El coordinador general de EH-Bildu, Arnaldo Otegi, junto a los candidatos al Congreso y al Senado para las elecciones del 23-J / EH-Bildu

El coordinador general de EH-Bildu, Arnaldo Otegi, junto a los candidatos al Congreso y al Senado para las elecciones del 23-J / EH-Bildu

Política

La última oportunidad de Bildu antes de luchar por la Lehendakaritza en las autonómicas de 2024

La coalición soberanista espera mejorar todavía más los resultados obtenidos en las municipales del 28-M y lograr así el ansiado sorpaso al PNV en estas generales

15 julio, 2023 05:00

Durante estas generales, la batalla en Euskadi no gira completamente en torno a quién ocupará la Moncloa los próximos cuatro años. Que Pedro Sánchez y el PSOE, o Alberto Núñez Feijóo y el PP alcancen la presidencia del Estado sí es una batalla relevante para la política vasca, pero no tanto como la que se da entre el PNV y EH-Bildu por ver cuál de las dos formaciones es la fuerza vasca con más representación en el Congreso de los Diputados y con más poder en la política nacional. 

La izquierda abertzale se presenta a estos comicios en un momento de bonanza. Tienen muy recientes los resultados de las municipales y forales del pasado 28 de mayo, y aunque la composición de los Ayuntamientos y Diputaciones no fue exactamente como les hubiera gustado -especialmente por haber perdido la Alcaldía de Vitoria y Durango, y las Juntas de Gipuzkoa-, saben que se quedaron a un paso de superar al PNV en votos y que son la formación vasca que más localidades gobierna en Euskadi, aunque entre ellas no conserven ninguna de las capitales. 

Por su parte, los jeltzlaes están centrados en recuperar ese espacio perdido en el 28-M. Son conscientes de que Bildu se acerca cada vez más a ese ansiado sorpaso, y aunque siguen siendo con holgura la fuerza con más apoyos entre los vascos, la diferencia con los soberanistas es cada vez menor y necesitan recuperar la confianza perdida en los últimos años para mantenerse como el principal interlocutor vasco en la Moncloa. 

Sobre todo, de cara a un año que se presenta como una macrocampaña electoral, con las autonómicas asomando y con la izquierda abertzale viendo cada vez más posible hacerse con Lehendakaritza, aunque todavía no se haya confirmado quien va a ser la persona que trate de hacerse con el mayor puesto de responsabilidad de Euskadi, y que actualmente ocupa Iñigo Urkullu. 

Como es evidente, el coordinador general de EH-Bildu, Arnaldo Otegi, es una de las opciones más viables, sobre todo después de que Maddalen Iriarte, la anterior candidata soberanista a lehendakari, encabezara las listas a diputada general de Gipuzkoa en el 28-M. 

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban / LUIS TEJIDO - EFE

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban / LUIS TEJIDO - EFE

Los roles en Madrid

Durante esta última legislatura del Gobierno de coalición formado por el PSOE y Unidas Podemos, las formaciones vascas, pese a su limitada representación, han tenido un papel clave a la hora de aprobar numerosas iniciativas parlamentarias en estos cuatro años. Algo que no es anecdótico, pero donde tradicionalmente el PNV siempre había tenido una posición ventajosa respecto a Bildu

Los jeltzales, que en las últimas legislaturas han contado con 5 o 6 diputados, siempre han sabido moverse en ese espacio existente entre los socialistas y los populares para sacar el mayor rédito político posible para Euskadi. Una posición cómoda para el PNV, que en esta legislatura se ha visto comprometida por la atención, cada vez mayor, hacia Bildu. Facilitada por un Ejecutivo central más dispuesto que nunca a llegar a acuerdos con la izquierda abertzale y con el resto de fuerzas soberanistas de otras comunidades de España. 

Así, los resultados de estas nuevas generales van más allá de si la formación comandada por Andoni Ortuzar va a mantener su hegemonía sobre los de Otegi; o si finalmente estos lograrán una representación todavía mayor en Madrid. 

Los sondeos y predicciones hablan de que el Partido Popular será la fuerza más votada en estos comicios y de que el impulso del 28-M puede llevar a Feijóo hasta la presidencia del Estado, siempre y cuando logre los apoyos necesarios para la investidura. En este caso, de los dos partidos vascos, solo el PNV se mostraría como un posible socio para el PP y EH-Bildu quedaría completamente relegado a la oposición, principalmente porque los de Feijóo se niegan rotundamente a cualquier tipo de contacto con la coalición soberanista. 

Aunque en este posible escenario el PNV, que ya se ha mostrado dispuesto a hablar con los populares, ha puesto como condición innegociable que Vox quede quedar fuera de cualquier gobierno dirigido por el PP, cuando justamente la extrema derecha previsiblemente se convertirá en el principal apoyo de los populares si quieren volver a la Moncloa. 

Mientras, en caso de que Pedro Sánchez y el PSOE logran mantener la presidencia del Estado, Bildu contaría con una nueva oportunidad para aumentar su presencia nacional. En estos últimos cuatro años ha logrado ponerse en una posición casi equiparable a la del PNV y aunque Sánchez a veces se muestra reticente a admitirlo, los jeltzales han dejado de ese esos socios prioritarios e históricos de los que habló.