Dolor en el párpado, dificultad para abrir el ojo, escozor, sensibilidad a la luz, lagrimeo o la sensación de tener algo en el ojo son algunos de los síntomas de la aparición de un orzuelo. Estos pequeños bultitos o forúnculos enrojecidos y dolorosos en el margen del párpado aparecen por igual en hombres y mujeres.
Existen dos tipos de orzuelos. El externo se origina en el borde de las pestañas, principalmente a causa de una infección en el folículo piloso, y se manifiesta como un punto pequeño amarillento lleno de pus. Y el interno, en cambio, aparece en la parte interna del párpado, suele ser más rojo y doloroso que el orzuelo externo. Se produce por la infección en la glándula productora de grasa del párpado.
Infección por estafilococo
Estas afecciones tienen tendencia a formarse en la parte externa y contener pus y se origina, generalmente, como consecuencia de una infección dolorosa en las glándulas del párpado producida por la bacteria estafilococo.
“Los orzuelos son una tumoración infecciosa del borde los párpados que están producidos por una infección bacteriana -normalmente de estafilococos aureus- y es un proceso agudo, doloroso y molesto para el paciente”, explica Lourdes Ruiz, oftalmóloga de Policlínica Gipuzkoa. “Pueden durar de entre diez a veinte días en la fase aguda del orzuelo pero muchas veces se pueden enquistar y convertirse en lo que se llama chalazion, que es una tumoración no infecciosa quística”, detalla la especialista.
La blefaritis
Los factores de riesgo de padecer un orzuelo son una inflamación crónica en el borde del párpado conocida como blefaritis, tocarse los ojos sin lavarse las manos, colocarse las lentes de contactos sin desinfectarlas previamente, usar cosméticos en mal estado, o no desmaquillarse los ojos.
Algunos síntomas son párpados rojos e irritados, escamas que se pegan a la base de las pestañas, ardor y picazón en los mismos, entre otros. Es muy frecuente en todas las edades, “aunque en mujeres, sobre todo a partir de la menopausia, en pacientes con mala higiene de las manos o en niños es mucho más frecuente”, explica la doctora, que también la relaciona con el estrés y los cambios hormonales.
Prevención y tratamientos
La mejor forma para prevenir los orzuelos es adoptar unas buenas medidas higiénicas con repetidos lavados y desinfección de manos, no tocarse los ojos, no compartir maquillaje y desmaquillarse siempre por la noche. También se aconseja limpiar los ojos con toallitas específicas o aplicando de forma regular una compresa tibia en la zona, limpiar y desinfectar las lentes de contacto y manipularlas con las manos limpias y mantener a raya la blefaritis.
La blefaritis, concretamente, recibe un tratamiento médico local que, sobre todo, se basa en la limpieza del borde de las pestañas, compresas calientes, masajes y muchas veces hay que recurrir a pomadas antibióticas locales.
El Blephex y la luz pulsada, técnicas innovadoras
Otro tratamiento es el Blephex, un láser de última generación. “Se trata de una microexfoliación palpebral que lo que hace es una limpieza profunda de las pestañas”, aclara la oftalmóloga de Policlínica Gipuzkoa.
“Es una luz de alta intensidad, un tratamiento local que se hace alrededor de los párpados y que dura cinco o diez minutos. Lo que hace es desinflamar y volver a lograr que esas glándulas tengan esas características normales y vuelvan a producir lágrima”, explica la especialista de Policlínica Gipuzkoa.
Tratamientos ambulatorios
“Ninguno de los dos, ni el blephex ni la luz pulsada son dolorosos. Son tratamientos ambulatorios que se hacen en la consulta. El blephex puede durar 15 ó 20 minutos y la luz pulsada, diez minutos, y el paciente puede incorporarse a su actividad diaria inmediatamente después. Tras la luz pulsada, sin embargo, es importante que el paciente no se exponga al sol de forma directa durante dos semanas, use gafas y una crema hidratante. Por lo demás, vida normal”, aclara la doctora Ruiz.
La luz pulsada es un tratamiento que se aplica en tres o cuatro fases espaciadas en tres o cuatro semanas. El blephex sí produce una mejora casi inmediata porque es un tratamiento local, una microexfoliación que rápidamente baja la inflamación de los párpados, la lágrima tiene mejor calidad y el paciente necesita menos tratamiento local en casa.
Visitar al oftalmólogo
La doctora Lourdes Ruiz insiste para concluir en la importancia de que los pacientes acudan a la consulta y “no dejen pasar los síntomas de lagrimeo, escozor, visión borrosa… , puesto que cuanto más acentuada es la blefaritis, más difícil es que el tratamiento sea eficaz”.