La guerra en el seno de Eusko Alkartasuna (EA) parece no tener fin. El partido que fundado por Carlos Garaikoetxea como escisión del PNV y que actualmente es parte de EH Bildu sigue embarrado entre los tribunales y las decisiones estrambóticas. Lo último es que este martes la actual dirección, encabezada por Eva Blanco, anunciaba la convocatoria de un congreso extraordinario para el próximo noviembre que nace ya desautorizado por el sector crítico.
EA vive una situación casi insostenible desde 2017, cuando la militancia eligió por pocos votos a Pello Urizar como líder frente a la candidatura de Maiorga Ramírez. La marcha del vencedor provocó otro cisma en 2019, cuando el propio Ramírez se enfrentaba a Blanco en las primarias el control del partido. El perdedor impugnó aquel proceso por presuntas irregularidades.
Tras una serie de denuncias y sentencias cruzadas, parecía que las heridas podrían cerrarse en el congreso del partido del pasado febrero. Una semana antes de ese cónclave, la actual dirección expedientaba y expulsaba de la formación durante cuatro años al propio Ramírez, Miren Aranoa, Iratxe López de Aberasturi, Mikel Goenaga y Esther Korres. Como consecuencia, el partido vivió una situación surrealista, con la dirección celebrando un congreso en una parte de Vitoria y los críticos celebrando una suerte de protesta en otra parte.
Un congreso que nace muerto
En ese contexto, la dirección de EA propondrá a la Asamblea Nacional que se celebra este miércoles en Vitoria convocar el congreso extraordinario los días 10 y 20 de noviembre. El argumento para convocarlo expuesto por los dirigentes en un comunicado es que "servirá para dotar a la formación política de estabilidad y gobernabilidad ante la situación de transitoriedad en la que se encuentra la actual dirección fruto de los procesos judiciales que han promovido varios afiliados contra el partido".
En un partido donde se vive una auténtica guerra civil podría parecer a priori que este cónclave es perfecto para limar asperezas y volver a empezar. Nada más lejos de la realidad. Este mismo martes, solo unas horas después del citado anuncio, el sector crítico ya mostraba su profundo desagrado con esta suerte de conejo de la chistera de la dirección.
En un comunicado, el sector encabezado por Maiorga Ramírez y respaldado por el propio Garaikoetxea, exponía que la dirección de EA pretende celebrar un congreso "express" de compromisarios "sin abordar previamente la obligación legal de convocar las primarias".
Los críticos aseguran que el camino emprendido ahora "sitúa al partido en situación de rebeldía y a EH Bildu en una difícil posición jurídica"
Los críticos recuerdan que la sentencia de la Audiencia Provincial de Álava del 21 de julio de 2021 anuló el nombramiento de Eva Blanco como secretaria general y obligaba al partido a repetir las elecciones primarias. Sin embargo, la dirección del partido eliminó, en el congreso celebrado en febrero, el requisito de celebrar primarias para elegir de manera directa al secretario general. Los críticos sostienen que el congreso, "incluidos los nombramientos de cargos" se encuentra "suspendido al detectar graves irregularidades antes y en el desarrollo del mismo".
Por todo ello, los críticos aseguran que el camino emprendido ahora "sitúa al partido en situación de rebeldía y a EH Bildu en una difícil posición jurídica", ya que la "deriva" de la actual líder de EA "afecta a la legitimidad y legalidad de las decisiones adoptadas" en los órganos de la formación.