Creo que fue el finado Juanito quien dijo, en los ochenta, y después de perder 2-0 contra el Inter de Milán en la ida de la Copa de Europa aquello de “noventa minuti en el Bernabeu son molto longo”. Saco a colación esta historieta porque hay quincenas en la que no paran de abrirse melones sobre los que planear, comentar o analizar y se hacen muyyyy largas. Esta última es una de ellas.
En el frente interno, dicho esto sin connotaciones bélicas, sino geográficas, repasemos a algunos contendientes que buscan -a veces a codazos- sitio en la cabeza del pelotón ante la proximidad del sprint final, allá por primavera.
El PNV ha realizado un esfuerzo ímprobo para demostrar fortaleza en su pasado Alderdi Eguna. Digamos que aprobado justito. Mucho militante asalariado público o asimilado, poco simpatizante y una asistencia de unos pocos miles, ni mucho menos decenas de miles, de personas. Que está muy bien para una Fiesta de la Rosa, por ejemplo. O un Aberrri Eguna de Bildu, pero -en mi opinión- queda un poco escaso para el partido guía.
Además, venían de una sesión de investidura fallida en la que el candidato Feijóo había ninguneado a Aitor Esteban, con el consecuente cabreo del interesado, que demostró piel fina para alguien que gasta quintales de ironía en sus intervenciones. No le sentó nada bien la sorna gallega.
Esos días coleaba también el enésimo caso de presunta colusión de intereses, éticos y estéticos, protagonizado por un destacado cargo del PNV. Resulta que un abogado, de un prestigioso bufete internacional, con sede en Euskadi, había actuado como asesor externo del Departamento de Educación en el conflicto de los autobuses escolares. Por tal trabajo, según el departamento, habría cobrado 5.400 euros más IVA.
El problema surge cuando se desvela que el mencionado abogado, de un prestigioso bufete profesional, con sede en Euskadi, también es consejero y secretario del consejo de una empresa de autobuses … que se había adjudicado en concurso público 15 líneas de transporte escolar por un valor de más de 4 millones de euros.
En un primer momento, el departamento de Educación afirmó desconocer la relación del abogado con la empresa de autobuses pero días después, el propio consejero Jokin Bildarratz, reconoció que él sí que lo sabía y que su departamento de prensa no. O algo así. También aseveró que no veía nada reprobable.
Y así ha sido. No hay nada censurable ni legal, ni ética, ni estéticamente en contratar al prestigioso profesional, de una importantísima firma con oficinas por medio mundo, Joanes Labayen, hijo de Ramón Labayen -exconsejero de Cultura y exalcalde de Donostia-San Sebastián y casado con Bakartxo Tellería, presidenta del Parlamento vasco, como asesor para defender los intereses del Departamento de Educación ante las empresas de transporte escolar en conflicto, aunque fuera, al mismo tiempo, consejero y secretario de una empresa adjudicataria de dicho servicio.
Poco he oído hablar de enseñanza, educación, competencias, exigencia, disciplina, valores, principio de autoridad del profesorado, etc… en la nueva Ley de Educación y demasiado de lenguas. Mientras tanto, nuestros herederos cada vez hablan y escriben peor
Algún día, algún periodista de investigación vasco -me mondo- ahondará en la probable relación que hay en Euskadi entre prestigiosos bufetes de abogados y el PNV. Seguramente sea más fácil que te toque la Primitiva que encontrar un gran despacho que te lleve un caso contra el partido. Y quien dice partido, dice PNV, Gobierno vasco, diputaciones, ayuntamientos, empresas públicas, etc… Conflicto de intereses, se llama. Todos trabajan para dichos rubros.
Y aún y todo, Jokin Bildarratz ha tenido tiempo de acordar con el PSE-EE la nueva Ley de Educación. Los socialistas discrepaban de la ley apoyada por PNV y Bildu, porque entendían que imponía a uno de los idiomas oficiales de Euskadi en los colegios en detrimento del otro.
Ahora, con las nuevas aportaciones, los socialistas dicen que están satisfechos porque se mantienen los tres modelos existentes. El A -con el español como idioma vehicular y euskera como asignatura-, el B – asignaturas al 50% en los dos idiomas- y el D -con el euskera como idioma y el castellano como asignatura.
Luego, el consejero salió al paso y matizó que lo mismo el modelo A desaparecía de las aulas. El secretario general del PSE-EE, Andueza, le dijo que lo mismo estaba interpretando de forma errónea la ley. En fin, nada grave. El tiempo dirá si el modelo A desaparece y si el PSE-EE está empezando a pagar la factura de los votos de investidura de Pedro Sánchez.
Por cierto, el modelo A apenas existe ya. En centros públicos estos colegios se agrupan principalmente en las capitales y su alumnado está conformado por un alto porcentaje de hijas e hijos de la migración. De hecho, hay comarcas enteras sin centros públicos con modelo A, por lo que, cuando llegan niñas y niños de fuera de Euskadi, se les escolariza directamente en un centro público existente (generalmente línea B o D) o en una ikastola concertada. Esto es hoy y es la realidad. La ley no la cambia ni un ápice.
Poco he oído hablar de enseñanza, educación, competencias, exigencia, disciplina, valores, principio de autoridad del profesorado, etc… en la nueva Ley de Educación y demasiado de lenguas. Mientras tanto, nuestros herederos cada vez hablan y escriben peor, a mano o a máquina (que diría el anuncio de detergentes), y en cualquiera de los idiomas. Y de conocimientos… ¿justitos? Me quedo corto.
La actual ley de Educación se firmó en 1992 con un consejero y vicelehendakari llamado Fernando Buesa. También fue el impulsor de la integración de las ikastolas en el sistema educativo. El resultado ha sido 30 años de paz educativa y la integración de las ikastolas, y de sus trabajadoras y trabajadores, que lo quisieran, en la red pública y sin oposiciones, así como la creación de una red de ikastolas concertadas, que se unían al resto de centros privados.
30 años pueden ser muchos para una ley y tal vez haya que cambiarla. Pero crear una norma que orilla uno de los dos idiomas oficiales en los colegios y que eleva a una empresa privada (la Federación de Ikastolas) a una especie de tercera línea educativa, modelo a seguir, no es mejorarla. Es otra cosa. Más étnica, más excluyente.
Hablando de Fernando Buesa, la vandalización del monolito erigido en su memoria, y en la su escolta, Jorge Díaz, y la posterior profanación de su lugar de descanso eterno solo puede entenderse como una salvajada. Condenable y sin sentido. Por mucho que algún anacoluto bildutarra señalara en la red, que antes tenía un txinbo y ahora una x, que era un enemigo del euskera, afirmación que no se sostiene ni por sus palabras ni, sobre todo por sus hechos, como señalé dos párrafos antes.
Además, aunque lo hubiera sido, y además del Real Madrid de baloncesto (perdóname Fernando), los hechos causan dolor, estupefacción y son con-de-na-bles. ¡Venga Arnaldo! ¡No me jodas! ¡A estas alturas! Estas mierdas, junto a los homenajes o la incapacidad de Bildu para poner orden interno tanto en los suyos como en los proxys, es lo que condena al partido, llamado de izquierda abertzale, a ser oposición durante una década más por lo menos. Aunque el PNV pierda.
Voy acabando, euskal PP is back. O foral PP. Lo que sea. Crónica Vasca forja líderes: nuestro columnista Javier de Andrés será nombrado presidente del PP de Euskadi o País Vasco, lo que ellos digan. En sus primeras manifestaciones ha abogado por disputar el espacio foralista al PNV. Recuperar los votos prestados e ir creciendo. Un plan viejo pero válido.
También le digo a Javier que no me parece buena idea comenzar esta nueva andadura con el akelarre de Barcelona. Allí, junto a águilas, abascales o antimonárquicos sobrevenidos porque el rey ha cumplido su papel constiucional ¡Ojo! No digo que sea mala estrategia para desgastar a Pedro Sánchez. Es mala para los objetivos que te has marcado en Euskadi, o País Vasco.
Ya dije al principio que hay quincenas que dan para mucho, pero nada te prepara para lo que ha ocurrido en Israel. El resto de temas previamente expuestos quedan como problemas del primer mundo, pequeñitos, ante la barbaridad de las actuaciones de Hamas. Yo no quisiera vivir en un país donde ellos gobernaran. Y si fuera mujer, mucho menos. Y si fuera una persona del colectivo LGTBIQ+ (no me acuerdo si hay más- o menos- letras), mucho menos. Una reflexión que presto a esa izquierda de la izquierda empanada hasta la médula.