EH-Bildu sigue apostando por una complicada estrategia política en Madrid, y por mostrar dos caras completamente diferentes en la capital del Estado y en Euskadi. La coalición encabezada por Arnaldo Otegi ha rechazado la llamada del rey Felipe VI para la ronda de consultas con los partidos que cuentan con representación en el Congreso de los Diputados, y proponer así a un nuevo candidato para la presidencia del Gobierno.
Este 'plantón' hacia el jefe del Estado, aunque es habitual por parte de la izquierda abertzale, corrobora el rechazo que muestran desde Bildu hacia la figura del rey y gran parte de las instituciones públicas y políticas de España. Sin embargo, aunque los de Otegi continúan mostrándose como adalides de la independencia vasca en Euskadi, rompe con la imagen cada vez menos rupturista que tratan de mostrar en Madrid.
De hecho, la formación abertzale está cobrando cada vez más importancia en la política nacional, y desde la llegada del Ejecutivo de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, se ha convertido en uno de los socios de mayor relevancia para el Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de alcanzar grandes acuerdos o aprobar leyes como la del 'Solo sí es sí' o la de Vivienda.
Sin embargo, en este giro en la habitual forma de hacer política por parte de la izquierda abertzale, negarse a realizar un encuentro con el rey es, de nuevo, una declaración de intenciones y un intento de mantener vivo el discurso rupturista que defienden en Euskadi, ajeno a todo lo que tenga que ver con las instituciones españolas y centrado especialmente en el soberanismo y la independencia vasca.
Diferencias con el PNV
EH-Bildu es, junto a los partidos soberanistas catalanes: Junts y ERC, uno de los tres únicos partidos con representación en el Congreso que se han negado a reunirse con el rey. Algo que no es extraño, pero que en el caso de los abertzales y de ERC choca con la actitud que después toman en los pasillos del Congreso y con la disposición que ambos toman para llegar a acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez.
El partido dirigido por Arnaldo Otegi, cuyo hipotético encuentro con el rey sería algo que daría mucho de lo que hablar, trata desde hace años de acercarse cada vez más al espacio electoral que ocupa Podemos -ahora bajo el paraguas de Sumar-. En Bildu son conscientes de que las políticas progresistas y ambientalistas atraen mucho voto tanto en Euskadi como en el conjunto del Estado.
Sin embargo, esta postura de Bildu cada vez más cercana a lo que era, y es, el PNV hasta ahora, un partido con el que los Ejecutivos nacionales pudieran pactar y negociar para sacar adelante diferentes iniciativas, cambia radicalmente cuando sus principales rostros en Madrid, figuras como Mertxe Aizpurua u Oskar Matute, niegan un encuentro con el jefe del Estado para hablar sobre el futuro de un posible Gobierno en el que ellos buscan tomar un papel importante.
Sobre todo, esta negativa empieza a ser más sonada cuando su principal rival político, el PNV, sí acude a esa reunión, dando así una de mayor cercanía a las instituciones españolas y de mayor relevancia en la política nacional.