Ya tenemos fecha para las elecciones vascas y ahora sí podemos decir que los partidos han comenzado su carrera definitiva para obtener los mejores resultados posibles en una cita electoral que se prevé intensa y muy ajustada entre las dos primeras opciones.
Las encuestas dan un estrecho margen y si bien es cierto que entre la población en general, los partidos políticos y los medios de comunicación existe cierto descrédito hacia este método de conocer la opinión y las intenciones electorales de los ciudadanos, las encuestas son las únicas que nos pueden predecir con un mínimo de rigor, cuáles serán los resultados electorales el 21 de abril.
Pero si hay algo que puede es importante a la hora de impulsar a una persona a votar es el estado de ánimo. Algunos compañeros míos, en un ejercicio de reduccionismo, incluso dirán que la decisión de voto (la de ir a votar o no y a quién votar) es una cuestión meramente emocional. Yo, por el contrario, le doy importancia a lo emocional, pero no creo que la decisión del voto sea algo emocional excluyendo todo proceso racional. Es más, creo que en el cerebro humano se dan procesos emocionales y racionales a la vez e interconectados, que determinan el comportamiento electoral de una persona. Evidentemente, en esta hipótesis que planteo, los estados de ánimo, como parte del proceso de decisión del voto son importantes.
Creo que en el cerebro humano se dan procesos emocionales y racionales a la vez e interconectados
En el EITB focus pasado se preguntaba a los encuestados por los estados de ánimo que les despierta estas elecciones y como aproximación, es un buen indicador de los estados de ánimo. Los datos de esa pregunta en concreto del EITB Focus son muy reveladores y nos ayudan a entender uno de los fenómenos más interesantes de esta elección: ¿Por qué sin posibilidades de formar o entrar en un gobierno, EH Bildu sigue teniendo una intención de voto tan alta e incluso, sigue aumentando (y aumentará) cuanto más se acerca la cita electoral?
En la pregunta que resuelve EITB Focus y que ha sido analizada con detalle por Silvan & Miracle, de la politóloga Eva Silvan, vemos que la emoción que predominan en el votante de EH Bildu es la esperanza (27.10%). A esto habría que sumarle la ilusión (12.10%) y nos daríamos cuenta de que a pesar de que EH Bildu tenga difícil formar parte de un gobierno, sus votantes tienen emociones positivas con respecto a las citas electorales. Los sentimientos de los votantes de la izquierda independentista que menos predominan son enfado (3.1%) y miedo (2.9%).
Los sentimientos de los votantes de la izquierda independentista que menos predominan son enfado y miedo
Estos dos sentimientos son emociones que sirven para movilizar en cuanto en contextos defensivos, es decir, la gente reacciona con miedo a que otra opción ideológicamente opuesta tenga opciones a llegar al poder. Estas son emociones que han estado muy presentes en las últimas campañas de EH Bildu y han supuesto movilizar un electorado importante en base a la llegada del Fascismo o la extrema derecha al poder.
En esta ocasión, la campaña de EH Bildu parece haber leído muy bien la situación emocional de los votantes y está operando emocionalmente entre la ilusión y la esperanza, pero no por gobernar. Si fuese ilusión por gobernar, PNV y PSE podrían alejar como ya lo están haciendo esa posibilidad y desactivar la movilización electoral de EH Bildu, pero estos siguen siendo con mucha diferencia el partido con mayor fidelidad de voto según la misma encuesta del EITB Focus (86%) frente al 63% del PNV. La razón no puede ser otra que el votante de EH Bildu no se va a movilizar por formar parte de un gobierno, lo hacen por el simple hecho de ganar unas elecciones, lo que vaya a pasar después ya será otra cosa.
Alguno puede pensar que es una razón poco contundente para movilizar un voto y sin embargo yo les diría que en este contexto, es suficiente, en primer lugar, porque gran parte de la gestión del PNV durante los últimos cuatro años ha dado a estas elecciones un carácter de elecciones de castigo para el PNV, donde por un lado, los votantes poco convencidos del PNV dejan de votarle para que haya un cambio dentro del partido jeltzale, y por otro lado impulsa la movilización de los votantes de otros partidos que se aglutinan entorno a la opción más cercana para empujar esa derrota jeltzale.
El votante de EH Bildu no se va a movilizar por formar parte de un gobierno, lo hacen por el simple hecho de ganar unas elecciones
Ante esto, el PNV poco puede hacer y en buena medida esto se ve en las emociones que desvela el EITB focus que ya estamos comentando. Es cierto que para los votantes del PNV la emoción predominante también es la esperanza (21%), pero la preocupación (que no el miedo), es la segunda emoción más mencionada con un 20,4%.
Y es aquí donde el PNV tiene un dilema fundamental y que le está lastrando en lo que se refiere a su comunicación. El electorado en general le ha perdido el miedo a EH Bildu y tan solo muestran preocupación. Los abertzales ya no son el partido enemigo a batir por el resto y la única opción que le queda al PNV es tratar de activar la esperanza, pero no se sabe muy bien a qué, aunque el intento de transmitir una renovación, un cambio importante y una asunción de errores comunes es bastante loable.
En cualquier caso, lo que nos están diciendo los estados de ánimo de los diferentes electorados, es que la esperanza de los votantes del EH Bildu por ver ganar unas elecciones por primera vez a una opción diferente al PNV, tiene un potencial movilizador mayor que el hecho de formar gobierno, algo que se ve más de cara a un “futuro” a medio plazo.
"Futuro". A buen seguro los lectores de Crónica Vasca ya se habrán percatado de que la palabra fuerza de la precampaña de EH Bildu es precisamente "Futuro".