Donald Trump vuelve a la Casa Blanca. El candidato republicano es el ganador virtual de las elecciones de Estados Unidos. Y lo es gracias a una clara victoria frente a la demócrata Kamala Harris.
La victoria no es todavía oficial, pero sí es oficiosa. Así lo dicen los números, las sensaciones y los gestos de la noche electoral en EEUU.
Con el recuento muy avanzado en la mayoría de estados del país, la victoria de Trump está más que clara. En este momento ya suma 266 de los 270 representantes que le hacen falta para ganar.
Además, lidera el escrutinio en todos los célebres estados que tradicionalmente deciden la presidencia. Todo indica que superará los 300 votos electorales. Un resultado similar al que él mismo obtuvo en 2016 y al que consiguió Biden en 2020.
El gesto clave
Más allá de los números, que se concretarán en las próximas horas, el resultado es aún más obvio después de que la aspirante demócrata haya renunciado a dirigirse a sus seguidores, que se han marchado a casa con caras largas.
Así, Trump vuelve a la presidencia de los Estados Unidos el próximo enero. Con todas las consecuencias que eso tendrá para su país y para el resto del mundo.
En su primera comparecencia tras la victoria, el presidente electo, rodeado de sus familiares y colaboradores, ha afirmado que "esta va a ser la época dorada de EEUU; es una victoria increíble para el pueblo".
Voto popular
A falta de la confirmación oficial, la victoria republicana es incontestable porque Trump se impone también en el voto popular. Esto es, en el número de votos en el conjunto del país.
Un candidato republicano no ganaba en este terreno desde George Bush en 2004. Y el vencedor aventaja a la perdedora en casi 5 millones de votos.
Además, este triunfo de Trump puede ser histórico porque, amén de ganar la carrera presidencial, los republicanos vencen en las legislativas, de forma que se hacen con el control del Senado y la Cámara de Representantes (Congreso).
O, dicho de otra forma, todo el poder para Trump.