Este lunes el Departamento Vasco de Salud informó de que 126 centros de Atención Primaria se verán afectados por el 'recorte' parcial o total de los horarios durante esta temporada de verano. Una decisión habitual en Osakidetza durante la temporada estival que, sin embargo, no fue bienvenida por parte de los sindicatos, en concreto ELA y CCOO, que denunciaron el cierre parcial o temporal de estos espacios en un momento donde este servicio está muy lejos de la posición privilegiada que le caracterizó en su día.

Osakidetza es, junto a Educación y Seguridad, una de las consejerías más relevantes en Euskadi y cuya gestión siempre es premiada o castigada cundo llega el momento de votar. Es actualmente, y como se demostró en los comicios del pasado abril, el talón de Aquiles del PNV y la cartera que más problemas le ha dado en los últimos años, especialmente con la pandemia de Covid-19 y los efectos todavía presentes que esta tuvo en Euskadi. Con las listas de espera, aunque siendo de las más bajas de España, todavía por encima de las cifras prepandemia: 61 días de media para una consulta externa y 63 para cirugías; la temporalidad de los profesionales sanitarios como una de los principales retos a abordar en el futuro próximo; y la Atención Primaria en una situación cada vez más preocupante. 

Y precisamente es a este sector de Osakidetza al que le afectan directamente los 'recortes' anunciados el martes por el departamento que dirige la consejera Gotzone Sagardui. Durante los próximos meses 72 centros de Atención Primaria adelantarán su horario de cierre; otros 44 cerrarán parcialmente algunos días; y otros 10 lo harán durante todo el verano. Dejando así un escenario que según CCOO y ELA, no garantiza "que los centros de salud abran con el equipo completo", con "más o menos 1.000 turnos sin cubrir" y con unos recortes "que afectan a un número mayor de centros de salud y PAC" que en 2023.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en la rueda de prensa posterior al consejo de Gobierno / Irekia

Un relevo engorroso

No se ha confirmado todavía si Sagardui se mantendrá en el cargo con el nuevo Ejecutivo liderado por Imanol Pradales, o si se apostará por una persona libre del señalamiento y el escrache público al que se ha visto sometida en estos últimos años. La consejera en funciones no ha dicho aún cuáles son sus intenciones, pero su ausencia durante las autonómicas y su saluda del ojo público son muestra de que en el PNV optan por renovar la imagen de esta consejería.

Mientras, el PSE-EE de Eneko Andueza negocia para ver si hay alguna manera de hacerse con esta consejería. Durante la campaña del 21-A hicieron gala de su buena gestión durante el mandato de Patxi López y trataron de presentarse como la mejor alternativa al modelo actual del PNV. Pero los jeltzales insisten en mantener este departamento. Deshacerse de él sería asumir los errores de los últimos años y prácticamente admitir que no son capaces de recuperar la que en su día fue el buque insignia de Euskadi. 

Pero pase lo que pase, entre quien entre a dirigir Osakidetza, de seguro se encontrará con un sistema en plena reconstrucción y con un escenario donde los sindicatos están más que presentes. Esta vez son ELA y CCOO quienes denuncian los recortes propios del periodo estival y los efectos que estos tienen en una Atención Primaria muy dañada; pero en los próximos meses podrán ser el resto de sindicatos, partidos políticos o el conjunto de la sociedad vasca la que se movilice por la situación del Sistema Vasco de Salud. 

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