La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, comparecía este lunes en el Parlamento vasco para detallar las razones que llevaron a la dirección de Osakidetza a cesar a dos de las directivas de la OSI Donostialdea y explicar en qué situación se encuentra ahora mismo el Servicio vasco de Salud. Al menos esto era lo que se esperaba de la reunión aunque el resultado ha sido muy diferente, y es que, en ella finalmente la consejera se limitaba a defender su postura y asegurar que esta crisis iba “camino a la normalidad”.
Ante esta respuesta, y tras una reunión paralela con la dirección de Osakidetza que tampoco ha tenido sus frutos, los sindicatos de este servicio han decidido retomar sus movilizaciones a partir del 22 de diciembre porque para ellos las conversaciones con Salud "se han convertido en un foro vacío, de carácter informativo, en el que no se produce una negociación real, y en el que se aborda únicamente lo que Osakidetza quiere y cuando Osakidetza quiere”. SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO y UGT explicaban: "La única realidad es que Osakidetza sigue con su hoja de ruta, sin atender ni una sola de las reivindicaciones de la parte social, y pretendiendo, además, utilizar la Mesa Sectorial para aparentar una negociación que no existe"; y avisaban que pasado el periodo navideño se volverá a hacer una llamamiento para convocar a trabajadores y ciudadanía a favor de la snaidad pública.
Para los grupos polítcos Elkarrekin Podemos-IU y EH Bildu parece que estas explicaciones tampoco han sido suficientes. A juicio de ambos grupos, las explicaciones de la consejera "son parciales e insuficientes y hacen tan necesario como urgente conocer la versión del resto de partes implicadas en la crisis que la dirección de Osakidetza ha abierto en Donostialdea, las dos directoras cesadas en la OSI Donostialdea de Osakidetza, Itziar Pérez e Idoia Gurrutzaga, y el exsubdirector médico Adolfo Beguiristain, que ha dimitido", han comunicado, pidiendo, a su vez la comparecencia de estos tres responsables.
En su comparecencia, lejos de detallar y argumentar los motivos reales del cese de estas personas, la consejera desglosaba una a una las informaciones que durante su tiempo al cargo del departamento se habían dado, y bajo su punto de vista no eran ciertas o había que matizar. “Incidir en que hay una pérdida de calidad asistencial no es correcto porque no es la verdad. La garantía de la asistencia sanitaria sigue estando garantizada”, explicaba momentos antes de enumerar estas “falsas informaciones”.
Las urgencias de Santiago no se han cerrado
“Las urgencias de Santiago nunca se han cerrado”, afirmaba Sagardui en comparecencia. “En Vitoria hay dos hospitales y sus servicios de urgencia se han ordenado. Este proceso se ha hecho de manera que los pacientes puedan ser atendidos con instalaciones punteras, las mejores de Europa”, aseguraba en comparecencia. El término “ordenar” era el que confundía el lunes, pues realmente en la actualidad y en la práctica únicamente hay un hospital que tenga este servicio en Vitoria -con casi 250.000 habitantes-, el de Txagorritxu.
Era el pasado dos de febrero cuando el servicio de urgencias del Hospital Santiago de Vitoria dejaba de estar disponible para la ciudadanía y, de esta manera, se centralizaba este servicio en el nuevo edificio del Hospital de Txagorritxu. Este movimiento, para el departamento se traducía en “una mejora sustancial de la calidad asistencial y de la comodidad de las y los pacientes”, ya que el nuevo espacio contaba con dos salas de triaje, doce consultas, una sala de estabilización, sala de procedimientos, 39 boxes generales, 18 boxes de observación y un laboratorio de Urgencias. Para la población de Vitoria, sin embargo, se traducía en la pérdida de un servicio necesario para una ciudad tan grande como esta.
Bien es cierto que Santiago sí recibe a personas que necesitan un tratamiento de forma urgente, eso sí, únicamente atiende "a personas que hayan sido derivadas por personal facultativo de la OSI Araba o mediante ambulancia tras haber contactado con el 112". Por lo que, las personas que acuden a urgencias por iniciativa propia solo pueden acudir a Txagorritxu.
Cardiología presente en Euskadi
Uno de los puntos en los que la consejera incidía era el cierre de cirugía cardiaca de Basurto y su traslado a Cruces. Es una “reorganización contrastada con criterios científicos”, matizaba Sagardui, con el objetivo de “mejorar la atención que se presta''. En todo caso, añadía, es una “unidad que se pretende crear unificando ambos servicios: el de Cruces y el de Basurto”. Hecho en el que no coinciden ni los profesionales de Basurto, ni los sindicatos, ni la justicia.
El pasado 17 de noviembre la Audiencia Provincial de Álava resolvía mantener las medidas cautelares fijadas, medidas que paralizaban el traslado de la cirugía cardiaca del Hospital de Basurto, en Bilbao, al de Cruces, en Barakaldo. Esta decisión llegaba a petición de los profesionales del primer centro que no veían suficiente el argumento que daba en su momento Sagardui: "La cirugía cardiaca de Osakidetza ni desaparece ni se cierra, se reorganiza con el fin de mejorar su calidad y los resultados". No sería el fin de este tipo de procedimientos en Osakidetza, pero sí en el Hospital de Basurto, algo que los médicos del mismo calificaban como “un desmantelamiento que acabaría con un servicio de referencia en el País Vasco y en España”.
El problema de los PACs es "normal"
Este verano 150 de los 335 ambulatorios y centros de salud del territorio vasco vieron reducido su horario, fueron cerrados o sufrieron recorte de personal. Un escenario “atípico” para gran parte de la sociedad pero que la consejera achacaba este lunes a “épocas del año en las que los profesionales tenían derecho al descanso”.
Nadie le quitaba la razón o negaba ese descanso, se le criticaba por la falta de organización para no suplir a esos profesionales. Panorama que provocó que en algunos centros de salud se diesen listas de espera de más de seis meses. Ante esta situación, Sagardui explicaba: “Somos conocedores de cuáles son los motivos. En determinadas épocas del año hay ajustes en los horarios de estos centro y se producen porque no hay profesionales en el ámbito de la atención primaria”. Esta explicación no vacía a los grupos políticos que compartían mesa en el Parlamento con la consejera que le preguntaban: “Si se sabía que no iba a haber profesionales suficientes y se iban a dar recortes en el horario…¿Por qué no se reforzó la plantilla?”.