Jóvenes y sobradamente preparados

Los jóvenes empresarios tienen mucho que decir y cuando pueden, lógicamente alzan la voz. Lo han dejado claro en la reciente presentación de la Federación de Jóvenes Empresarios Vascos, Ajebask Euskadi. Están dispuestos a aportar, pero también a decir alto y claro lo que necesitan. 

Forman parte del ecosistema empresarial y les afectan los mismos problemas que al resto de las empresas, pero tienen una visión de la jugada, fresca y adaptada a los nuevos tiempos. La fiscalidad, la fidelización del talento, y el absentismo figuran entre sus principales preocupaciones. Las mismas que para el resto de las empresas, pero según aseguran, con mayor impacto, sobre todo, si tenemos en cuenta que se trata de iniciativas recientes, que necesitan consolidarse.

Por eso reclaman participar en los foros donde se analizan estas cuestiones, donde su opinión  puede ser de interés. La jornada de presentación fue esclarecedora para conocer el sentir de este colectivo. Con evidente espíritu crítico, y a través de una mesa redonda se puso blanco sobre negro, el momento actual por el que atraviesan. Creen que las asociaciones empresariales están viviendo un momento dulce, sobre todo por el papel que tuvieron durante la pandemia y que ahora se reconoce, si bien hay que seguir trabajando, para que cada vez el colectivo sea más amplio.

Absolutamente lógico también que reclamaran la complicidad de las instituciones para intentar llegar a diagnósticos conjuntos sobre los problemas más importantes, e intentar ponerles solución.

En un contexto de falta de trabajadores, con un problema obvio de captación y fidelización de talento, y siendo líderes en absentismo, el asunto debe preocupar pero sobre todo, debe ocupar

Se pusieron encima de la mesa, por cierto, paritaria, si no llega a serlo se habría dicho, pero siéndolo, no se le ha dado importancia, muchos asuntos de alcance. Sin embargo entre todos ellos, y ya digo que fueron unos cuantos, una frase del presidente de Ajebask Iñigo Juez ha tenido especial eco, dijo en una respuesta evidentemente más amplia sobre la problemática general de las empresas a las que representa, que le preocupaba escuchar a los jóvenes que “trabajar no les renta”. Evidentemente, no se puede generalizar, pero no es menos cierto que esto se escucha, en las empresas y en la calle. En un contexto de falta de trabajadores, con un problema obvio de captación y fidelización de talento, y siendo líderes en absentismo, el asunto debe preocupar pero sobre todo, debe ocupar. 

Es evidente que el mercado laboral, las inquietudes de los más jóvenes, sus intereses y prioridades no son las de otras épocas. Se mueven con motivaciones diversas que tenemos que conocer, contemplar y en la medida de lo posible satisfacer, para no perderlos.

El salario, no hay duda, sigue siendo importante, pero no es lo único que “renta o deja de rentar”, los que tenemos hijos en edad laboral lo sabemos. Quieren como todos, evidentemente, tener un salario digno que les permita cubrir sus necesidades, pero buscan crecer personal y profesionalmente. No aspiran a que su primer empleo, sea el que mantengan a lo largo de toda su trayectoria profesional. No les asusta la movilidad funcional, ni geográfica, bien al contrario, la entienden como positiva.

Les importa mucho, cada vez más, que los proyectos tengan propósitos éticos y sociales vinculados a políticas medioambientales, sostenibles y solidarias

Les importa mucho, cada vez más, que los proyectos tengan propósitos éticos y sociales vinculados a políticas medioambientales, sostenibles y solidarias. Han trasladado a su vida habitual estos compromisos y los reclaman también para las iniciativas empresariales, a las que están dispuestos a adscribirse.

Y tienen además la ventaja de que hay una falta significativa de perfiles profesionales en prácticamente todos los sectores y eso, hasta cierto punto, les permite elegir.

Así que el asunto debe preocuparnos y ocuparnos, y es lógico que los jóvenes empresarios incluyan esto entre sus asuntos prioritarios; el cambio de paradigma que se está dando entre sus iguales: los jóvenes.

Bueno es que el asunto llame la atención, porque es la forma de abordarlo. Si los tiempos son nuevos, requieren de adaptación por todos los agentes implicados. Ahora como siempre toca diagnosticar, e intentar buscar soluciones consensuadas.

Tienen la suerte y nosotros la fortuna de que además de ser jóvenes están más que preparados, y tienen una capacidad de adaptación que antes no se daba.