Nervios. Y más nervios. En el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se aguarda con nerviosismo el anuncio de Andoni Ortuzar, su presidente, sobre si desea seguir en el cargo o dejarlo tras sus tres mandatos y doce años al frente de la formación.
Dentro y fuera del partido se viene apuntando al próximo lunes, 20 de enero, como fecha tope para que Ortuzar decida, porque se inicia ya en los batzokis el proceso para elegir a la nueva dirección. Un proceso que culminará, como es sabido, en la asamblea que el partido celebrará en marzo.
Nadie lo sabe
Ortuzar o no Ortuzar. Esa es la cuestión. Nadie entre las fuentes consultadas por este diario se atreve a vaticinar qué hará el líder del PNV que llegó al puesto en 2013 como sustituto de su entonces insperable Iñigo Urkullu.
Meses atrás, una vez finalizada con éxito la operación 'made in Ortuzar' de sustituir precisamente a Urkullu por Imanol Pradales en la Lehendakaritza, parecía obvio que el presidente lo dejaría. Él mismo habló sobre los tres mandatos -como Urkullu en Ajuria Enea- como un tope razonable. Parecía claro que el cambio también tenía que llegar a Sabin Etxea.
Sin embargo, en las últimas semanas, tras las renovaciones de las direcciones jeltzales en todos sus territorios, rivales y compañeros de filas apuntan a que Ortuzar se quedará por varios motivos. Que si pilotar la negociación del nuevo Estatuto. Que si aguantar más tiempo para combatir a Bildu. Etcétera.
El interesado ha jugado al despiste. En diciembre, en una entrevista para 'El Correo', afirmaba que su decisión dependía de lo que escuchase entre sus propios compañeros.
Todo especulaciones. Y todo incertidumbre. Puede que este mismo fin de semana se conozca por fin la decisión.
Las declaraciones esta semana de Aitor Esteban, dejándose querer para el cargo, han dado mucho que hablar. Pero la última palabra la tiene Ortuzar. Él decidirá (y anunciará) qué va a hacer. Así se desvelará la gran incógnita y, de paso, se marcará el rumbo del partido hegemónico en Euskadi.