcia le indicó a Rocío Saiz que de haber sido un hombre no le hubiera dicho nada
Estamos en mi opinión frente a varios fenómenos que empiezan a darse a la vez. El primero es la clásica sexualización del cuerpo femenino, la mirada machista que sufren nuestros cuerpos solo por ser mujeres. El segundo es que al primer motivo se le está sumando un goteo continuo de actitudes reaccionarias debido a la legitimación del discurso político de Vox y su entrada en Gobiernos e Instituciones. Los primeros pactos de gobernabilidad en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas del partido ultra y el Partido Popular tienen como prioridad acabar con los departamentos de igualdad, sustituir la denominación de la violencia machista por la violencia intrafamiliar, como si se tratase de la misma cosa con idénticas causas y por lo tanto con el mismo tratamiento. En definitiva, tirar a la basura tal y como reza una lona gigante instalada por Vox en el barrio de Salamanca, el feminismo, los derechos LGTBI+, los derechos de las personas migradas... Una lona de odio que, por cierto, ha mandado ser retirada la Junta Electoral de Zona porque hasta el inicio legal de la campaña electoral queda prohibida la realización de publicidad o propaganda electoral mediante carteles o soportes comerciales (LOREG).
En Valencia, en el pueblo de Náquera un joven se ha visto obligado a retirar la bandera arcoiris de su balcón por sufrir insultos y amenazas. En Náquera ganó Vox en las pasadas elecciones municipales y gobernará con el PP. Entre sus primeras decisiones y amparándose en la Ley de Banderas queda prohibida la insignia multicolor en los edificios municipales. También sustituir las concentraciones del “No a la violencia machista” por lemas más de su gusto como “No a la violencia” o “Condenamos toda violencia”. En el Ayuntamiento de Tías, Canarias, Vox ha pedido la retirada de todos los símbolos del colectivo LGTBI. En Torrelodones se ha anunciado la eliminación de los puntos violeta en las fiestas. Un suma y sigue que, efectivamente, confirma que tenemos motivos para preocuparnos.
En el pueblo de Náquera un joven se ha visto obligado a retirar la bandera arcoiris de su balcón por sufrir insultos y amenazas
Hasta en Extremadura, la candidata del Partido Popular, María Guardiola, que la semana pasada se mostraba muy firme con una posible entrada del partido de Abascal en el Gobierno extremeño debido a sus principios éticos ha empezado a doblar la rodilla frente a las exigencias de Vox y las presiones de su propio partido. No sé si la genuflexión será completa o si sus principios estarán por encima de la estrategia a menos de un mes para las elecciones generales.