Ortuzar se dirige a la militancia del PNV en el Aberri Eguna. / EBB

Ortuzar se dirige a la militancia del PNV en el Aberri Eguna. / EBB

Política

El PNV se pone "el kaiku y la alpargata" contra el giro "Armani" de Bildu: "Tengamos memoria"

Ortuzar clama contra su principal oponente a pocas semanas de las elecciones locales y forales. Entretanto, Otegi pide unidad nacionalista

9 abril, 2023 23:13

Si algo quedaba claro en el Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) de este domingo, eso era la crudeza de la disputa que libran PNV y Bildu a pocas semanas de las elecciones municipales y forales del 28-M. Lo evidenciaba a la perfección el empeño del presidente de los peneuvistas, Andoni Ortuzar, por marcar distancias con la coalición soberanista, a la que acusaba de "transformismo" con "trajes de Armani" frente a "la autenticidad" jeltzale de "la alpargata y el kaiku", según sus propias palabras. 

El kaiku es una chaqueta vasca tradicional que se usa sobre todo en las festividades. La más típica es de color negro. Y quienes se la ponen también tienen que vestir, como requisito obligatorio de la costumbre, abarcas o alpargatas. Ambas cosas, kaiku y alpargatas, mencionaba este domingo en su discurso Ortuzar, que además vestía la chaqueta para reivindicar la "autenticidad" de su formación frente a los "transformistas" de la política

La cosa es y suena muy anecdótica, es cierto, pero como toda buena broma tiene cierta parte de verdad. De la verdad que piensa quien la hace, al menos. Y está claro que Ortuzar piensa mucho en la amenaza que representa Bildu en las elecciones del próximo 28 de mayo.

Lo que pretende combatir el dirigente peneuvista es el evidente giro de Arnaldo Otegi y los suyos en los últimos tiempos, con acuerdos con los gobiernos central y vasco que le sirven para exhibir la bandera de partido de gobierno y/o pactista. La estrategia le funciona a la coalición abertzale, porque según todos los sondeos crecerá el 28-M, sobre todo a costa de Podemos. 

Movilizar a sus bases

Las palabras de Ortuzar, ya destacadas por este diario, son reveladoras de dicha preocupación. Más allá de los dardos de mejor o peor gusto vertidos en forma de comparaciones sobre el atuendo -"meten en el armario el palestino, el forro polar y el flequillo cortado a motosierra" o "son los de la ‘mani’… aunque vistan de Armani, tengamos memoria"- está el mensaje de pedir la movilización a sus bases: "Tenemos que estar muy concentrados y concentradas en las elecciones. Kaiku, alpargata, ahora voto por correo, luego casa a casa, pueblo a pueblo… ¡y el 28 de mayo tiene que volver a ser Aberri Eguna!".

Es obvio que Ortuzar intenta movilizar a los suyos porque sabe perfectamente que en estos comicios una baja participación podría beneficiar a Bildu en detrimento de las candidaturas peneuvistas. La sensación extendida de que el PNV lo tiene hecho en las principales plazas en juego puede jugar una mala pasada a los jeltzales. En Sabin Etxea lo saben. Y actúan en consecuencia. 

El líder de Bildu, Arnaldo Otegi, flanqueado por Maddalen Iriarte, Laura Aznal o Joseba Asirón entre otros. / Efe

El líder de Bildu, Arnaldo Otegi, flanqueado por Maddalen Iriarte, Laura Aznal o Joseba Asirón entre otros. / Efe

Otegi habla de acuerdos entre nacionalistas

Entretanto, Bildu sigue con su particular hoja de ruta. Así, en este Aberri Eguna insiste en su independentismo pero, al mismo tiempo, muestra una cara más amable, con reclamaciones de pactos como la que hizo el propio Otegi este domingo en Pamplona. El veterano líder de la izquierda abertzale insistía en que "Euskal Herria es una nación con derecho a decidir y lo ejercerá cuando pueda" y remarcaba su exigencia de "una república vasca". 

Sin embargo, al mismo tiempo Otegi pedía "acuerdos de país" para construir "una Euskal Herria soberana". Para ello, dijo, "tenemos la mano tendida siempre ateniendo a los contenidos y teniendo en cuenta nuestros principios". Un claro mensaje al PNV para que haya un frente soberanista en Euskadi. O sea, el 'procés' a la vasca que siempre ha querido Bildu. La pelota está en el tejado de los jeltzales. Y lo cierto es que no parece que Ortuzar, Urkullu y los suyos estén por la labor