A las puertas de la celebración del Alderdi Eguna, el responsable institucional del EBB del PNV, Koldo Mediavilla, ha destacado que esta cita de la formación jeltzale nació en 1977 para garantizar "el porvenir de Euskadi en paz, alejados de quienes reventaban la convivencia con goma-2 o pretendían liberar al país a punta de pistola".

Un día antes del encuentro anual de dirigentes del PNV con militantes y simpatizantes en las campas de Foronda de Vitoria-Gasteiz, a través de un artículo en su blog, recogido por Europa Press, Mediavilla rememora el primer Alderdi Eguna (Día del Partido), que se celebró en el 77 en las campas de San Miguel de Aralar (Navarra), cuando el partido nacionalista "salía a la luz de la noche de la dictadura". "Emergía con toda la fuerza de la legitimidad histórica y el ansia de ganar un porvenir", ha resaltado.

A su juicio, fue una "demostración de viveza y de organización activa, pese a los años de clandestinidad". Tras Aralar, ha relatado que la celebración del año siguiente se produjo en Aixerrota (Bizkaia), "en el trasfondo de la campaña de aprobación estatutaria". "Nuestro mensaje era positivo, mientras que los enérgumenos de siempre intentaban boicotearlo todo", ha añadido.

Haciendo un repaso por la historia

Koldo Mediavilla también ha rememorado el encuentro de 1983. Un día antes, el entonces líder jeltzale Xabier Arzalluz, en la acacampada de las juventudes jeltzales de EGI, en un tono de gravedad, llamó a los jóvenes "a manifestarse a favor de la liberación del capitán de farmacia Alberto Martín Barrios, secuestrado por ETA político-militar".

De esta forma, se recogieron cerca de un millar de firmas exigiendo a los 'poli-milis' "la inmediata liberación" de Barrios, un llamamiento que "fue en vano", ya que en la madrugada del martes 18 de octubre el cuerpo sin vida del capitán de farmacia apareció en una carretera boscosa de Galdakao, asesinado de un tiro en la cabeza. "La lacra de la violencia nos acompañó durante años en una pesadilla de dolor y sufrimiento que hoy sigue teniendo sentido recordarla", añade.

Tras rememorar los siguientes Alderdis Egunas, algunos vividos en plena escisión del PNV, de la que surgiría EA, o los "desangelados", pero "emotivos" actos en plena pandemia del covid, Mediavilla subraya que este encuentro anual de los jeltzales "ha tenido siempre una relevancia en el discurso político".

"Las palabras pronunciadas a cielo abierto siempre encontraron eco mediático y sirvieron como 'alimento' ideológico para la militancia nacionalista. Pero, además, la cita de septiembre siempre tuvo otra característica básica: la de ser un acontecimiento social y festivo de primer orden", ha remarcado.

En su opinión, "más allá de los discursos, las consignas, las reivindicaciones de cada momento, del apoyo a los representantes institucionales u orgánicos congregados alrededor del evento, el Alderdi Eguna es también una fiesta en la que gente que no se ve en todo un año se reencuentra, se saluda y comparte emociones".

"Es, sin duda, la cita intergeneracional más multitudinaria en la que el vínculo de unión de los participantes es Euskadi y el compromiso compartido por construir este país como una casa común. Una armonía que para el nacionalismo vasco se convierte en 'vitamina' para continuar avanzando", ha asegurado.

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