Desde que en el mes de septiembre el Gobierno vasco publicase el primer borrador sobre la Ley de Educación del País Vasco, los sindicatos ELA, LAB y Steilas ya mostraron su descontento porque aseguraban que no se incluían sus sugerencias y que se favorecía a la escuela privada. Ahora, —tras la petición de LAB—, el Departamento de Educación del Gobierno vasco ha anunciado que va a convocar “en la mayor brevedad posible” una mesa con los sindicatos para lograr un consenso.
Entretanto, las posturas de LAB, ELA y Steilas están enfrentadas. Mientras que LAB considera que hay "base" para lograr un acuerdo sobre las condiciones laborales, ELA y Steilas se muestran críticos y han decidido mantener las huelgas, aunque ELA confirma que sí asistirá a la reunión que convoque Educación y Steilas, sin embargo, rechaza la convocatoria porque considera que "no es momento de regalar fotos y acuerdos, sino de luchar".
LAB informaba este lunes a través de un comunicado que en las últimas semanas ha mantenido conversaciones con el Departamento de Educación y, bajo su punto de vista, se ha conformado “la base para un acuerdo que mejore las condiciones laborales del personal educativo”.
En el lado opuesto, ELA considera que la base del acuerdo de LAB “no garantiza un cambio de modelo, ni mejora las condiciones laborales" y anuncian que seguirán impulsando las huelgas de modo que, la prevista para la red concertada el próximo 25 de abril, sigue vigente. Asimismo, tienen intención de ponerse en contacto con otros sindicatos para poner en marcha nuevas huelgas "a favor de una ley que implique cambios profundos más allá de consensos políticos”.
Todavía más reticente es Steilas que está —asegura el sindicado en un comunicado— “sorprendido y preocupado” por la petición de LAB al Departamento de Educación para que convoque una mesa sindical. El sindicato opina que "LAB quiere crear un nuevo espacio mezclándolo todo; quiere negociar los derechos de la plantilla de la pública, la privada y las subcontratas bajo el marco de la nueva Ley de Educación" y que quieren constituir una mesa sindical para que "se puedan negociar los contenidos que previamente han acordado individualmente" (LAB y el Departamento de Educación).
"Es obvio que en esa mesa sindical poco se puede negociar. Por ejemplo, no se puede acordar el mantenimiento de las plantillas, ya que esto no es posible si no se toman medidas concretas en cada sector. Por lo tanto, en Steilas no estamos dispuestas a escenificar consensos en torno a frases vagas carentes de contenido para poder así apoyar al Departamento de Educación", señalan y añaden que "ahora es el momento de luchar, ya que en los últimos años el departamento ha recortado nuestros derechos constantemente. Nuestra intención no es poner reglas de juego en solitario, sino buscar una unidad sindical que nos permita llevar a cabo esta lucha, ya que es lo que merecen los y las trabajadoras, así como nuestras condiciones laborales".
Exigencias de los sindicatos
Aunque los sindicatos ELA y Steilas son más críticos en su postura, LAB también menciona en su reciente comunicado ciertas cuestiones que, a su juicio, quedan por acordar. Entre ellas, mejorar las condiciones laborales de todos los trabajadores, tanto del personal público de las ikastolas y centros de iniciativa social que trabajan en el ámbito concertado, como del personal subcontratado, equiparar el salario del personal de la red concertada con el que trabaja en la red pública o analizar la situación de los servicios subcontratados, abriendo un debate sobre el modelo de futuro de estos servicios.
Por su parte, a ELA le parece “especialmente grave” que la propuesta del Gobierno vasco mantenga una eventualidad superior al 30% en la educación pública, no se garanticen los puestos de trabajo del personal en el marco de la reducción de la tasa de natalidad o que la homologación salarial del personal de las escuelas concertadas conlleve la pérdida de poder adquisitivo de todo el personal educativo.
Controversia con el euskera
Una de las cuestiones más controvertidas sobre la Ley y que tantos enfrentamientos está ocasionando tiene que ver con la cuestión lingüística, con el euskera. En el pacto que se llevó a cabo la pasada primavera acordaron que el euskera sería el eje central de la Ley, pero con libertad de cada colegio para desarrollar su propio modelo lingüístico según su realidad sociolingüística. Sin embargo, los sindicatos reclaman que el euskera tenga un papel dominante como lengua vehicular.
ELA señala en su último comunicado que “no va a dar por buena” la Ley de Educación basada en la LOMLOE, entre otras razones, porque “va a haber graves limitaciones para la euskaldunización del alumnado”.
Por su parte, LAB recuerda que han llevado a cabo huelgas y movilizaciones para construir un sistemas educativo "público, propio y euskaldun". Entre las medidas que demandan está "la euskaldunización de todo el personal, en especial de los colectivos no euskaldunizados, personal de Cocinas y Limpieza y la Formación Profesional".