Galicia se encuentra frente a una crisis medioambiental desencadenada por el derrame de toneladas de pellets de plástico a lo largo de la costa de Portugal. Esta emergencia, que fue provocada por el vertido de toneladas de pellets de plástico a lo largo de la costa de Portugal, se ha extendido ahora a Euskadi, donde está previsto que los residuos lleguen, según el centro científico y tecnológico Azti, en un plazo estimado de una semana a un mes.
Por ello, y ante la inminente posibilidad de que las también conocidas como "lágrimas de sirena" lleguen a la costa vasca, el ejecutivo ha activado en fase de alerta, y a modo preventivo, el ITZASERTZA, el Plan Especial de Emergencias de Euskadi ante la Contaminación Marina.
Así, según ha explicado la consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, en las tres simulaciones realizadas por Azti con el objetivo de evaluar posibles riesgos no se observa todavía ningún tipo de impacto en el litoral vasco, pero sí la presencia de vientos del este y del nordeste que a priori impedirían la llegada de este vertido a las costas de Bizkaia y Gipuzkoa en el futuro inmediato.
En concreto, la consejera, que ha querido ser "cauta" al hablar sobre cuándo empezarán a verse estos pellets, ha señalado que, según la simulación de Azti "no parece probable que vaya a llegar a lo largo de esta semana". Aunque ha matizado que no se trata de algo seguro.
Operativos en altamar
Esta fase implica la organización de los medios y recursos susceptibles de ser movilizados ante un hipotético suceso de contaminación marina "de acuerdo al grado necesario". Y es que aunque por el momento los estudios realizados por Azti descartan la presencia de microplásticos a "corto plazo", los expertos señalan la posibilidad de que estos acaben llegando a las playas vascas.
Los pellets, también conocidos como “lágrimas de sirena”, son diminutas partículas con un tamaño que oscila entre 2 y 5 milímetros. Su impacto no se limita solo a las costas, sino que afecta a toda la vida marina, ya que los peces ingieren estos residuos, que eventualmente pueden llegar a nuestras mesas a través de la cadena alimentaria.
Respecto a los operativos que el Gobierno vasco va a impulsar para evitar al máximo posible la llegada de grandes cantidades de plásticos a las costas de Euskadi, la consejera Tapia ha señalado que el objetivo es, dentro de lo posible "eliminar los plásticos en altamar antes de que lleguen a las costas".
Recuerdos del 'Prestige'
La crisis desatada por esta llegada de plásticos a las costas del norte de Portugal y España -cuyo origen está en un vertido del pasado 8 de diciembre frente a las costas portuguesas cuando el buque 'Toconao', de bandera de Liberia y armador alemán, perdió 26.250 kilos de pellets de plástico-, recuerda especialmente a lo vivido en 2002 con el 'Prestige'. El petrolero cargado con 77 000 toneladas de fuel, que impregnó de chapapote hasta 2000 kilómetros de las costas española, francesa y portuguesa.
Sin embargo, Tapia, consciente de las comparaciones, y aunque muchas de las medidas tomadas en esta ocasión son similares a las de aquel suceso, ha insistido en que ahora, aunque el impacto medioambiental es "importante, no es comparable de ninguna manera" con lo ocurrido en 2002.
Aún así, ha mostrado su preocupación "por el nivel de toxicidad" ante la posibilidad de que peces y aves confundan los plásticos en comida, aumentando así el riesgo de que mueran por inanición; y sobre todo, ante el riesgo de que estos pellets se incorporen a la cadena alimentaria.