Bildu acaba de pedir al Parlamento Vasco medidas concretas "ante la manipulación" que, según la formación abertzale, promueven los medios de comunicación, a través de los cuales los ciudadanos nos informamos.
La iniciativa tiene forma de proposición no de ley, que es la forma que adoptan las iniciativas que no tienen fuerza legal y que son más retóricas que otra cosa, esas que tratan de recabar el apoyo de los grupos para pedir al gobierno al que se dirige que tome medidas que son de su competencia, aunque en el fondo a lo que suelen ceñirse es a recoger y publicitar la opinión del grupo parlamentario sobre un tema de actualidad para que la ciudadanía la conozca.
Hay quien opina que en los correspondientes parlamentos, en este caso autonómicos, solo deben debatirse cuestiones que sean de su competencia, para que no se conviertan en un cajón de sastre ni de desastre, mezcla del camarote de los hermanos Marx y caja de resonancia. Pero a mí no me parece mal que los ciudadanos conozcan la posición de los diferentes grupos políticos incluso en cuestiones que no gestionan, siempre y cuando no olviden cuáles son las prioridades de los ciudadanos a los que representan.
Medidas que pedirán al Gobierno Vasco aprovechando la ola sanchista que pretende controlar a los medios que no son de su agrado o porque informan de cuestiones que le son incómodas
Y con esta iniciativa, lo que Bildu pretende es la constitución de una comisión especial (otra comisión especial) contra "las fake news y las manipulaciones y las falsedades" que propagan los medios, para que en dicha comisión (otra comisión), los diferentes grupos planteen, debatan y decidan cuáles serán las medidas que posteriormente pedirán al Gobierno Vasco que ponga en marcha, aprovechando la ola sanchista que pretende controlar a los medios que no son de su agrado o porque informan de cuestiones que le son incómodas.
Si lo pensamos bien, es un avance respecto al pasado no tan lejano que sufrimos. Si hubo un tiempo en el que los representantes políticos de la banda terrorista ETA impulsaban, daban ideas, callaban o justificaban las "acciones concretas" perpetradas contra determinados opinadores, informadores o medios que criticaban a la banda o hablaban libremente, ahora los herederos de aquellos proponen solo silenciarlos o, en su caso, ahogarlos económicamente, lo que viene a ser lo mismo, no se vayan a ir de la lengua.
Si antes los perseguía, los amedrentaba o los asesinaba, ahora los amenaza solo con una comisión especial que tome medidas contra sus excesos. Mientras tanto, sigue homenajeando a los miembros de la banda, entre cuyos objetivos estuvieron periodistas libres e independientes, personas valientes que se jugaron el pescuezo y algunas de las cuales acabaron asesinadas.
EH Bildu justifica la necesidad de tomar medidas por los efectos que están teniendo "la manipulación y la mentira en la ciudadanía", así como "las consecuencias sociales y políticas del choque entre la realidad y las percepciones construidas". Porque los ciudadanos no saben ni pueden distinguir una cosa de la otra, no hay medios distintos entre los que poder elegir para informarse y, además, la verdad es la realidad, y esta es una, grande y libre, como Euskal Herria.
EH Bildu considera "imprescindible la adopción de medidas concretas para que la sociedad sea crítica, informada y capaz de contrastar la información", quizás con el objetivo de que todos nos terminemos convirtiendo en nacionalistas vascos y de izquierdas, en el supuesto de que tal cosa fuera posible, supongo que porque, como dijo en su día Xabier Arzalluz, no nos dejan ser lo que somos (como si fuera posible ser algo distinto de lo que realmente somos). Y esto lo plantean aquellos que no dejaron ser a secas, o sea, existir y vivir, a tantos miles de ciudadanos anónimos.
En su iniciativa, agárrate los machos, EH Bildu pide al Parlamento Vasco que ratifique "la firme defensa de las libertades democráticas" y "reafirme su posición con la defensa de una sociedad crítica basada en una información libre y fiable". Y esto lo dicen quienes justificaron a ETA y siguen sin condenarla, el mayor ataque contra la libertad y las libertades democráticas que hemos sufrido los vascos desde el fin de la dictadura.
EH Bildu pretende trasladar al ámbito vasco algunas soflamas de Sánchez, supongo que para mantener la relación simbiótica que ambos actores políticos comparten. En el fondo, es propaganda, pero en el ínterin y por si acaso se señala y se amedrenta a los medios críticos e independientes que no son de su cuerda.
En lugar de reivindicar unos medios que controlen al Gobierno de turno, se propone a un Gobierno que habilite medidas para controlar a los medios
Es el mundo al revés: en lugar de reivindicar unos medios que controlen al Gobierno de turno, se propone a un Gobierno que habilite medidas para controlar a los medios. En la iniciativa, EH Bildu propone revisar los criterios y las distribuciones de financiación para los medios de comunicación"; o sea que, oh, sorpresa, además de propaganda, hablamos de dinero: y lo que quieren es más dinero para sus propios medios y menos dinero para los medios ajenos, esos que suelen ser incómodos y, por lo tanto, deben ser acallados. Sánchez ya dijo algo parecido en su disparatado plan para regenerar la democracia que él está degenerando y acabar con los bulos. Y todo porque a su mujer la está investigando la Justicia.
Desde luego, las informaciones manipuladas y sesgadas existen y existen las fake news y los bulos; el problema es que la principal maquinaria de bulos hoy día existente es la del Gobierno de España y en concreto la de Sánchez, experto redomado en manipular la realidad, decir hoy una cosa y mañana la contraria, prometer aquello que no hará o hacer aquello que dijo que nunca haría. Y algunos de los medios que le doran la píldora, sin que nadie pretenda su censura o su cierre, dado que tienen el derecho a contar las cosas según las perciben, incluso aunque sea por conveniencia política.
No tengo espacio para plantearle al Gobierno de Sánchez un plan de regeneración democrática a aplicarse a sí mismo. Mientras tanto, recordemos y protejamos lo que ya recoge la propia Constitución Española: "el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, sin que puedan existir injerencias, amenazas ni presiones por parte de los poderes públicos a los profesionales y medios que ejercen esta actividad".
Y es esto último lo que se pretende: presionar a los medios díscolos. Aunque Bildu, en su iniciativa, lo disfrace de otra cosa. Eso sí que es una mentira, un engaño, un embuste, una patraña, una habladuría, un camelo, un infundio, una bola, una trola, un cuento, una paparrucha, un chisme, un rumor y una filfa; o sea, un bulo. Y de los que menos gracia tienen.