Los pactos de Sánchez con Junts y ERC dibujan una legislatura fértil en acuerdos para PNV y Bildu

Cuando en las elecciones generales del pasado 23 de julio el Partido Socialista logró salvar los muebles, y abrió de nuevo la posibilidad para volver a conformar un Ejecutivo progresista junto a Sumar, comenzó a hablarse de los apoyos que Pedro Sánchez iba a tener que negociar con las partidos regionalistas y nacionalistas para mantenerse como presidente del Gobierno. 

Un escenario donde Bildu (con sus seis diputados) y el PNV (con cinco) se mostraban como dos formaciones clave en la búsqueda de los socialistas por evitar la vuelta del Partido Popular a la Moncloa. Sin embargo, pese a que ambos partidos vascos habían compartido su intención de poner sus 11 escaños al servicio de los socialistas, el PSOE tenía que cerrar también el apoyo de los partidos catalanes: Juns Per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con 7 diputados cada uno, para mantenerse cuatro años más al frente del Gobierno. 

Así, pasado el 23-J, Sánchez y el resto de la cúpula socialista comenzaron a entablar diálogo con estas cuatro formaciones, que en conjunto reúnen hasta 25 escaños, en una serie de arduas negociaciones que, aunque no han terminado todavía, dejan pequeñas muestras de entendimiento. Entre ellas, la que se ha podido ver este jueves en la elección de la Mesa del Congreso, que concluyó con Francina Armengol como presidenta de la Cámara Baja, y que hasta el último momento dejó la puerta abierta a una posible entra de los jelzales en este órgano compuesto ahora por representantes del PSOE, el PP y Sumar.

Sin embargo, hasta momentos antes de la celebración del pleno, no se conocía todavía hacia dónde iban a dirigir su voto los partidos vascos y catalanes, aunque Bildu, por ejemplo, sí había dejado intuir su apoyo a la candidata socialistas -similar a lo que había hecho ERC-, y había dejado en claro su rechazo a la posible entrada del PNV a la Mesa. Por su parte, Junts se reunió este mismo jueves, horas antes del comienzo de la sesión, para continuar negociando su apoyo a Armengol, en un atisbo de lo que pueden ser las negociaciones a partir de ahora.

El diputado del PNV, Aitor Esteban, a su llegada al hemiciclo del Congreso de Diputados para la votación de la mesa y el acatamiento de la Constitución / Juan Carlos Hidalgo - EFE

Las voces del nacionalismo

La apuesta del PSOE por Francina Armengol, expresidenta del Gobierno de las islas Baleares, es también un intento del Partido Socialista de acercarse todavía más con las fuerzas nacionalistas con representación en Madrid y estrechar los lazos con estas. Sobre todo teniendo en cuenta que nada asegura todavía la victoria de Sánchez sobre Alberto Núñez Feijóo en una posible investidura. 

De hecho, aunque el PP recibió este jueves un duro golpe al verse prácticamente solos en su apoyo a Cuca Gamarra como presidenta de la Cámara -solo recibieron el apoyo de Coalición Canaria y UPN-, todavía es posible que el candidato popular, como parte de la lista más votada, intente reunir los avales suficientes para intentar ser elegido presidente del Gobierno.  

Con todo esto, mientras el PSOE celebra y el PP piensa en qué pasos da a partir de ahora para salvar un escenario cada vez más complicado, el PNV y EH-Bildu se perfilan para negociar su apoyo a Pedro Sánchez y convertirse en dos de sus grandes socios durante los próximos cuatro años. 

Tras la sesión parlamentaria de este jueves, ambas formaciones vascas reaccionaron al nombramiento de Armengol, y aunque tanto soberanistas como jeltzales se mostraron conformes con el desenlace del pleno. Sin embargo, en el PNV la sensación acabó siendo agridulce, y de hecho, el portavoz nacionalista en el Congreso, Aitor Esteban, lamentó que la Mesa no incluya ningún representante nacionalista ni nadie que represente "la pluralidad" de la Cámara. 

Los diputados de EH Bildu, Oskar Matute, Mertxe Aizpurua y Jon Iñarritu (i-d), a su llegada al Congreso de los Diputados este jueves para la votación de la Mesa y el acatamiento de la Constitución / Juan Carlos Hidalgo - EFE

Optimistas pero cautos

De cara ya a negociar la posible investidura de Sánchez como presidente del Gobierno, tanto Bildu y el PNV se muestran dispuestos a apoyar al candidato socialista y a un posible Ejecutivo progresista. Sin embargo, ambos partidos independentistas se mostraron cautos y conscientes de que todavía falta un largo camino por recorrer. 

Por esta razón, en declaraciones tras la constitución de la Cámara Baja, Esteban mostró un optimismo "comedido" sobre la posibilidad de que prospere la investidura de Sánchez, y advirtió de que, aunque Armengol fuera elegida con 178 votos a favor, no hay nada asegurado y que todavía "hay mucha tela que cortar".

Un mensaje similar al del lehendakari, Iñigo Urkullu, que en sus redes sociales habló de una nueva legislatura "incierta", para la que reclamó un dialgo con "auténtica voluntad de acuerdo y compromiso de cumplimiento" y el reconocimiento de la pluralidad del Estado. "Reconocer la pluralidad y obrar en consecuencia debe ser una actitud para la definición de un modelo de Estado plurinacional", aseveró el dirigente vasco. 

Por su parte, desde EH-Bildu, su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua, aseguró que el entendimiento para conformar la Mesa de la Cámara Baja es "un buen punto de partida", para "facilitar" una futura investidura. Pero al mismo tiempo insistió en que es "ahora" cuando comienza la "verdadera negociación" para una futura investidura de Sánchez", y recordó al PSOE que el apoyo de la izquierda abertzale todavía no es seguro", aunque no se presentarán a las negociaciones con líneas rojas", 

Además, Aizpurua dio a conocer la alegría de los soberanistas por los acuerdos alcanzados para que en el Congreso puedan realizarse las intervenciones en euskera, catalán y gallego. Un atisbo de las futuros y amplios pactos que un nuevo gobierno del PSOE y Sumar podría alcanzar con las fuerzas soberanistas y nacionalistas de Euskadi y el resto de comunidades autónomas.