La inyección económica anunciada por el Gobierno central esta semana ha reactivado el proyecto de ampliación del Guggenheim de Bilbao con un segundo museo en Urdaibai. Los 40 millones de euros aprobados por el Ejecutivo de Pedro Sánchez en su consejo de Ministros se suman a otros 40 previstos en los Presupuestos Generales de España de 2023 que puso sobre la mesa la Diputación de Bizkaia en un acuerdo suscrito con el Miniterio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) para poder hacer realidad este proyecto, cuya ejecución está estimada en torno a los 130 millones de euros.
Por ello, desde el Gobierno vasco miran con gran expectación el reparto de los fondos europeos Next Generation. Precisamente, cuando resurgió la idea de la pinacoteca, las instituciones pusieron el foco en el dinero procedente de los MMR (Mecanismo de Recuperación y Resiliencia), pero por el momento no ha sido uno de los proyectos seleccionados. Habrá que esperar a que termine el plan a finales de año, aunque el horizonte no se dibuja del todo despejado para el Guggenheim de Urdaibai.
Pero además de lo costoso del proyecto y de la necesidad de financiación externa, son muchas las voces que se oponen a que esta zona, protegida por su alto valor medioambiental, pueda ser el escenario idóneo para una iniciativa de estas características.
Además, el Ejecutivo vasco ha incluido este proyecto en su Plan Vasco de Cultura que abarca hasta 2028, si bien, desde la Consejería de Cultura no se han atrevido a establecer fechas con respecto al nuevo museo. No obstante, dicha partida para la Diputación Foral de Bizkaia ya figura en los Presupuestos Generales de España de 2023 tras la negociación del Grupo Vasco en el Congreso.
Derribos y primeros pasos
Con la partida prevista en los Presupuestos Generales del Estado de 2023, la Diputación de Bizkaia quiere "impulsar actuaciones singulares de desarrollo sostenible en el entorno del estuario de Urdaibai". Con ello, la institución foral busca replicar el llamado 'efecto Guggenheim' que tanto se ha analizado desde que la famosa pinacoteca abriese sus puertas en Bilbao en 1997. Así, la ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai pretende convertirse en vértice transformador de un escenario catalogado como Reserva de la Biosfera pero en el que aún persisten las huellas de su pasado industrial.
Esta ampliación del Guggenheim trata de "potenciar los valores naturales del entorno de la Reserva Natural de la Biosfera de Urdaibai, sustituyendo los antiguos emplazamientos industriales por espacios respetuosos e integrados con el medioambiente", según precisa el convenio de colaboración entre la Diputación de Bizkaia y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
Por ello, si el proyecto del nuevo Guggenheim sale adelante, será necesario llevar a cabo la descontaminación de una superficie de más de 63.570 metros cuadrados por los restos de industria pesada que hay están debajo de bajo los terrenos de la empresa Dalia, en Gernika, así como iniciar las labores de restauración del flujo natural de la ría en Murueta y de renaturalización de los espacios. En este sentido, el Ejecutivo autónomo adoptará los "compromisos que le correspondan" con respecto a este proyecto, según "avance su definición" y en función de sus competencias en la comarca, tal y como ha advertido el portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria.
El próximo mes de septiembre se llevará a cabo el derribo de la antigua fábrica Dalia, donde se ubicará una de las sedes de la ampliación, de 5.000 metros cuadrados de superficie, que, a través de una senda verde de cinco kilómetros, se unirá con la segunda sede, que estará ubicada en los astilleros de Murueta, de 7.000 metros cuadrados, según los detalles del informe encargado por el Patronato de la Fundación Guggenheim Bilbao sobre las necesidades arquitectónicas y económicas del proyecto.
“Un antes y un después para la zona”
Por su parte, el cabeza de lista de EAJ-PNV al Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, ha mostrado su satisfacción por la “culminación de un trabajo de muchos años”, pues este proyecto, que según la formación jeltzale podría crear hasta 700 empleos y un retorno económico estimado en 39 millones de euros anuales, supondrá "un antes y un después para la zona" y “beneficiará a sus vecinos y a la ciudadanía vasca en general", asegura.
Por último, el representante jeltzale ha defendido que es un proyecto que “aúna lo cultural" y que puede suponer una "atracción de motor económico" para una zona que se vio hace ya unos años "bastante perjudicada por el cierre industrial de muchos proyectos empresariales" y que además es “importante desde el punto de vista medioambiental”, ya que conllevará "una recuperación de espacios, desde el propio astillero a otros lugares de la marisma que necesitan una consolidación".