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Hace apenas dos horas se conocía que el empresario vasco José Antonio Jainaga y el Gobierno vasco cerraban la compra del 30% de Talgo.

La noticia no ha dejado a nadie indiferente después de un año lleno de incertidumbre sobre el futuro de la operación y con una reciente causa judicial que apunta al presidente de Sidenor por la presunta venta de material de guerra desde la siderúrgica vasca a empresas de Israel.

La primera reacción a esta noticia de última hora ha sido la del presidente del PNV, Aitor Esteban, quien ha asegurado que se trata de una “noticia muy importante, que supone un gran ejemplo de nuestra apuesta por la industria y el arraigo”.

Reacciones tras el cierre de la compra

La de Esteban no ha sido la única reacción. Tanto el diputado general de Álava, Ramiro González, como la delegada del Gobierno, Marisol Garmendia, se han pronunciado también al respecto, ambos con valoraciones positivas.

"Álava recupera una empresa histórica y refuerza el sector ferroviario", ha asegurado González, quien ha recordado que Talgo es una empresa con orígenes alaveses: "Este acuerdo supone proyecto, estabilidad y arraigo para un sector estratégico y para toda la cadena de valor industrial alavesa".

Por su parte, Garmendia, ha calificado de "buenísima noticia" la vuelta de Talgo al País Vasco: "Supone que una empresa estratégica para la economía vasca española se quede definitivamente en Euskadi".

El siguiente paso será la convocatoria de una junta de accionistas extraordinaria prevista para mediados de diciembre de cara a aprobar la estructura completa de la financiación. Será en ese momento, antes de Navidad, cuando se cierre la operación definitivamente, ha adelantado el consejero de Industria, Mikel Jauregi quien también ha celebrado esta operación. 

Otras reacciones

Es relevante la participación de Fundación Vital, que ha celebrado el regreso de Talgo a Álava. La Fundación forma parte del consorcio vasco liderado por Sidenor, con una aportación de 22 millones de euros.

Bildu ha calificado la noticia de “buena”, pero ha ido un paso más allá: propone cambiar el nombre de Talgo. Es decir, cambiar el nombre de la marca. Según la formación abertzale, “para cumplir con la Ley de Memoria Democrática y eliminar cualquier reminiscencia del franquismo”. Por ello, anuncian que presentarán la propuesta.

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