¿Pueden llegar los pellets de plástico a la costa vasca?

En el inicio de este nuevo año, Galicia se encuentra frente a una crisis medioambiental desencadenada por el derrame de toneladas de pellets de plástico a lo largo de la costa de Portugal.  La emergencia fue provocada por el vertido de toneladas de pellets de plástico a lo largo de la costa de Portugal. Un buque que navegaba por la misma fue responsable de derramar hasta seis contenedores de su carga de pellets de plástico en bolsas de 25 kilos, pertenecientes a la empresa polaca Bedeko Europe.

La comunidad gallega ha comenzado este 2024 enfrentando una angustia al observar su costa blanca, semejante a una nevada provocada por el famoso fenómeno meteorológico Filomena. Lo cierto es que esta situación se considera por muchos como “un nuevo Prestige”. No suficiente con ello y antes la falta de respuesta por parte del Gobierno y de la misma Xunta, el pueblo no dudó en intentar ayudar a revertir esta lamentable situación que sufre el medio ambiente, los voluntarios tomaron coladores en mano y fueron a capturar los microplásticos en las playas.

¿Puede llegar pellets de plástico a Euskadi?

La magnitud de esta problemática y sus posibles afectados son cuestiones que resuenan en las mentes de los ciudadanos. Según informa Europa Press, el centro científico y tecnológico Azti ha advertido que existe la posibilidad de que los pellets de plástico alcancen la costa vasca en un plazo estimado de una semana a un mes. Este pronóstico depende de la corriente IPC durante la temporada de otoño-invierno, dado que actualmente la masa de agua se desplaza de oeste a este.

Los pellets, también conocidos como “lágrimas de sirena”, son diminutas partículas con un tamaño que oscila entre 2 y 5 milímetros. Su impacto no se limita solo a las costas, sino que afecta a toda la vida marina, ya que los peces ingieren estos residuos, que eventualmente pueden llegar a nuestras mesas a través de la cadena alimentaria.

Oihane Cabezas, experta en tecnologías pesqueras sostenibles de Azti, ha señalado a Europa Press que los pellets son inicialmente "bastante inertes" y su impacto es principalmente "físico". Con el tiempo, sin embargo, se biodegradan, fragmentándose en partículas más pequeñas. Aunque actualmente el impacto se considera más físico que tóxico, a largo plazo se podría hablar de posibles efectos perjudiciales para el medio ambiente.