Han pasado ya cinco días desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, provocó un terremoto sin precedentes en la política nacional. A través de una carta publicada en X (Twitter) de la que no avisó a su propio Ejecutivo, el dirigente socialista, investido de nuevo el pasado noviembre, anunció que anulaba su agenda hasta este lunes y que se daba un tiempo para "reflexionar" sobre su continuidad como presidente. Todo ello, como respuesta a la denuncia que la organización Manos Limpias puso contra su mujer, Begoña Gómez, por la que un juzgado de Madrid abrió diligencias previas por un presunto delito de Tráfico de Influencias y Corrupción en los negocios. 

Desde entonces toda la conversación política ha girado en torno a qué hará Sánchez a partir de este lunes. No son pocas las voces en el entrono socialista -y en el no tan socialista- que perecen convencidas de que acabará dimitiendo. Poniendo en jaque al PSOE y a España en una situación inédita. Pero también, especialmente en el PP, Vox y el conjunto de la oposición, hay quienes aseguran que esta no es más que estrategia de Sánchez para desviar la atención del caso que involucra a su mujer; sacar rédito electoral para las catalanas del 12-M; y crear un discurso de 'buenos y malos' donde él es la única opción para mantener a España alejada de la derecha y la extrema derecha. 

Hasta el momento la información con la que se cuenta es mínima y la incertidumbre es absoluta. Los esfuerzos del PSOE por mostrarle a Sánchez su apoyo no han logrado gran cosa. Ni si quiera con el comité federal organizado este pasado sábado, en el que participaron cerca de 12.500 personas y para la que se fletaron más de 100 autobuses. De estos, siete salieron desde Euskadi, en una comitiva donde estuve presente el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza. Todo ello como una 'descafeinada' muestra de fuerza en Ferraz, convertida en toda una apología a Sánchez, a su figura y a su trayectoria como presidente y al frente del Partido Socialita. 

Un cráter irreparable

En el PSOE saben que su posible dimisión abriría un cráter de tales dimensiones que el partido quedaría completamente descompuesto. Igual que la gobernabilidad de España, pendiente de un hilo, sería imposible. Alberto Núñez Feijóo y el Partido Popular no son una alternativa, y así lo han demostrado en estos últimos meses el resto de partidos; pero en las filas socialistas tampoco hay nadie capaz de ocupar el puesto de su actual secretario general.

Algo que no han tratado de ocultar durante estos cinco días. Mientras el presidente se encuentra 'refugiado' en la Moncloa junto a su mujer y sus hijas tratando de decidir "si todo esto vale la pena", como rezaba su carta, los diferentes ministros socialistas del Gobierno de coalición y otras figuras importantes del partido han lanzado grandes proclamas para que este lunes no comunique su dimisión. Incluso en las redes socialices se ha creado toda una campaña en su nombre bajo el lema "Pedro, claro que vale la pena"

Pero aún así, y aunque en el entorno del PSOE se escucha que Sánchez ha recibido todo este apoyo mostrado por su partido y la militancia de este, el secretismo es total. De hecho, ni siquiera la intervención programada para este lunes -que será a las 11.00 horas-, aparece en el plan oficial compartido por el Gobierno. No se sabe a qué hora o cómo comparecerá el presidente. Lo único que parece seguro, o por lo menos así decía en su carta, es que durante la jornada de este lunes Sánchez pondrá conclusión a estos cinco días apartado del ojo público. 

"Cosa del pasado"

Mientras, sus socios de Gobierno esperan con ansia conocer su decisión. Unos, especialmente ERC y Junts, lo hacen de manera bastante beligerante, aupados, sobre todo, por el contexto electoral de Cataluña; otros, como el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, tratan de no hacer apuestas ni conjeturas sobre un escenario tan sensible y complejo como este. Pero sí piden darle una solución rápida y, en el caso del dirigente jeltzale, consideran que Sánchez está con pie y medio fuera de Moncloa. De hecho, este domingo en una entrevista para El Correo, Ortuzar señaló que el presidente del Gobierno "está más de irse que de quedarse, y le está dando tiempo a su partido para que reaccione". 

Al otro lado, en el de la oposición, el discurso se ha endurecido contra Sánchez y el PSOE en su conjunto. Ya el mismo miércoles, cuando se publicó la carta, el exalcalde de Vitoria y portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, consideró esta acción como "la enésima pirueta" del líder socialista y como "un acto de campaña". Y este mismo domingo, Fejóo, en un acto de campaña en Lleida, aseveró que Sanchez "diga lo que diga, estará marcado para siempre por la decadencia" que ha traído al país, y consideró que haga lo que haga este lunes "es parte del pasado". 

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