El pasado mes de mayo se celebraron las elecciones municipales, a la vuelta de la esquina están las generales del 23 de julio y el año que viene los vascos volveremos a las urnas en las autonómicas. A veces, podemos tener la sensación de que, dependiendo de las eleccionesgenerales o autonómicas—, los vascos votan de forma diferente, pero esta no es una tendencia que se suela dar. De hecho, salvo alguna excepción, el voto suele ser bastante estable y es que la división entre el 'nacionalismo' y 'no nacionalismo' marca mucho el voto en la sociedad vasca y es una línea que hace frenar la transferencia de votos. 

Una de las claves que sí marca la diferencia entre unas elecciones generales y unas autonómicas es la movilización del electorado. “Para el votante nacionalista es más importante un voto en las elecciones autonómicas, por lo tanto, se moviliza más y para el no nacionalista adquieren más importancia las generales”, explica el politólogo Mikel Gómez

Asimismo, otra de las claves que también influye es el tiempo que destinan los medios de comunicación —los locales incluidos— a la campaña. “La campaña para las generales tiene un corte muy presidencialista y los medios de comunicación tienden a fijarse más en los partidos de ámbito nacional que en los autonómicos y eso hace que se movilice mucho más el voto a los grandes partidos”, señala.

Por lo tanto, Gómez augura que en las próximas elecciones no veremos una transferencia de votos ya que no es lo habitual, al margen de excepciones como la de 2016, cuando hubo un traspaso de votos de EH Bildu a Podemos, algo que “podía estar ligado al voto útil”. 

Aitor Esteban, portavoz del PNV en el Congreso. Detrás, el cartel electoral con el que el PNV se sitúa en medio de Sánchez y Feijóo / MIGUEL TOÑA - EFE

Más movilización de los nacionalistas

En el País Vasco las tensiones competitivas se libran entre el PNV y Bildu y habrá que ver de qué manera se moviliza el electorado de cada partido. Por esta misma razón, es probable que “haya más movilización de lo habitual entre votantes nacionalistas y que el no nacionalista lo haga de la misma manera”.

Ambos partidos, como cualquier otro, intentan que su mensaje cale en la ciudadanía. Sin embargo, en esta ocasión, “el terreno de competición es complicado para ellos”. Una de las principales estrategias que están llevando a cabo es plantear la utilidad de votarles a la hora de determinar las políticas del Gobierno central y frenar —como dicen— la llegada de la derecha y la ultraderecha. “Es básicamente lo que está haciendo el PNV. Presenta su influencia en Madrid para poder sacar beneficios hacia la Comunidad Autónoma Vasca. Bildu, por su parte, recuerda que lleva ya cuatro años formando parte de acuerdos de gobierno y, además, se muestra como un muro de contención ante la derecha y la ultraderecha”.

Aun así, el politólogo recalca que estos son mensajes “muy emocionales” y, en cambio, “hay pocas propuestas programáticas desde el lado nacionalista”. 

La polarización que existe entre los dos grandes partidos —PSOE y PP— es otro de los puntos que no favorecen a los nacionalistas, ni tampoco a Sumar. “A todo partido pequeño le va a perjudicar la polarización entre los dos grandes”, asegura. 

A pesar de ello, según los datos que manejan los expertos, los electorados más movilizados son los de estos dos partidos políticos. Lo que sí les puede perjudicar, advierte el politólogo, es que haya una mayor participación que en las elecciones de mayo, donde la abstención fue una de las grandes protagonistas. El 23 de julio se espera rondar o hasta superar el 70% de participación.