Movilización en Vitoria contra los parques eólicos / Iñaki Berasaluce E Press
Un nuevo mapa energético que amenaza con descoser a los partidos a nivel local
PNV y sobre todo EH Bildu acusan la brecha entre los planteamientos generales a favor de las renovables y la oposición social que generan algunas infraestructuras
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Cae en saco roto de momento la segunda propuesta de parque eólico vasco de Statkraft. Eso significa que se aleja de Euskadi, a la espera de posibles recursos o reformulaciones del proyecto, la promotora pública noruega, que trajo hace tres años un modelo "novedoso e interesante" sostenido por un "fuerte código ético" alejado de "esquemas oligopolistas".
Con esas consideraciones acogieron los planteamientos iniciales de parques eólicos de Statkraft para Gipuzkoa los portavoces en materia energética de EH Bildu, un enfoque que hizo suyo el propio coordinador general Arnaldo Otegi.
Fue aquel un punto de inflexión que propició la votación favorable en el Parlamento Vasco de la coalición independentista a la nueva ley energética impulsada por la consejera Arantxa Tapia.
La nueva regulación, pendiente aun de desarrollo, supuso un hito por contar con el aval de PNV, PSE y la propia EH Bildu, siempre partiendo de la base de que su objetivo principal no es otro que dar el empujón definitivo a la generación renovable en suelo vasco.
Parque eólico de Statkraft
Modelo del 'buen hacer'
Por ello es muy destacable que los dos proyectos de Statkraft en Gipuzkoa, Piaspe e Itsaraz, no hayan podido superar el primer obstáculo administrativo.
Y lo más sorprendente: ejemplos a priori del 'buen hacer' (la promotora noruega propuso asambleas vecinales y se abrió a la participación local para diseñar los proyectos), los planes de Statkraft han reunido el rechazo tanto de los consistorios afectados, gobernados por EH Bildu, como del Gobierno vasco (Piaspe) y el Ejecutivo central (Itsaraz).
Presentación del acuerdo para la Ley de Cambio Climático y Transición Energética firmada por PNV, PSE y EH Bildu/ CV
Queda desplazada por tanto de la carrera por construir aerogeneradores en Euskadi Statkraft, como hace unos meses terminó de ver paralizada su última propuesta la promotora Fisterra Energy, dejando la sensación de que el despliegue eólico va a ser mucho más lento de lo esperado.
En clave local hay que destacar también la oposición a nivel local que ha despertado el proyecto de Labraza, que sí va a comenzar su construcción y que ha colocado en una más que difícil situación al equipo de gobierno de Oion, de EH Bildu.
Un vecino pasa junto a un cartel contra el parque eólico de Labraza
Dos enfoques
Pero las tensiones por el nuevo panorama energético no afectan solo a la coalición abertzale. El propio PNV, formación con mayor peso institucional y firme defensor en Lakua del impulso a la colocación de molinos y placas fotovoltaicas, tiene en sus bases muchos opositores a este tipo de macroestructuras.
De ahí que un buen número de consistorios gobernados por los jeltzales hayan mostrado su rechazo tanto a proyectos eólicos como a las infraestructuras de evacuación y transporte de la energía, las más polémicas las líneas planteadas por Solaria.
Una última muestra significativa de la distacia que exista entre el enfoque político 'oficial' y el local. EH Bildu, PNV y PSE, firmantes de la nueva ley energética en el Parlamento Vasco, unieron sus fuerzas a través de sus alcaldes y alcaldesas en varios municipios guipuzcoanos (Azkoitia, Azpeitia, Zumarraga y Ezkio-Itsaso) para alegar contra la colocación de torres eólicas en la zona.