Todas las miradas están ya puestas en las próximas elecciones de EEUU, que se celebrarán el próximo 5 de noviembre y cuya campaña entre ambos candidatos ya ha alcanzado sus puntos más álgidos.
Entre las materias más controversiales que se han abordado en los mítines de Kamala Harris y Donald Trump están las medidas que planean y prometen tomar para proteger el mercado estadounidense, mercado que aunque ha mostrado resiliencia tras la pandemia, con un crecimiento sólido de su economía -de entorno al 3%-, continúa con retos pendientes como la inflación, acumulada en el 2024 del 2,8%, y el alto coste de la vida, causado en gran medida por la reciente escalada de los precios del petróleo.
Y es precisamente aquí donde reside la preocupación de muchos agentes que predicen como una posible victoria del candidato republicano bajo el lema "America First" podría dificultar las relaciones comerciales entre, en este caso, Euskadi y el gigante norteamericano.
Los números bajan
Aunque es cierto que en los últimos meses Euskadi ha rebajado su nivel de dependencia con EEUU, motivado por el bajón de exportaciones, combustibles y tubos; la primera potencia mundial sigue teniendo un peso muy importante en las exportaciones vascas.
En los ocho primeros meses de este año, Euskadi ha exportado a norteamérica por valor de más de 1.380 millones de euros frente a los más de 1.664 millones que exportó en los ochos primeros meses del año pasado. Una caída de las exportaciones que podría agudizarse en caso de que se repita un segundo ciclo de Trump a los mandos de la Casa Blanca.
“La guerra comercial que plantearía Trump sí que afectaría bastante a Europa, por una sencilla razón, Trump es más proteccionista con la producción de Estados Unidos sobre todo en la metalúrgica y el sector automovilístico y pondría aranceles a las exportaciones europeas en Estados Unidos”, explica el politólogo Mikel Gómez.
Y esto supondría “una ralentización de los mercados europeos, incluido el de Euskadi, en el que EEUU es uno de sus principales mercados, y por tanto, un problema”, añade.
Algo que también asegura Iñigo Arbiol, licenciado en Historia Moderna y Contemporánea y Doctor por la Universidad de Deusto:"Indirectamente la reedición de una guerra del acero con la UE, y en particular con las empresas del automóvil nos afectarían especialmente".
"Todas las que estén directamente vinculadas con sectores que pudieran sufrir aranceles se verán afectadas. Por otro lado, también aquellas que tengan implantación productiva en EEUU y sepan entender el cambio podrían utilizar el "America First" para impulsar su negocio en EEUU", añade Arbiol.
Las propuestas económicas de los candidatos
Y es que ya lo advierte el candidato republicano, en caso de que gane estos comicios reforzará los aranceles entre un 10% y un 20% a los productos europeos y hasta un 60% a los productos chinos. Un incremento que afectaría de lleno -como ya afectó durante su primer mandato- a las compañías vascas que beben del mercado norteamericano como Tubos Reunidos muy dependiente del oil&gas norteamericano.
Otro de los grandes sectores que podría sufrir la política arancelaria propuesta por Trump, pero que por el contrario también podría verse beneficiado por ayudas para su desarrollo en un empeño por modernizarlo, será el aeronáutico, con empresas como Satlantis, Sener y AVS con presencia en el gigante norteamericano.
Mientras que Harris defiende los aranceles a ciertos productos chinos, como los vehículos eléctricos, pero rechaza grandes aranceles generalizados.
Otra de las grandes apuestas de Trump en materia económica es el apoyo cerrado a los combustibles fósiles, por lo que compañías renovables -para las que ya ha anunciado que recortará ayudas-, verían peligrar ciertos proyectos en el país. Por su parte, Harris defiende las ayudas a las renovables.
Y en esta línea, Arbiol tranquiliza: "Podría haber un cambio en el compromiso del gobierno federal para con la transición energética y la descarbonización, particularmente en la inversión pública. Pero esto no necesariamente implica que el negocio de esas empresas peligre. Tienen bien ubicadas sus inversiones y son lo suficientemente resilientes como para adaptarse a un nuevo contexto proveniente del gobierno federal".
La realidad es que Estados Unidos venía acaparando un protagonismo creciente sobre todo desde la pandemia como socio comercial de Euskadi, llegando a colocarse como tercer país con más capacidad para absorber productos de empresas vascas tras Alemania y Francia, líderes indiscutibles.
Ahora este protagonismo mira a las elecciones del próximo 5 de noviembre con incertidumbre, pendiente de cuáles serán las medidas económicas que el ganador de comicios decida adoptar.