Presuntos corruptos. De momento presuntos, pero ahí están. Hace tan solo unos días hemos conocido dos informes de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil) que son de todo, menos edificantes. Uno vinculado al caso Cerdán y el otro que afecta a Almería, y en el que cada vez hay más implicados. Todo vinculado a la corrupción, y todo nauseabundo.
Empezando por el caso de las “mascarillas” en Almería, otro nuevo caso vinculado al momento COVID, y ya van saliendo a la luz unos cuantos. Es especialmente sangrante que cuando éramos más vulnerables, cuando no había acceso a las ansiadas mascarillas, cuando estábamos en casa con la incertidumbre de qué iba a ocurrir y cuando los nuestros fallecían en la más absoluta de las soledades, había gente que se lucraba mientras los demás sufríamos. Vomitivo, vergonzoso y todos los adjetivos que puedan sumarse en esa línea.
Respecto al caso Koldo, Ábalos, Cerdán…y suma y sigue, porque aquí cada vez la lista es más larga, lo que hemos conocido hace unos días a través del denso informe de la UCO es además de chusco, asqueroso.
El que fuera número tres del PSOE que casualmente abandonó la cárcel horas después de conocerse el informe, y que sigue negando la mayor, al parecer y de acuerdo con el informe de la Guardia Civil, no sólo está “pringado” él (presuntamente), sino que también contó con su mujer, su hermana y su cuñado. Todo a través de la empresa navarra Servinabar que habría recibido comisiones del 2% de Acciona, tras serle adjudicadas a dedo obras de enjundia. El asunto, de acuerdo con los detalles del informe, tiene matices tan cutres como el hecho de que con esas comisiones, y a través de una tarjeta de crédito, la familia de Cerdán pagaba hasta sombrillas en la playa.
En la trastienda de todo este conglomerado, está la naturalidad con la que se actúa, con una impunidad digna de mención. Les debía parecer todo normal e incluso justo.
Es inevitable preguntarse que si esto es lo que sale a flote porque encima algunos no son los más listos del lugar, cuánto será lo que está pasando y no tenemos ni idea
Por cierto que también es llamativo que lo de Almería y las novedades respecto a Cerdán se conozcan con horas de diferencia. ¿Casualidad? Hace mucho que dejé de creer en que esas cosas ocurran por mero azar y no hay duda de que hacerlas simultanear en el tiempo favorece mucho el pesadísimo “y tú más” entre el PP y el PSOE, del que estamos ya más que hartos. Política y políticos. Líderes y referentes. La política que está para ayudar a los ciudadanos, la ensucian algunos de los que la ejercen, que no son todos, pero que enmierdan absolutamente todo, y generan falta de credibilidad, desafección y rabia, entre muchas otras cosas.
En cuanto a quienes deben ser nuestros referentes, es difícil encontrarlos en el ámbito político. Si hay que elegir me quedo con los políticos de proximidad, los que están a diario en la calle escuchando al ciudadano, esos a los que les solicitas una reunión y te hacen un hueco en la agenda. A mi juicio, esos son los mejores referentes, los que además no están permanentemente pendientes de la foto y el titular. Aunque parezca increíble de estos hay muchos, pero desgraciadamente les opacan los comportamientos indecentes de otros.
Para más INRI todos tenemos claro que esto no acaba aquí porque parece sistémico
Hemos cerrado una semana aciaga donde no nos ha faltado ningún ingrediente que podría incrementar los recursos literarios para la novela picaresca, porque no hay duda que “El lazarillo de Tormes” se queda corto, para lo que vivimos aquí.
Casos de presunta corrupción de un lado y de otro, con el consabido “y tú más” que ha vuelto a ser el argumento más esgrimido en el Congreso de los Diputados donde en principio “sus señorías” deben llegar a acuerdos para resolver nuestros problemas y no sus historias de corrupción, o presunta corrupción.
Para colmo, es inevitable preguntarse que si esto es lo que sale a flote porque encima algunos no son los más listos del lugar, cuánto será lo que está pasando y no tenemos ni idea.
Lo malo no deja ver lo bueno, pero lo malo es tan escandaloso que provoca hartazgo desmedido. Para más INRI todos tenemos claro que esto no acaba aquí porque parece sistémico.
Hay algo en todo esto que no es presunto: nuestro ascazo infinito.
