Realidades paralelas
Las empresas tienen que seguir con la ingente labor de dar a conocer la cultura empresarial y la realidad de una compañía en el siglo XXI
Más información: ¿Y ahora qué hacemos?
Paralelas son esas líneas que nunca se cruzan. Pasa lo mismo con la realidad, tiene distintas lecturas, y en muchos casos se trata de lecturas paralelas de esas que nunca se cruzan.
Experimento esa sensación de vivir en una realidad paralela, cada vez que escucho que me toca en cualquier foro, hablar de empresas y/o de empresarios. La conclusión de estos encuentros en los que casi siempre me siento sola, es que la realidad empresarial del siglo XXI es una auténtica desconocida, incluso para quienes ejercen su actividad profesional en el entorno empresarial.
La penúltima anécdota que me ha tocado vivir en este sentido, es de lo más ilustrativo. Me pregunta una persona ¿y tú por qué defiendes a las empresas? Le devuelvo la pregunta ¿y tú por qué las criticas? La respuesta no puede ser más elocuente "porque es lo de siempre, es lo que toca".
Y si esta fue la penúltima, la última anécdota tiene su miga, ya que he tenido que escuchar por enésima vez y además en boca de alguien a quien se supone preparado eso de que "los empresarios ya se sabe que están para ganar cuanto más mejor, y pagar cuanto menos, mejor"·
La realidad empresarial del siglo XXI es una auténtica desconocida, incluso para quienes ejercen su actividad profesional en el entorno empresarial
Son solo dos ejemplos, pero podría llegar hasta el infinito, y todos ellos estarían en la misma línea. Sería divertido, si no fuera casi dramático, y desde luego lo que queda claro es que hay que hacer una labor inmensa en dar a conocer cómo son hoy por hoy las empresas, además de seguir en el costosísimo esfuerzo de dignificar la labor del empresario.
Cuando una cree que algo hemos mejorado en este ámbito, siempre llega alguien que le demuestra lo contrario. Y es muy preocupante que a estas alturas de la película, sigan calando esos mensajes que no se quedan en meras conversaciones de café, sino que se elevan a tertulias públicas.
Es evidente que hay responsabilidades para todos. Las empresas tienen que seguir con la ingente labor de dar a conocer la cultura empresarial y la realidad de una compañía en el siglo XXI, y quienes se permiten opinar sobre ellas no deberían conformarse con mensajes tan rancios como reiterados, y empezar a mirar un poco más a la época actual ya la empresa del 2025.
Todo ello debe partir por supuesto desde la sana intención de querer conocer lo que mayoritariamente son las empresas hoy, que dista mucho de aquello que fueron hace unas décadas, y que es el marco en el que algunos prefieren quedarse, para poder criticar sin datos y desde el desconocimiento.
Quienes se permiten opinar sobre ellas no deberían conformarse con mensajes tan rancios como reiterados, y empezar a mirar un poco más a la época actual ya la empresa del 2025
En las empresas ya cuentan con que hay mucha gente para la que es más rentable el desconocimiento interesado y la crítica, que intentar ver lo que de verdad hay. No obstante las compañías no pueden hacer relajación de funciones, y tienen que seguir haciendo una labor didáctica y de que concienciación para explicar cual es su razón de ser y en qué momento están.
Y a partir de ahí y sabiendo que no hay más ciego que el que no quiere ver, cuando menos les quedará la tranquilidad de haberlo intentado y responder además de esa forma, al compromiso social que tienen.
Mientras desde otros plazas, seguiremo intentando desmontar afirmaciones desfasadas y falsas, y apostando por proteger y cuidar a las empresas. Esta defensa no es en todo caso, óbice para criticar a aquellas que lo hagan mal, que también las hay, pero poniendo en valor a las buenas, que son muchas y variadas.
Tienen que seguir haciendo una labor didáctica y de que concienciación para explicar cual es su razón de ser y en qué momento están
Todo con el objetivo de que esas realidades paralelas en las que nos encontramos dejen de serlo y sin coincidir al 100%, confluyan en algún punto.
En definitiva hay que buscar el consenso y ese empieza en el relato, ese relato que debe fundamentarse en datos objetivos. El consenso obliga, porque sin empresas no hay trabajadores y las compañías se hacen entre todos.