Ya es algo más de un año el tiempo que José María Basoa y Andrés Martínez llevan detenidos en Venezuela. El 2 de septiembre de 2024, estos dos vascos, que viajaban por el país sudamericano, fueron arrestados acusados de espiar para el CNI, así como de querer atentar contra las autoridades del país, entre ellas, el presidente Nicolás Maduro.
La detención coincidió, además, con la crisis diplomática que se produjo el pasado año entre Venezuela y España, después de que el Congreso de los Diputados instase al Gobierno de Pedro Sánchez a reconocer a Edmundo González como ganador de las últimas elecciones venezolanas.
Desde entonces, más de 13 meses después, continúan encarcelados y las familias de ambos denuncian que están "incomunicados".
Como han hecho desde el principio, los familiares vuelven a negar los hechos de los que se les acusa y piden al Gobierno de Maduro su liberación.
"Todas estas acusaciones son totalmente infundadas. Las autoridades españolas han desmentido en repetidas ocasiones cualquier vínculo de Andrés y Jose con agencias u organismo del Estado español y han aclarado que están injustamente retenidos", señalaba recientemente desde el Parlamento vasco Bárbara Basoa, hermana de José María.
Los familiares consideran que ha habido una "érronea" interpretación de los hechos y de los motivos de su viaje, por lo que mantienen la esperanza de que "este malentendido se solucione rápidamente".
Comunicación casi nula
Uno de los puntos en los que inciden es en la falta de comunicación con José María y Andrés. "Están totalmente incomunicados del exterior, sin entender el motivo de su detención y encarcelamiento, sin disponer de asistencia letrada designada por ellos y con un único contacto del consulado".
Una situación que califican de "injusta e insoportable", lo que les ha llevado a pronunciarse en el Parlamento vasco para insistir en que se tomen más medidas. "Supone un aliento y un reconocimiento muy valioso".
Gracias al apoyo, destacan las familias, del Ministerio de Asuntos Exteriores, la embajada y el consulado españoles, José María ha podido realizar dos breves llamadas a su hermana y Andrés una llamada a su madre y, recientemente, una visita consular, la primera única hasta la fecha.
Un encuentro ha sido un estímulo de energía, tanto para ellos como para sus seres queridos. "Esperamos que estos pasos den pie a que por fin se pueda establecer una comunicación directa y continua entre ellos, el consulado y las familias, mientras sigan allí".
Llegados a este punto y a la vista de que, tras un año, continúan en prisión, solicitan al Parlamento vasco y al resto dec "para garantizar los derechos que no se están respetando en este caso y de tantas otras personas en situación similar".
José María Basoa y Andrés Martínez, los dos jóvenes de Bilbao detenidos en Venezuela
Interior trabaja en ello
El pasado jueves, la presidenta de la Cámara vasca, Bakartxo Tejeria, leyó una declaración en la que pedía a las autoridades venezolanas que se cumplan "todas las garantías" sobre derechos fundamentales y procesales reconocidas tanto por la legislación venezolana como por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como otros tratados internacionales suscritos por Venezuela.
El Parlamento vasco ha manifestado su preocupación por la situación de estos ciudadanos y pide al Gobierno de Venezuela que "facilite la comunicación con garantías, el contacto periódico con sus familias, la asistencia letrada de confianza y la atención consular continuada".
Además, solicita que se continúe "con carácter urgente" con todas las gestiones diplomáticas y políticas necesarias para poder obtener la libertad de José María y Andrés.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su reciente visita a Vitoria, señaló que para el Gobierno "es una prioridad la seguridad y a situación de los españoles detenidos en cualquier parte del mundo".
El ministro aseguró que su Ministerio "está en todo momento informado y trabajando en beneficio" de todos ellos, incluidos estos dos bilbaínos.
