El Partido Popular ha ganado las elecciones generales de este 23 de julio. Sin embargo, la victoria de Alberto Ñúñez Feijóo no le permitirá ser presidente del Gobierno, ya que la suma de los populares con Vox (e incluso con otros posibles socios) no alcanza la mayoría absoluta. El PSOE ha resistido mucho más de lo que auguraban las encuestas. Así las cosas, seguirá gobernando Pedro Sánchez o habrá un bloqueo institucional que llevará una vez más, y sería la tercera en pocos años, a una repetición electoral.
Con el 99% de los votos escrutados, el PP es la primera fuerza política de España y ha obtenido 136 escaños. Le sigue el PSOE con 122 asientos en el Congreso de los Diputados. El tercer puesto es para Vox, con 33 diputados, y el cuarto es para Sumar, con 31.
Aunque en lo que queda de escrutinio pudiera haber algún cambio de escaños, ya no hay sorpresas posibles. Y lo cierto es que el panorama está claro desde el punto de vista de la gobernabilidad: gobernará Sánchez o habrá que volver a votar.
Y esto es así porque el bloque de la derecha queda lejos de los 176 escaños necesarios para la mayoría absoluta. La suma de PP y Vox no llega, pero tampoco con hipotéticos socios como UPN y Coalición Canaria, que han logrado un diputado cada uno.
El reparto de escaños que queda de estas elecciones es endiablado. Porque Sánchez necesita para gobernar que le apoyen sus socios habituales, es decir, Sumar, ERC (7) Bildu (6) y PNV (5) además del BNG (1). Ni siquiera eso sumaría los apoyos necesarios. Así, la gobernabilidad dependerá en gran medida de lo que haga Junts per Catalunya (7), la formación que lidera desde el 'exilio' Carles Puigdemont.
Existen, naturalmente, otras combinaciones posibles, como que el PP gobierne gracias a los votos del PSOE. Pero no parece probable que algo así pueda ocurrir.