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Vienen mal dadas. No para las izquierdas, como dicen algunos. Vienen mal dadas para los demócratas. Para las democracias y los derechos humanos y universales. Están cayendo chuzos de punta sobre conquistas sociales, avances para la mayoría y otras zarandajas que dábamos por seguras y consolidadas.

Los que pueden y tienen han dicho basta. Se han puesto a trabajar y están ganando. Tienen el dinero y la voluntad de hacerlo. Menos estado, cero regulación, más poder para las corporaciones. Todo se vende y todo se compra. Usted puede y si no, mala suerte.

Hubo un momento en nuestras vidas donde, gracias a las democracias liberales, la brecha de clases se fue estrechando. Un poco. No soy un iluso. Pero el acceso a la sanidad, a la educación, a la libertad sindical y política, propició que familias y sectores enteros de la población se montaran en el ascensor social. Es cierto que era complicado que esa subida llegara hasta el ático, pero oye, ni tan mal.

Pero incluso ese pequeño movimiento tectónico alarmó al auténtico deep state. No el que dicen los MAGA, no, sino el estado profundo que conforman los intereses de las oligarquías y sus brazos mediáticos, políticos, policiales y judiciales.

Tenemos que hacer frente a esta gran ola de extrema derecha que se nos viene encima

Los políticos son todos corruptos, el régimen del 78 está podrido, los emigrantes nos quitan los empleos, violan a nuestras jóvenes, roban y comen nuestras mascotas y viven bien con paguitas y en hoteles, mientras nuestros abnegados militares limpian las calles de Valencia y duermen en catres.

Las feministas son feminazis que solo buscan putear a los hombres, los impuestos son para que los políticos sigan forrándose, la sanidad pública no funciona y tiene usted que hacerse un seguro privado ¡Ojo cuidado! que le van a ocupar su casa cuando vaya  a por el pan, contrate una alarma, la Cruz Roja es un chiringuito más, como el resto de las ONGs que viven de nuestro dinero, el Gobierno contra el Estado, el pueblo salva al pueblo.

La testosterona está por las nubes y cotiza al alza. Muchos huevos, con un par, esto se arregla con dos ostias bien dadas. Personajes de muy baja estofa, charlatanes de feria, machitos resentidos, acumulan millones de seguidores en redes con cuñadismos básicos que entusiasman, sobre todo, a los más jóvenes. Como decía un tuitero, o como se llamen, estos días pasados “¿Recuerdan cuando en el insti molaba ser de izquierdas? Pues ahora lo que se lleva es ¡Viva Franco!” Desolador.

El crimen debe pagar, la violencia solo es del estado, la policía es chunga pero necesaria

Queda poco. Poco tiempo y pocos recursos. Los demócratas estamos dispersos y divididos. Y tenemos que hacer frente a esta gran ola de extrema derecha que se nos viene encima. Para ello, en primer lugar deberemos reconocer nuestros errores, que los hay y gordos. Principalmente, y en mi opinión, la hemos cagado en la educación y en la seguridad. No puede haber buenismo en estos dos escenarios.

La educación es para inculcar valores democráticos, conocimientos y … disciplina. El centro escolar es donde depositamos a nuestros hijos para que les eduquen no para que les malcríen. A este fin nos valemos nosotros mismos en casa. Ni móviles en las aulas, ni faltas de respeto al profesorado, ni padres y madres dando la caca. Y evaluaciones. Y premiar el esfuerzo, y ayudar al que no llega, pero no igualar por debajo. Y si se frustran que se desfrustren, oiga.

En cuanto a la seguridad, más de lo mismo. El crimen debe pagar, la violencia solo es del estado, la policía es chunga pero necesaria. Hoy existen suficientes controles democráticos para impedir un sistemático abuso policial, lo que no existe es el balance que dignifique esa labor cuando es correcta. Y aquí entran los legisladores y el poder judicial. La impunidad degrada la democracia, desincentiva a la policía y hastía al ciudadano.

La sanidad será privada y te cuidarán lo que puedas pagar y lo que no, mala suerte

Reflexionen ustedes sobre el por qué, desde posiciones progresistas y democráticas, no puede articularse una política de seguridad efectiva contra los robos, tirones, agresiones sexuales, agresiones con arma blanca, palizas, ocupaciones de viviendas … Por ahí nos desangramos. Lentamente.

Como estará la cosa que una persona equilibrada, ponderada y respetada como es el Ararteko Lezertua, haya manifestado en una entrevista en el mayor rotativo de Bizkaia: “No soy partidario del buenismo; la impunidad es corrosiva del tejido social. Si tú ves que el que la hace no la paga, eso desmembra una sociedad. La seguridad tiene que funcionar. Eso no quiere decir que tengamos que hacernos eco de actitudes o de denuncias populistas. A veces lo que trae delincuencia también es la pobreza, la marginación. Entonces, yo sí creo que hay que ser muy ejemplares. La policía tiene que funcionar muy bien para reprimir estos comportamientos antisociales. Y también está la cuestión que a veces tiene que ver con la lentitud de la respuesta judicial. Una justicia tardía al final no es justicia, porque la gente no lo percibe como tal”.

La sanidad será privada y te cuidarán lo que puedas pagar y lo que no, mala suerte. La educación buena volverá a ser privada y la pública quedará para los pringados. Los ricos pagarán menos impuestos y tú, es posible que también, pero no te llegará para asegurarte ni la salud, ni el retiro, ni la educación de tus hijos. Y por supuesto, atentos mis lobos grises, los pensionistas son el próximo objetivo de esta manada de orcos. Ya saben, esos viejos que cobran una pasta por no hacer nada. Organizarse tocan.

Así que vendrán, ganarán, nos reventarán y en unos años, cuando no podamos hablar mucho ni muy alto, habrá un cantautor valiente que entonará aquello de:

Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito

Que Franco salvó a Valencia con pantanos y desvíos

Y dulce guerrilla urbana en Ferraz de madrugada

Canciones de Taburete y Loros muy educadas

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis

Estropeando la vejez a viejos antifranquistas

Y cantaste el Cara al Sol y ocupasteis la Moncloa

En aquel años locos, donde el bulo hacía historia.

Papá cuéntame otra vez esas trolas tan bonitas

De Alvises y Gaitanes, Vito Quiles. Idas, Indas

Y cuando ya ganaron se acabaron las bobadas

Y decir lo que pensabas terminaba en bofetadas.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta salvajada

Y tras tanto brazo en alto y tanta mujer humillada

Al final de la partida te sentiste engañado

Y en lugar de más trabajo hubo menos, más esclavo

Fue muy dura la derrota: todo lo que te contaban

Se pudrió en los rincones de los que de verdad mandaban,

Mercadonas, amazones, togados y policías

Todo está bien amarrado para joderte bien el día

Queda lejos aquel tiempo, esa pobre democracia

De la que mucho decían que no servía para nada

El pueblo salva al pueblo fue una mierda de slogan

Hoy nos faltan los derechos, los que antes nos sobraban

Siguen los mismos canallas podridos de vanidad

Ahora te joden currela, cada día un poco más

En el Ikea se venden pero que muy bien los placards

Y Ahora te niegan, mujer, lo que era tuyo ya.