El pasado 14 de febrero la entonces consejera de Igualdad, Justicia y Derechos Sociales, Beatriz Artolazabal, cesó en su cargo dentro del Ejecutivo vasco para centrarse en su candidatura a la alcaldía de Vitoria por el PNV, una decisión que había comunicado previamente y que ciertos sectores de la sociedad llevaban reclamando desde hace tiempo. 

Con la salida de Artolazabal, los focos pasaron a otra de las grandes figuras políticas de Euskadi, la excandidata a lehendakari y actual portavoz de EH-Bildu en el Parlamento vasco, Maddalen Iriarte, quien hace meses fue elegida por su partido como primera de lista en las elecciones a la Diputación Foral de Gipuzkoa

Sin embargo, desde Bildu, la propia Iriarte y otras voces del partido restan importancia a esta situación, también han señalado en más de una ocasión que la portavoz cesará en su cargo “cuando ella lo vea necesario”, y todavía no han dado un nombre respecto a quién podría entrar para sustituirla en el cargo. 

Además, constantemente han apuntado que su parlamentaria no es la única política que ostenta algún cargo más allá de su candidatura para las próximas elecciones del 28 de mayo, refiriéndose concretamente a la diputada de Gobernanza y portavoz en Guipuzkoa por el PNV, Eider Mendoza, quien además supone una de las principales rivales de Iriarte en la provincia vasca. 

Maddalen Iriarte y Nerea Kortajarena en una imagen de archivo. / EFE

Iriarte y Mendoza: misma situación, casos diferentes

Con todo esto, la politóloga Eva Silván, politologa y directora de SilvanMiracle. Estrategias de Asuntos Públicos, aborda cómo en la política es posible ocupar cargos electorales y de gestión al mismo tiempo, y explica las ventajas y desventajas que implica permanecer en esta situación.  

Silván, señala que los casos de Maddalen Iriarte y Eider Mendoza son diferentes: primero porque la candidata jeltzale forma parte del equipo de Gobierno de la diputación a la que se presenta, por lo que “concentra en su candidatura” el conocimiento de la institución, y es, aparentemente, “una sucesora natural” del actual diputado general, Markel Olano.

Por lo tanto, “si juega bien esa baza puede partir con ventaja con respecto a Iriarte”, quien “aun siendo guipuzcoana”, viene del Parlamento vasco y esto le aleja del día a día y de la realidad social de esta provincia. 

Incluso con esto, su trayectoria como periodista en EiTB, le da una gran proyección, que sumada a su estatus como una de las caras más visibles de Bildu en el Parlamento vasco y una de sus portavoces más reconocidas, le va a permitir concurrir a las elecciones “con muchas garantías”. 

De hecho, como ha recordado Silván, las elecciones a la Diputación Foral de Guipúzcoa son las más disputadas junto con las elecciones al Ayuntamiento de Vitoria.

La portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza. / EP.

Estar cerca de la ciudadanía

En política es habitual que un candidato a unas elecciones forme parte del equipo de gobierno de esa misma ciudad o región. Por eso no es extraño que durante un tiempo estas figuras políticas compaginen ambos cargos, aprovechando que su posición en el gobierno les da una proyección mayor que al resto de candidatos

Esto, según Silván, “siempre es una ventaja respecto a quienes se presentan estando fuera”, que es el caso de la actual portavoz de Bildu quien, por estar todavía en su cargo dentro del Parlamento queda, en cierto modo, más alejada del foco mediático y preelectoral, por lo que debe “ganar y generar espacios de visibilidad”, y compaginarlos con su actividad en la Cámara vasca. 

En este sentido, la lejanía con respecto al día a día de Guipuzkoa es una desventaja para la candidata de EH-Bildu, porque las elecciones municipales y forales, al contrario de aquellas con mayor calibre como las generales, dependen de la proximidad con el ciudadano. “Y si Iriarte está mucho más tiempo centrada en el Parlamento va a partir con una desventaja que va a tener que trabajar”, apunta la politóloga. 

Artolazabal, un caso similar

Ya se ha dicho que en el contexto de unas elecciones municipales y forales la proximidad cuenta mucho. Aquí la ciudadanía vota, en la mayoría de casos, pensando más en el candidato que el partido, por lo que el conocimiento que haya sobre este, su proximidad y su cercanía al día del ciudadano, son fundamentales.  

Por esta razón, cabría pensar que Iriarte no debería tardar en seguir los pasos de Artolazabal, quien, en su momento, ya recibió críticas que le acusaban de haberse mantenido demasiado tiempo en el cargo y haber estado desatendiendo algunas de sus labores por estar centrada en la precampaña electoral, unas acusaciones que desde hace tiempo también van dirigidas a la parlamentaria de EH-Bildu

Por todo ello, como indica Silván, cuanto más tarde Iriarte en ceder su puesto como portavoz, más dificultad tendrá para mostrarse como una candidata cercana, próxima y con conocimiento de la institución. Podrá hacerlo, pero compaginar ambos cargos no solo le aleja de la ciudadanía, sino que produce más dudas en algunos sectores, a priori, dispuestos a votarle.