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Sigue pendiente la tarea de localizar, exhumar y entregar a sus familias los restos de 20.970 personas que perecieron a consecuencia de la Guerra Civil (1936-1939) y la posguerra en el País Vasco. Desde 2001, en Euskadi se han recuperado los restos de un total de 392 víctimas, 56 de las cuales han podido ser identificadas y cuyos restos han sido entregados a sus familias. 

“En la búsqueda de represaliados de la Guerra Civil ha habido dos etapas: una primera etapa de manera extraoficial cuando fallece Franco en la que muchos familiares empiezan a buscar a sus hijos; y la otra etapa es a partir del gobierno de Patxi López, a partir del 2009, cuando se ponen las bases y se institucionaliza”, ha explicado a este diario Alberto Alonso, director del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora.

Partiendo de esta base, Gogora tiene como objetivo preservar y transmitir la memoria de las experiencias traumáticas marcadas por la violencia durante los últimos cien años dando a las víctimas una sepultura digna: abrir fosas para cerrar heridas

392 víctimas exhumadas en Esukadi en el Siglo XXI

Desde 2001, en Euskadi se han recuperado los restos de 392 víctimas en 63 actuaciones para la recuperación de restos mortales.

En estas cifras relativas a las exhumaciones se engloban fosas localizadas en zonas de combate o retaguardia y también enterramientos en fosas comunes, como el caso del Cementerio de Orduña que termina este domingo su intervención y donde se han encontrado 21 restos de víctimas mortales de la Guerra Civil

Algunas de ellas siguen abiertas: la intervención en el Parque Natural de Urkiola (Abadiño), el Cementerio de Amorebieta-Etxano y el Cementerio de Orduña, unas labores que se engloban dentro del Programa de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Guerra Civil y que está desarrollando el Instituto Gogora a través de Euskal Prospektoreak, Sociedad de Ciencias Aranzadi y el laboratorio genético Biomics.

63 familias han recuperado los restos mortales de sus familiares

En total, en 63 ocasiones los familiares de víctimas han podido recuperar los cuerpos de los mismos. En el último año se ha podido hacer en 7 ocasiones diferentes, pero sigue sin poder devolverse los restos de 329 personas por no disponer del ADN necesario para hacer la identificación: “Este es el eslabón que nos falta para identificar a todos”, explica Lourdes Herrasti, antropóloga, historiadora y voluntaria de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, también implicada en el proyecto.

Gogora y el Ayuntamiento de Ortuella entregan a la familia los restos mortales del miliciano Benigno Hierro Pinedo Gogora

Por ello, sigue siendo clave que los familiares de los represaliados aporten sus muestras de ADN para poder identificar y entregar los restos mortales. Así, tanto Aranzadi como Gogora hacen un llamamiento a acudir a Gogora y prestar muestras de ADN para poder entregar a sus familias los restos de estas 329 personas aún sin identificar. 

Guisantes de mendel: cada vez más difícil conjugar los ADN

Conforme pasa el tiempo es más dificil que el ADN conjuge. Según Alonso, la coincidencia de ADN para poder dar por válida una identificación debe ser del 99%, “no es tan fácil como parece, en muchas ocasiones supone tener que recoger ADN de diferentes familiares”. 

Un hijo tiene el 50% de coincidencia y un nieto, un 25%. Es un tema complejo

Alberto Alonso, director de Gogora

Actualmente nos encontramos en la segunda generación de descendientes de las víctimas de la Guerra Civil, por lo que cada vez es más difícil, debido a los guisantes de mendel, dar con el ADN de los familiares: “Un hijo tiene el 50% de coincidencia y un nieto, un 25%. Es un tema complejo”, ha explicado Alonso. 

Así, con la misión de preservar y transmitir la memoria democrática del País Vasco nace Gogora para dignificar y reconocer a estas víctimas que han sido arrojados de cualquier manera a fosas comunes y poder entregarle los restos a sus familias.