A menos de 48 horas del inicio de la campaña electoral todas las encuestas publicadas hasta el momento nos hablan de un ajustado margen entre el PNV y EH Bildu. El CIS confirma esas rivalidad entre las dos fuerzas con ligera ventaja para los jeltzles que se situaría entre los 30 y 31 escaños. Bildu cosecharía la mayor subida pasando de los 21 representantes actuales, a los 28 -29 que le otorga el Centro de Investigaciones Sociológicas.
La foto fija del instante repite una y otra vez las tendencias del período precampaña, pero apuntan a algo más que trataremos de escudriñar, no solo atendiendo a los datos, si no también al termómetro de la calle.
Poca temperatura hasta el momento, nos lo dicen las encuestas y lo percibimos a nuestro alrededor. Solo un 11% está siguiendo con alto interés los acontecimientos de la política vasca frente a quienes lo hacen con poco interés, casi el 40%. La Semana Santa, ese paréntesis laboral, mental, religioso... esa escapadita planeada a última hora nos ha tenido muy ocupados entre poses para la foto del recuerdo, la cañita en la taberna que me recomendó mi cuñado y si sacábamos o no el paraguas junto al foulard, que parece que refresca.
Solo un 11% está siguiendo con alto interés los acontecimientos de la política vasca frente a quienes lo hacen con poco interés, casi el 40%
Por si fuera poca cosa, una nueva primavera futbolística arrasa febrilmente el territorio de Bizkaia. Nos lo recuerdan a cada paso las miles de banderolas rojiblancas colgadas en los balcones, las conversaciones de bar y la monumental bronca que se ha montado a cuenta de la pretensión del Athletic Club de cobrar a las embarcaciones por acompañar La Gabarra en un previsible paseo triunfal.
Pie en pared, que primero hay que ganar el partido, el la Copa y el del 21 de abril. Bien saben los políticos del poco caso que les está prestando la sociedad en el acumulado de varias fechas diseñadas para la evasión del espíritu. La traca se reserva para la decisiva última semana.
Volviendo al suelo firme de los datos, el CIS confirma que no llega ni a un 2% las personas que les mueve el programa electoral para votar a unos o a otros. El sufragio radica fundamentalmente en la emocionalidad. En lo que creemos que mejor nos identifica o que mejor representa nuestros intereses y a falta de una gran conocimiento de los candidatos y candidatas, así como de un perfil bastantemente moderado del grueso de las candidaturas, lo relevante lo va trasmitir la marca. El 70,1% elegirá la papeleta en función de las siglas de partido.
Bien saben los políticos del poco caso que les está prestando la sociedad en el acumulado de varias fechas diseñadas para la evasión del espíritu
Entonces ¿sirven o no las campañas para mover voto? La respuestas es desde luego que sí, con un pero a sus señorías, que no nos saturen. Teniendo en cuenta que un 54% de los ciudadanos tiene decidido el voto antes de mover la maquinaria electoral, el segundo grupo mayoritario de votantes dice que decidirá 7 días antes de introducir su voto en la urna (20%).
Indecisos y especialmente los alaveses quedáis advertidos, los partidos políticos os buscan. El sistema vasco reparte 25 representantes por cada territorio histórico, independientemente del peso demográfico de cada uno, artículo 26.1 del Estatuto de Gernika. De ahí, que un voto en Álava valga casi cuatro veces más que uno de Bizkaia y el doble que uno de Gipuzkoa. Probablemente, este no es el momento idóneo para abrir este melón, pero a futuro no estaría mal debatir sosegadamente sobre este particular en una futura revisión del Estatuto. Parecería razonable que el peso de cada ciudadano a la hora de elegir representantes tuviese igual valor y que la proyección de la representación en el Parlamento Vasco estuviera en línea con la mayoría de votantes. Sé que toco tuétano, cogollito democrático, pero preguntar no es ofender y reflexionar una obligación.