La crisis en el sistema vasco de salud es cada vez más latente. Lo que sucedía hace apenas un mes cuando estallaba una guerra interna entre trabajadores del Hospital de Basurto y departamento de Salud, por un movimiento al que los propios médicos llamaban “desmantelamiento”; ahora se repite, esta vez en la OSI Donostialdea, dónde los ceses y dimisiones de las últimas horas están dibujando un escenario insólito. No es algo nuevo. Las críticas por la situación de Osakidetza llevan extendiéndose meses. Una larga temporada en la que los pacientes se quejan de una “mala gestión” que, bajo el punto de vista de los profesionales, va a provocar una “espantada hacia la sanidad privada”. Esta situación no era solo provocada por las largas listas de espera, era reforzada por distintos conflictos que surgían meses antes de que la situación explotase.
En junio eran las matronas del área de parto del Hospital de Cruces las que escribían una carta a las usuarias de ese servicio para pedir disculpas por las deficiencias en la atención que ofrecen debido a "la situación irregular" que aseguraban sufrir y que "estaba resultando insostenible". En la misiva, las profesionales se disculpaban con las pacientes porque en la estancia en la unidad “no iban a poder cumplir con sus expectativas”. También en junio y entre críticas por la tardanza, Osakidetza comenzaba la primera OPE para atajar su elevada temporalidad, en torno al 40% en la plantilla de la sanidad pública vasca. Esta Oferta Pública de Empleo, correspondiente a 2018-2019, se había ido arrastrando hasta este año por la pandemia de covid y estaba pensada para dar empleo fijo a casi 8.000 personas.
En noviembre, pasado un verano en el que las listas de espera crecían hasta alcanzar en algunos casos los seis meses entre llamada y cita presencial, explotaba una nueva polémica en el Hospital de Basurto. El Departamento de Salud ya había anunciado hace meses que la actividad de cirugía cardíaca de los hospitales de Basurto y Cruces iban a ser fusionados -trasladando el departamento de cardiología del primero, en su totalidad, al segundo- . El objetivo, según la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, era "mejorar los resultados de toda la población". Sin embargo, esta decisión provocó la oposición de los vecinos de la Asociación Basurto Bizirik y de la mayoría del equipo profesional del Hospital. Así, este movimiento por parte de Salud, generaba la publicación de una carta en la que 36 de los 38 jefes de servicio del Hospital de Basurto denunciaban un “desmantelamiento” por parte del departamento.
Ahora le ha tocado el turno a la OSI Donostialdea que, en apenas tres días, ha sufrido el cese de dos profesionales, la directora médica del Hospital Universitario Donostia, Idoia Gurrutxaga, y la gerente de la OSI Donostialdea, Itziar Pérez Gurrutxaga, y tres dimisiones, la del subdirector del área de cirugía, Adolfo Begiristain, la de la subdirectora médica del centro, Maite Martínez y la última, hace horas, la de la subdirectora de Enfermería, Loreto Marquet.
Entre las cuerdas
Esta situación está dejando a la consejera de Salud en un lugar comprometido, ya que muchos son los perfiles que están pidiendo una depuración de responsabilidades o, por el contrario, la dimisión de la propia consejera. Al malestar entre los propios trabajadores y sindicatos, como es el caso de LAB, que cataloga la situación de “putrefacta”, se une el malestar entre diferentes grupos políticos. PP, Podemos y EH Bildu han pedido “el cese del responsable de esta situación”.
El presidente del PP del País Vasco, Carlos Iturgaiz, ha criticado el silencio del lehendakari, Iñigo Urkullu: “Tiene Osakidetza en llamas. Asistimos atónitos a cómo el caos es la seña de identidad de la sanidad vasca y de la gestión del PNV y de Urkullu, el Gobierno Vasco está empeñado en cargarse el buen nombre de la sanidad vasca con un balance desolador desde la pandemia", ha remarcado. Desde Podemos, su portavoz parlamentaria, Miren Gorrotxategi, ha solicitado la comparecencia de la consejera de Salud para que dé explicaciones “sobre una crisis sanitaria sin precedentes”.
El Gobierno vasco no da explicaciones
Comparecencia que, aunque no parlamentaria, llegaba hace unas horas y convocada "de urgencia". La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ante este escenario se veía obligada a comparecer para pedir “tranquilidad”, aunque no daba explicaciones más allá de que “los ceses y dimisiones se habían debido a cambios organizativos”. Remarcando la garantía de que los vecinos de San Sebastián y alrededores seguirán recibiendo "como hasta ahora, el mejor servicio", Sagardui, pronunciaba en varias ocasiones una "concatenación de hechos" como las razones detrás de estos cambios. Para contestar a las críticas de la oposición Sagardui se ha remitido a sede parlamentaria como el lugar donde dará todas las explicaciones que sean necesarias.
Ante estas palabras, Unai Urruzuno de EH Bildu manifestaba: "No se puede convocar una rueda de prensa urgente para señalar que no le importan las denuncias de profesionales, sindicatos y toda la oposición". "Hoy hemos visto como la consejera y el Gobierno vasco han optado una vez más por no reconocer una crisis y actuar en consecuencia. Sagardui ha demostrado ser una persona que huye de sus responsabilidades en la mayor crisis política y de prestigio institucional que se está viviendo en los últimos años", argumentaba. A su juicio, creen que "no debería ser consejera" porque "la soberbia y la ceguera política no pueden regir el modelo de gobernanza". Y aseguraba que desde EH Bildu se adoptarán todas las medidas políticas necesarias para "resetear el modelo de gestión del departamento, para recuperar su prestigio, para desmantelarlo y depurar las responsabilidades políticas pertinentes, incluidas las de la propias consejera".